Para ello necesitas tres repones, unos nuevos, unos minúsculos y dorados. También necesitarás un plato, el papel que se usa en la cocina y el vinagre.
Doble el papel y deposítalo en un platillo como puedes ver en la foto 1. A continuación, sobre papel, colocar tres monedas de 5 pesetas.
Coger el vinagre y verter al plato hasta que el papel quede totalmente húmedo (ver foto 2).
Ahora tienes que esperar 24 horas, pero te darás cuenta de que el resultado es como se ve en la foto 3. Es decir, que las monedas se han vuelto verdes.
Lo más sorprendente, sin embargo, es que las monedas han sido redefinidas en su totalidad, tanto en la parte inferior de los vinagre como en la parte superior de la arista. Sin embargo, lo que se ve en las partes superior e inferior es totalmente diferente. En el borde y en la parte superior se ha formado una capa verde-grisácea, mientras que en la parte inferior, directamente sobre los vinagre, se pueden ver zonas verdes brillantes y zonas con el metal original al descubierto.
La explicación consiste en los componentes de la moneda, ya que están elaborados con el llamado “oro del norte”, una aleación con alto contenido en cobre. Ya sabes que el vinagre es ácido, concretamente ácido acético, que al mezclarse con el cobre forma un compuesto de color verde. Este último se llama acetato de cobre o acetato cuprico. En la parte inferior de las monedas, algunas partículas de este compuesto se unen formando pequeños cristales. Estos cristales presentan un color verde de alta intensidad que brillan cuando son accionados por la luz.
El acetato de cobre es su nombre actual, pero este polvo verde-grisáceo ha tenido varios nombres a lo largo de la historia. Por ejemplo, cupritsa, garding o cristal de Venus.
Con esta experiencia has aprendido, entre otras cosas, que hay reacciones que alteran totalmente el color de las cosas. Esperamos que lo hayas disfrutado.