En 1998, en el mundo de los buscadores dominados por Altavista, Lycos, Yahoo y otros, Google entró en el mundo, ¡y cómo meterse! Comió a todos los demás. Entre sus causas se encontraban el gran número de páginas web indexadas y su rapidez, pero una de las principales razones fue, sin duda, su revolucionario algoritmo PageRank de ordenación de resultados, que arrojaba resultados significativamente mejores que el resto, y que todos han utilizado desde entonces.
Hasta entonces los algoritmos de ordenación no funcionaban correctamente. En función del contenido de las páginas se determinaba el orden de los resultados (número de veces que aparece la palabra buscada en la página, si aparece en el título, etc.) o en función de las páginas web que el propio propietario del buscador considerase oportunas. El algoritmo PageRank de Google fue, de alguna manera, el primer algoritmo social o democrático. Cuanto más enlaza una página con otras webs, más se considera mejor para los resultados. Es cierto que no es social como hoy podemos conocer, es decir, no son los usuarios finales los que deciden la importancia de una página, sino los autores de otras webs. Pero en aquella época en Internet apenas había interacción, los usuarios eran meros consumidores. De alguna manera, los autores de las webs pueden ser reconocidos por los usuarios activos de entonces y PageRank tenía en cuenta lo que ellos decían.
A pesar del éxito, Google no se dormió y, consciente de la importancia del orden de los resultados, ha continuado introduciendo mejoras en los algoritmos de ordenación y siendo pionero. En el algoritmo de ordenación se han ido integrando otros factores con diferente peso a cada uno de ellos. Y algunos de estos factores aprovechan el conocimiento colectivo de los usuarios. Por ejemplo, a la hora de ordenar, Google tiene en cuenta el número de veces que los usuarios han hecho clic en cada uno de los resultados que ha devuelto.
Hace un par de años, Google añadió la posibilidad de reordenar los resultados a su gusto, posibilitando el cambio de ubicación de cada resultado a través de los botones de flecha arriba y abajo (sólo para usuarios registrados y si activaban esta opción). Esta información, además de usarla en futuras búsquedas de este usuario, servía, lógicamente, para ordenar cualquier resultado.
Sin embargo, el hecho de que la mayoría de la gente se guste una cosa no significa que nosotros también nos guste. Por ejemplo, buscando scorpions, aparecerán resultados relacionados con el grupo heavy metal y con el animal; si se tiene en cuenta dónde clica o qué resultados envía la gente para mejorar los resultados, es muy posible que los del grupo de música aparezcan más arriba. Si somos biólogos, los que queramos quedarían abajo perdidos... Es decir, en algunos casos el conocimiento colectivo indiscriminado puede ser también contraproducente.
Pero como dice el dicho, "dime con quién estás y te diré quién eres". Nuestro entorno nos define. Y si nuestra afición es la biología, seguramente será también de muchas personas que forman parte de nuestra red social. Esa es la última aproximación social que Google ha puesto en marcha. De acuerdo con la Convención de las redes sociales, junto a cada resultado se ha incluido un botón "+1" (para los usuarios registrados que activan la opción) para indicar que nos gusta dicho resultado. Y esta información se utilizará en los resultados de las personas de nuestra red social (GMail, GT y contactos de Google Buzz). Es decir, si después de buscar scorpions un contacto ha hecho un "+1" en una página alrededor del escorpión (animal), cuando nosotros lo buscamos (o algo que da los mismos o similares resultados), esa página aparecerá resaltada.
Todavía habrá que ver si esta nueva opción es realmente útil y si es un mero experimento que cambia nuestros hábitos de búsqueda o, como ha ocurrido en otras muchas ocasiones, termina en un cajón. Los internautas tendrán mucho que ver en eso, porque si realmente empezamos a utilizar este botón, se convertirá en útil. Ver la actitud de la gente. Algunos no querrán ayudar de ninguna manera a una de las empresas más ricas del mundo, otros no lo usarán por indiferencia... Pero la tendencia a compartir información con los amigos en las redes sociales es cada vez mayor, y si consiguen hacer ver a los usuarios que es una forma de compartir cosas con los amigos y así ayudamos a sus amigos, puede tener futuro.