Cualquiera sabe que las vitaminas son beneficiosas para la salud, pero para obtener buenos resultados es necesario tomar pequeñas dosis (unos miligramos por día). Dosis excesivas no sirve para nada y en algunos casos puede ser perjudicial. La ingesta excesiva de vitamina A y D es la más peligrosa.
Exceso de vitamina A, como burukomina, vómitos, fatiga, hemorragia, etc. pueden ser. Los efectos adversos se producen en el niño con una dosis 30 veces superior a la necesaria y en el adulto con una dosis 300 veces superior a la normal.
La intoxicación crónica se inicia tras un periodo de administración de entre 10 y 30 veces superior a la dosis normal. También han aparecido cirrosis con una dosis 7 veces superior a la normal durante seis años.
¿Hay que prescindir de las pastillas vitamínicas? De hecho, es mejor dejarlo. En Estados Unidos también están muy de moda las vitaminas, pero en las pastillas que contienen vitamina A no tienen más del triple de la dosis diaria que la persona necesita.
El exceso de vitamina D también es tóxico. Cuando la piel blanca está al sol, la vitamina D se forma unas 15 veces más de lo que necesita cada día y el hígado guarda lo que necesita cada mes.
La forma activa de la vitamina D es la hormona que se forma en el riñón tras pasar por el hígado y regula nuestras necesidades de fósforo y calcio. Si se consume 0,1 miligramos (10 veces más de lo necesario) durante unas semanas, se producen calambres, deshidratación e hipercalcemia (piedras).