¿Sabemos exactamente qué es el hipo? Contracción espasmódica e involuntaria de la membrana (denominada DIAFRAGMA) formada por músculos y zurdas que separan el abdomen de la cavidad mamaria.
En ese momento el abdomen queda duro y rígido, metido hacia dentro, y la contracción del diafragma interrumpe momentáneamente la respiración, produciendo un ruido muy especial durante la espiración.
Se produce cuando se irrita o estimula el sentido nervioso de la hipo (situado en el bulbo cerebral) o los nervios frénicos que inervan el diafragma. Pero, ¿qué es lo que provoca el soplo? Las causas son muy variadas: normalmente aparece tras una irritación excesiva del estómago (puede aparecer por un peso de comida o por masticar mal). O porque la digestión se retrasa (frío, efecto de los nervios). Se trata, por lo general, de un acontecimiento de escasa entidad, que finaliza inmediatamente.
Pero en otros casos puede ser reflejo de otras situaciones más graves y gravosas. Por ello, si después de unos minutos no desaparece, y por supuesto cuando se producen ataques y atascos que pueden durar días y semanas completas, la situación puede empeorarse hasta poner en peligro la vida.
En la infancia, sobre todo en los lactantes, puede ser más persistente; normalmente se debe al enfriamiento del cuerpo debido a la presión de los gases intestinales o a alteraciones o mezclas ligeras del aparato digestivo, siendo frecuente la preocupación y la angustia de los padres. Afortunadamente, no suele tener mucha gravedad.
El mejor sistema es beber agua en pequeñas tragoscas, poco a poco, sin respirar y cerrando la nariz. ¿Qué explicación fisiológica tiene esto? Por un lado, el diafragma se encuentra en reposo y con cierta retención de agua y aire.
Si las medidas mencionadas no tuvieran éxito, la persona se tumbará boca arriba, flexionando las rodillas para relajar los músculos de la pared abdominal. Posteriormente, la ingestión de una costilla con los dedos por otra persona, sin esfuerzo alguno, mantendría esa situación de reposo, ese pequeño esfuerzo que supone el beber agua poco a poco, necesita nuestra admiración, y así, indirectamente, ayudaría a relajar el diafragma.
El mantenimiento de la respiración, a menudo, provocará la desaparición de la zotina. Hay muchas vías para facilitarlo: contar sin respirar (hasta veinte por ejemplo), o repetir la misma frase en voz alta y con prisas. Durante una temporada también puede circular con la boca abierta, presionando a la respiración los músculos que están debajo de los huesos, empujándolos alternativamente hacia dentro y hacia fuera.
Si se trata de un niño, un parche o manta colocada sobre el estómago (basta con una tela empapada en agua caliente y luego bien escurrida) puede solucionar el problema. Si el niño es muy pequeño se puede cambiar de postura y se le puede aplicar una presión ligera en el modo masaje sobre el estómago. En los lactantes, en la mayoría de los casos, se produce por dejar al bebé sin secarse bien o mojado. En estos casos se arregla muy fácilmente si lo tapamos en tela seca y caliente.
Mantener caliente a la persona es beneficioso en todos los casos.
Los trucos que se citan a continuación son, según las costumbres y costumbres, los procedimientos que han llegado hasta nuestros días. Algunos van a conseguir más éxito que otros, pero como no van a causar perjuicios, os los citaremos en ese sentido.
No podemos dejar de mencionar el conocido sistema que propone “asustar” o atropellar a la persona que se encuentra en el suelo.
En la esperanza de que con los datos mencionados hayamos sido capaces de solucionar un pequeño problema, pero a menudo molesto.