El mar del Norte es una zona rica. Allí, varias empresas obtienen oro negro, petróleo, pero los científicos se preguntan si esta actividad tiene repercusiones medioambientales. La legislación obliga a las empresas a realizar revisiones anuales.
De hecho, los investigadores de la UPV/EHU, respondiendo a las peticiones de las empresas, han analizado qué tipo de contaminantes se expulsan en el Mar del Norte y cómo éstos afectan a los habitantes del mar. En estos estudios se han utilizado mejillones.
Estos invertebrados se utilizan en todo el mundo para medir la calidad ambiental de la costa, por lo que se dispone de abundante información sobre los efectos de los contaminantes sobre los mismos. Por ello, también se utilizan con frecuencia para estudios en mar abierto, aunque no sean residentes.
Los mejillones se colocan en unas jaulas que luego se distribuyen alrededor de la plataforma, normalmente en dos direcciones.
Las primeras jaulas se colocan cerca de la plataforma, las siguientes a una distancia de la plataforma y las últimas, bastante alejadas, como 500, 1.000 y 10.000 metros.
Tras cuatro o seis semanas de recogida de jaulas, los mejillones son examinados con biomarcadores. Los biomarcadores son indicadores para medir las respuestas a nivel molecular y celular.
Estudian si los mejillones han acumulado metales e hidrocarburos, si están estresados, si tienen debilitado el sistema inmune, si han sufrido daños en la reproducción y en las generaciones venideras, etc.
Sin embargo, la determinación del estado de salud de los mejillones no es en sí misma objeto de estas investigaciones. Los mejillones se utilizan como centinelas como indicadores del estado de salud del ecosistema. Además, se han analizado los arenques silvestres y los bacalaos de las granjas debido a la complejidad del ecosistema del Mar del Norte.
Sin embargo, según los investigadores, todavía es demasiado pronto para determinar el impacto de las plataformas. Sin embargo, han visto que los mejillones de las jaulas más cercanas a la plataforma apenas sufren cambios. De hecho, la plataforma se ve más afectada a cierta distancia. Esto significa que las sustancias liberadas del fondo marino como consecuencia de la explotación del petróleo afloran en forma de paraguas, en forma de paraguas abierto y patas arriba.
Pero eso no es todo. En muchas ocasiones, las jaulas colocadas a un lado de la plataforma y las del otro lado no tienen el mismo efecto, aunque estén a la misma distancia. A menudo el paraguas está desplazado respecto a la plataforma debido a las corrientes.
Sin embargo, los investigadores afirman que todavía es necesario afinar los estudios para fijar conclusiones. Sobre todo, que habría que tener en cuenta más parámetros y analizarlos durante más tiempo. Para ello, el Mar del Norte no es el lugar idóneo, ya que el mar brusco hace que se pierdan muchas jaulas en esas grandes aguas.