Harold Cohen es un informático que ha completado su carrera profesional en el desarrollo de la inteligencia artificial. Su trabajo más llamativo ha sido el programa Aaron que pinta. Cohen ha "educado" el programa aportando mucha información. Aaron es consciente de cómo las personas miran y se mueven y ha recibido información sobre la composición y la técnica de pintado. En consecuencia, el programa tiene la capacidad de elaborar cuadros ideados por él mismo.
Algunos de estos cuadros también han sido presentados en galerías. Sin embargo, Cohen está preocupado por que la Creatividad no tiene reglas. De hecho, en el ser humano la creatividad no puede definirse mediante normas, lo que dificulta la programación. Pero Cohen está satisfecho con el resultado. Cuando le preguntan si el autor de los cuadros es Aaron o Cohen, dice que los cuadros no son un fin, que la obra es un programa.