Todos los libros y planos acumulados en algunas grandes cajas han recorrido un largo camino hasta llegar a la exposición. Cuando se les retiró el polvo, los archiveros se dieron cuenta rápidamente de la importancia y calidad del material. La idea de la exposición surgió al fichar todos los planos expuestos. Pero, ¿cómo y dónde hacerlo?
Esta acción se podía llevar a cabo de mil formas, es decir, el responsable de la misma suele generar esa idea. La coordinación de la organización se delegó en el arquitecto Álvaro Subijana. El proyecto realizado por éste se basó en el trabajo en equipo. Por tanto, el resultado resultante necesitaba la coordinación de varias personas y estilos. Y creo que han conseguido un buen resultado. La clave de la visibilidad de la exposición radica en la adecuada coordinación de la propia Casa de Cultura, la organización de su espacio, la decoración de muestras, la música ambiental, los catálogos, la película de vídeo, la luz, etc.
La exposición, que ha costado cerca de ocho millones, debe tener algún objetivo. Ver la exposición ayuda mucho a comprender mejor los objetivos. La exposición se compone de planos, fotografías y proyectos del casco antiguo de Tolosa entre 1840 y 1936. En aquella época Tolosa fue el polígono industrial de Gipuzkoa y gran parte de las construcciones realizadas en su casco antiguo se hicieron siguiendo las normas más avanzadas de la época, como las de los arquitectos parisinos. Y teniendo en cuenta que hoy en día el casco antiguo de Tolosa no ha cambiado demasiado, tanto en las obras de reforma como en las municipales resulta muy útil conocer los planos de la época. Por lo tanto, no sólo investigadores o estudiantes, sino que los tolosarras también pueden encontrar información muy útil para cuando abordan innovaciones en sus hogares.
A pesar de ello, es necesario mencionar el aspecto técnico y estético del material expuesto.
En los planos se puede observar perfectamente la extensión del metro como sistema de medición. Aunque en los planos del año 1840 se utilizaban los "pies castellanos", cuanto más alejado de ese año, más se utiliza el metro como unidad de longitud. Por otra parte, la mayoría de los planos están coloreados, destacando las diferentes partes. El texto que se puede leer en el mismo está compuesto por letras de caligrafía. Por todo ello, no encuentro grandes diferencias entre estos cuadros y planos de arte.
Por último, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a los archivos del Ayuntamiento de Tolosa por la información que me han facilitado. Tolosa 1898