Parece una paradoja. Cuanto más viejo, mejor visión puede tener el ser humano. O al menos puede observar más cosas a la vez. Este efecto se explica por el hecho de que, al gestionar la visión, algunas células del cerebro interfieren en la actividad de otras para poder fijar la atención en una sola cosa, pero en las personas de edad avanzada este proceso es poco eficaz y desarrollan muchas veces la capacidad de centrar la atención en una sola cosa.