Imaginemos que algún ser ajeno a este planeta llega a la Tierra, o si queremos, a Euskal Herria. ¿Encontraría algún animal? ¿Cuál es el animal que siempre se puede encontrar en nuestro territorio, desde la costa hasta los montes altos, desde los bosques hasta el desierto de las Bardenas? Claro, lector, a todo: el hombre. Y por supuesto, en todo el mundo ocurre lo mismo.
El ser humano se ha adaptado a zonas con temperaturas entre -50 y +50 grados, desde el nivel del mar a una altura de 5.000 metros y desde los desiertos a las selvas, y en pocos lugares podemos llegar a este planeta sin que haya ningún ser humano ni señal alguna que haya dejado. Sorprendente, inventor, diminutivo, …, podríamos describir al hombre como quiera, pero si quiere o no, aunque a veces nos olvide, es un animal.
Especie: Homo sapiens sapiens Familia: homínido Orden: primates Clase: mamíferos |
Son seres humanos, mamíferos, vertebrados vestidos de pelo; primates de la familia de los Homínidos y del género Homo. La inteligencia, el lenguaje articulado, el cerebro de gran volumen, las manos amasadoras y la postura erecta son algunas de sus características. Al parecer, los antepasados humanos eran animales de las selvas africanas que parecían a los monos. Hace 3,5 millones de años estos primates pasaron de los bosques a los paisajes abiertos y realizaron un cambio muy importante: tomaron una postura erecta. Posteriormente, estos antepasados comenzaron a extenderse desde África hacia otros territorios, y gracias a su capacidad de cambiar la cultura o el medio, se adaptaron a todos. En Euskal Herria, por ejemplo, se han encontrado restos humanos de alrededor de 150.000 años.
El hombre actual ( Homo sapiens sapiens ) es el resultado de miles de años de evolución y la verdad es que no es difícil distinguir esta especie. Es un mamífero de pocos pelos, casi desnudo, que se mueve en dos patas. Estas características hacen prácticamente imposible su mezcla con otra especie. El macho y la hembra se distinguen mejor por su estudio genital, pero en general se caracterizan por un macho más fuerte y por un cuerpo más redondo. En cuanto a la medida, si bien medimos el resto de animales desde el extremo a la cola, la longitud de los seres humanos, al circular de pie, la consideramos de cabeza a pie. Así, las hembras tienen una longitud aproximada de 160 cm y un peso medio de 60 kilogramos y los machos algo más, 175 cm y unos 75 kilos. El color predominante es el blanco, aunque puede variar según la región. Sin embargo, la posibilidad de moverse cada vez más fácilmente ha incrementado la mezcla entre distintos grupos humanos y puede suponer una homogeneización en el futuro.
Los seres humanos son omnívoros, mamíferos que comen de todo. Los oportunistas típicos se han adaptado perfectamente a los alimentos locales. Los antepasados, probablemente, fueron cazadores y recolectores de frutos y el alto porcentaje de su dieta era la carne animal. Hoy en día, sin embargo, se puede decir que el hombre tiene una dieta más amplia que nunca.
Aunque las excepciones son fáciles de encontrar, el ser humano es un animal que funciona a plena luz del día y normalmente descansa durante la noche. Durante miles de años, la caza y la recolección de frutos fueron las principales actividades del día de los grupos humanos nómadas, pero desde hace 10.000 años, tras los descubrimientos del pastoreo y la agricultura, la vida cambió radicalmente. Con estas actividades se pasó a la economía productiva y con los excedentes logrados consiguió un alto grado de especialización. De este modo, se hizo sedentario y cada persona empezó a ocuparse de una tarea concreta.
Estos grandes descubrimientos provocaron en nuestro planeta un fuerte aumento de la población hasta la fecha. En la actualidad, 6 mil millones de personas viven en la Tierra (la mayoría concentradas en grandes ciudades) y, si no es así, este crecimiento se mantendrá en los años siguientes. En Euskal Herria, por supuesto, ha pasado lo mismo. Desde el Neolítico, y sobre todo desde principios de este siglo, el crecimiento de la población ha sido importante. Sin embargo, al igual que ocurre en los países avanzados, en los últimos tiempos la población no ha crecido y hoy en día somos 3 millones de personas.
Para entenderlo, sin embargo, es necesario analizar la reproducción de la especie. La reproducción puede producirse durante todo el año y tras un embarazo de 9 meses, en cada parto normalmente sólo nace un hijo. En los últimos años, cada mujer de los países avanzados ha disminuido su número de hijos a lo largo de su vida, que en estos momentos es de 1,5 niños. El proceso de aprendizaje de estos niños es muy largo y hasta que se separan de sus padres pasan bastantes años. A su vez, la esperanza de vida se ha alargado relativamente en pocos siglos. Hoy en día, en los países avanzados es de alrededor de 80 años, pero desgraciadamente en otros muchos territorios sólo es de 50 años.
Sin duda, este mamífero de pie ha tenido un gran éxito. Sin embargo, el futuro puede no ser tan sencillo. El aumento de la población y el nivel de desarrollo y consumo en los países avanzados, dificulta la vida de los seres humanos de otros países y, además, la explotación de los recursos naturales de este planeta lleva una gran velocidad. No cabe duda de que la planificación de todas las actividades será necesaria para que nuestra especie se mantenga y los desequilibrios entre los diferentes países sean iguales.
Por último, me gustaría añadir algo: este es el último artículo de la serie “Fauna del País Vasco”. Aunque hasta ahora hemos escrito sobre muchas especies animales, el futuro de todas ellas depende de las personas y de nuestras actividades dependerá la riqueza faunística que conozcan nuestros hijos e hijas. Desgraciadamente, ya son miles las especies animales y vegetales que las generaciones venideras no van a conocer y esta tendencia parece cada vez más rápida. Algo está en manos de todos. Quiero agradecer a Jesús Altuna su colaboración en el artículo.