Agua imprescindible, incluso en ríos

Lakar Iraizoz, Oihane

Elhuyar Zientzia

Los ríos son, en realidad, ecosistemas con vida a borbotones, muy dinámicos, muy cambiantes y versátiles. Pero para que los ríos sigan siendo todo un río, al menos una cosa es imprescindible: el agua. Si no tienen agua, su potencial es inútil. Y la responsabilidad de que los ríos sigan siendo ríos es nuestra, ya que nosotros les quitamos ese agua imprescindible.
Agua imprescindible, incluso en ríos
01/09/2008 | Lakar Iraizoz, Oihane | Elhuyar Zientzia Komunikazioa

(Foto: O. Lacar)
El agua es imprescindible para el ser humano. Desde tiempos inmemoriales hemos establecido los asentamientos residenciales alrededor de las fuentes de agua para dar respuesta a nuestras necesidades. Utilizamos el agua no sólo para beber, sino también para satisfacer las necesidades de la agricultura, la ganadería y la industria, así como para generar energía aprovechando la fuerza del agua.

Sin embargo, a medida que hemos ido desarrollando las sociedades, hemos necesitado cada vez más agua y, por supuesto, hemos ido tomando más agua de los ríos. Muchas veces no hemos tenido en cuenta que los ríos son algo que hay que cuidar y los hemos considerado como una simple fuente de agua. Es decir, ese deseo de satisfacer nuestras necesidades nos ha hecho olvidar las necesidades de los ríos.

En los últimos años este enfoque está cambiando. Las autoridades de la Unión Europea, por ejemplo, han tomado conciencia del problema y han adoptado un ambicioso compromiso: Conservar, proteger y mejorar el medio ambiente de todos los países de la Unión. En cuanto a los ecosistemas acuáticos, en el año 2000 se publicó la Directiva de Aguas, estableciendo como reto que para el año 2015 todas las masas de agua estén en buen estado ecológico. Esta ley puso en marcha a todos los Estados miembros.

Para mantener un buen estado ecológico, lo primero que necesita un río es tener suficiente agua. Para saber si una cantidad de agua es suficiente hay que fijarse en el funcionamiento de este río. La cantidad mínima de agua que necesita el río es la necesaria para desarrollar los seres vivos que vivirían en su estado natural. Este caudal mínimo se denomina caudal ecológico. Una vez respetada esta demanda del río, podríamos aprovechar el agua restante para nuestras necesidades, sin causar molestias al río.

Sin huella de caudal ecológico

Dos fotografías tomadas en el río Urkizulo (Leitza). En el de la izquierda, el río transportaba el agua antes de llegar a la presa; en el de la derecha, cuando había pasado la presa.
(Foto: A. Elosegi)

Esta perspectiva no se recoge en ninguna de las leyes vigentes en la actualidad. Es más, hasta hace poco la conservación de los ríos no estaba entre los objetivos de los que hacían normas para gestionar el uso del agua. A modo de ejemplo, el Plan Hidrológico de la cuenca del Norte III vigente en la Comunidad Autónoma del País Vasco en el año 1998, señala en relación al estado de los caudales ecológicos:

"En las zonas en las que actualmente se explota el agua, si bien tienen posibilidad de regulación, no tienen definido, salvo unos pocos casos, ningún caudal que tenga por objeto la protección del medio ambiente. Los pocos que respetan un caudal de este tipo o necesitan ser respetados lo hacen porque tienen que diluir los vertidos". Añade que la implantación de caudales ecológicos en los embalses supone, además, una "pérdida significativa del recurso que podría servir para otros usos".

Por supuesto, si nadie ordenaba, los que recibían agua de los ríos no comenzarían a 'despilfarrar' su recurso. En las concesiones de aprovechamiento de agua --autorizaciones para su aprovechamiento en determinadas condiciones - no se decía nada al respecto, por lo que la tendencia era generalizada que en los embalses y puntos de captación no se dejara una gota de agua al río o arroyo natural.

Caudal ecológico en concesiones

En este plan hidrológico, una vez descrito el escenario, se describen los planes de acción. Entre otras cosas, dicen que hay que respetar los ríos y que para cumplir sus funciones necesitan una cantidad mínima de agua, es decir, dejar un caudal ecológico en las zonas donde se explota el agua.

En la actualidad, el caudal ecológico representa el 10% del caudal medio anual de los cauces.
J. Mendizabal
Pero dice que "desde el punto de vista ambiental es muy difícil calcular el caudal mínimo que necesita cada río". Por lo tanto, hasta que se realicen estudios más profundos, propone una solución provisional: todas las concesiones que se realicen a partir de ese momento deben obligar a dejar el 10% del caudal medio anual de los cauces.

En cuanto a las concesiones ya aprobadas, el plan hidrológico no dice nada. Hasta el momento de renovar estas concesiones, por lo que no tendrán que adoptar medidas de este tipo. Así, según Arturo Elosegi, experto en ecología fluvial y profesor de ecología de la UPV, "en muchos lugares se puede ver que por debajo de la presa no se deja nada".

Otro problema puede ser en los emplazamientos con nuevas concesiones, es decir, si los que tienen que dejar el agua al río cumplen o no lo tienen que hacer. Son muchos los lugares a controlar y los inspectores o técnicos no llegan al seguimiento necesario.

Sin embargo, Elosegi cree que este problema puede resolverse fácilmente: "Las compuertas de los embalses se abren y cierran con una llave que en la actualidad es propiedad de los responsables de los embalses. Ellos se comprometen a dejar un caudal por debajo de la presa y un técnico debe andar comprobando si cumplen con lo indicado. Pues sería más fácil que los inspectores tuvieran las llaves de los embalses y que estuvieran en su poder abrir y cerrar las compuertas".

¿Suficiente?

Habrá que buscar una fórmula adecuada a las necesidades de cada río, más que una fórmula general para todos ellos.
A. Elosegi

Aunque se respete la legislación vigente, probablemente no sería suficiente para cumplir con el reto que plantea la Directiva Europea de Aguas. Ahora se ha definido un único caudal, es decir, salvo excepciones, en los lugares que explotan el agua durante todo el año dejan salir la misma cantidad de agua. Consideran que las comunidades de los ríos necesitan cierta cantidad de agua para sobrevivir y que basta con respetar esa cantidad mínima.

Y es cierto, las comunidades pueden sobrevivir con una cantidad mínima de agua, a la que están adaptadas porque, en circunstancias naturales, a veces, hay épocas de poca agua. Lo que pasa es que estos tiempos no duran mucho tiempo en la naturaleza, después de un desembarco siempre suben las precipitaciones. Por lo tanto, a pesar de sufrir desembarcos, no están adaptados indefinidamente a vivir en tierra.

Dependiendo de la época del año, las comunidades fluviales necesitan cierta cantidad de agua. Algunos seres vivos, por ejemplo, necesitan inundaciones para completar su ciclo biológico. Por tanto, es muy importante que el caudal suba y baja, por lo que sería necesario tener en cuenta estas incidencias cuando el caudal de un río esté en nuestras manos.

Nuevo plan hidrológico en marcha

En cumplimiento de lo establecido en la Directiva Europea del Agua, es decir, con el objetivo de mejorar el estado ecológico de todos los ríos, en la Comunidad Autónoma del País Vasco se está elaborando un nuevo Plan Hidrológico en la Agencia Vasca del Agua cómo gestionar el agua de la misma. Todavía no lo han acabado --son editables el año que viene -, pero han hecho un esquema con los temas a tener en cuenta. Iñaki Arrate, técnico de planificación hidrológica de la Agencia Vasca del Agua, nos informó sobre este esquema.

Incluso cuando el agua es desviada por canales es necesario dejar al cauce natural una cantidad mínima de agua.
A. Elosegi
En este esquema se explica, lógicamente, el tema del caudal ecológico. En los objetivos a alcanzar se indica que es necesario determinar las necesidades mínimas de agua de los ríos, pero también es difícil. Se comenta que son muchos los factores que influyen en el estado ecológico de un río y que es muy difícil tenerlos en cuenta para determinar el caudal ecológico.

Sin embargo, describen las premisas que debe cumplir el caudal ecológico. Entre otras cosas, dicen que tienen que calcular los caudales ecológicos teniendo en cuenta las variables biológicas, que no pueden ser fijos y que cada tramo debe tener su caudal ecológico.

Con estas premisas se propone un método de caudal ecológico modular para determinar los caudales ecológicos en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Este método propone dividir el año en tres tramos y definir para cada uno de ellos un caudal ecológico mínimo para los meses de julio, agosto, septiembre y octubre; medio para los meses de mayo, junio, noviembre y diciembre; y el máximo para los meses de enero, febrero, marzo y abril.

Para el cálculo de estos caudales se han tenido en cuenta los datos del caudal diario de cada tramo en zonas no reguladas. El caudal ecológico correspondiente a este tramo sería el 10% del caudal medio del tramo en cada grupo de meses.

Como se puede observar, al menos para el cálculo no se ha tenido en cuenta la primera premisa citada, es decir, no se han basado en variables biológicas. Sin embargo, en el esquema del nuevo plan hidrológico se indica que representa muy bien los caudales ecológicos que se obtendrían calculados mediante métodos biológicos.

El caudal que dejan en muchos lugares es insuficiente para las comunidades fluviales.
MEC

En opinión de Elosegi, se trata de un método demasiado general, que entiende que “deberíamos buscar más de una fórmula y que cada arroyo debería tener sus objetivos, ya que cada uno tiene sus características y necesidades. Por tanto, es muy probable que unos necesiten más agua que otros" para poder garantizar un buen estado ecológico.

Lo que nadie pone en duda es el caudal ecológico modular que propone que el 10% fijo que dejan ahora es mejor que ese 10%. Además de proponer, el propio Arrate nos indicó que ya se ha comenzado a utilizar el caudal ecológico modular en los ríos que inician y finalizan su recorrido en la comunidad.

Por tanto, podemos afirmar que el estado de nuestros ríos está mejorando. Sin embargo, todavía tendremos que esperar un poco de tiempo para que todas las medidas que tomen se pongan en marcha y se generalicen… y para que podamos ver la vida en nuestros ríos.

Transformación integral de cauces
La falta de agua o agua no es el único daño que causamos en los ríos. Cuando hacemos presas, interrumpimos el avance de todos los componentes que el río transporta junto con el agua. Quedan en el fondo de los embalses que generamos los seres vivos, los alimentos, los nutrientes y los sedimentos que en principio deberían ser recogidos por las zonas más bajas del río.
(Foto: O. Lacar)
Sin embargo, los ríos que bajan de la presa van recuperándose a medida que se alejan de las presas. Por un lado, emerge el agua subterránea y, por otro, a medida que avanza, los afluentes a los que se les une se abastecen de los elementos necesarios. Así, cuanto más alejados de la presa, los ríos artificialmente regulados son cada vez más naturales.
Muchas veces no consiguen, sin embargo, volver a los valores que realmente deberían tener. Los ríos pueden tener presas sucesivas. Para recuperarse del daño causado por una presa, se encuentran con la siguiente presa. Y por si fuera poco, además, les causamos otros muchos daños: contaminación, invasiones de especies traídas de fuera, etc.
Lakar Iraizoz, Oihane
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