Para 2030, los sistemas de inteligencia artificial generativa calculan que generarán entre 1,2 y 5 millones de toneladas de residuos electrónicos. El anuncio, publicado en la revista Nature Computational Science, asegura que la mayor parte de la basura procede de elementos hardware, como unidades de procesamiento o almacenamiento y sistemas de alimentación.
El estudio ha sido liderado por investigadores de la Academia de las Ciencias Peng Wang (China). Se han analizado los grandes modelos lingüísticos (LLM) y se han representado cuatro escenarios, partiendo de su uso masivo y con la previsión de que se utilizarán únicamente para determinados usos. Así, se ha observado que, si no se toman medidas, la basura electrónica puede llegar a los 5 millones de toneladas; por ejemplo, la basura de las placas de circuitos impresos puede alcanzar 1,5 millones de toneladas y la de los conjuntos 0,5 millones. Además, estos últimos contienen metales peligrosos como el plomo o el cromo.
Como solución, los investigadores proponen una economía circular que permite reducir hasta el 86% de la basura calculada. En cualquier caso, los resultados ponen de manifiesto la necesidad de un uso responsable del AA y de establecer estrategias eficaces para la gestión de los residuos electrónicos.