En general, me sorprende cada día el milagro de las matemáticas. Las matemáticas son una herramienta inventada y creada por el ser humano para comprender el entorno. Y me resulta incomprensible que sea tan preciso, tan fuerte.
Los científicos más grandes también se declararon humildes ante las matemáticas. Einstein, en sus últimos días, situó a la naturaleza por encima de la ciencia. Newton mencionó a Dios como el único autor posible de un universo organizado por leyes matemáticas. Leonardo da Vinci aseguró que no había certezas en lugares donde las matemáticas no podían aplicarse. Galileo, cuando el universo estaba escrito en el lenguaje de las matemáticas...
Me fascina la posibilidad de vivir desde el interior de las matemáticas. Observador de su fascinante fuerza y, en cierta medida, ser creador me hace sentir privilegiado.
Desde que empecé a trabajar estoy en el camino, como los montañeros subiendo al monte. Pero el camino no ha hecho más que empezar. Siempre aprendiendo... Todavía queda mucho por subir a la primera cima.
Por otro lado, aunque soy estudiante, también tengo la oportunidad de enseñárselo a otros como profesional. Esto asegura el futuro de la cadena. De hecho, el hombre, además de ser capaz de crear matemáticas, ha sido capaz de garantizar su futuro.
En el deporte se dice que lo importante es competir, no ganar. En matemáticas diría lo mismo, lo que me gusta es trabajar. Lo disfruto y me gustaría que siguiera así. Pero también me gustaría despertar el interés por las matemáticas. Por eso, además de en el trabajo confidencial de la oficina, también trabajamos en la realización de entrevistas, etc.
De hecho, las matemáticas son uno de los principales motores de la sociedad. Y si Euskal Herria realmente lo asumiera, este pequeño y pequeño pueblo tendría la oportunidad de dar un paso adelante.
En Euskal Herria hemos hecho un gran esfuerzo para completar nuestra red. Creo que ahora necesitamos integrar estas energías para que los jóvenes tengan nuevas oportunidades competitivas en una Escuela Internacional de Excelencia Doctoral Vasca.
Por otro lado, en el año 2000 los matemáticos elegimos los siete problemas del milenio. Sólo se ha resuelto: Perelman demostró en 2006 que la conjetura de Poincaré era cierta. El resto sigue sin resolver.
De todas formas, yo no estoy hablando de esos temas. Mi área son las ondas, me dedico a desarrollar las herramientas de simulación necesarias para analizar su comportamiento. Y he vivido mi campo con mucha pasión. Porque somos ondas. Sin olas no habría latido, risa, llanto. El tema merece la pena.