Pero es más importante que todos estos datos cuantitativos considerar que es posible excluir voluntariamente este efecto negativo de la persona y de la sociedad. El sueño de los cancerólogos es eso: si fuera así en todos los cánceres...
Pero la realidad es muy diferente. A pesar de que la educación pública avanza y ofrece resultados positivos, todavía queda mucho por hacer.
Para explicar el tema, voy a dividir la información en cuatro apartados: primero se dará una visión histórica, h.d. desde el momento en que el tabaco se conoce como cáncer, Doll y Hill demostraron científicamente el arte. En el segundo apartado se explicará la situación actual: Qué sabemos, qué se ha hecho y qué se ha conseguido. En la tercera me referiré únicamente al cáncer de pulmón, por su especial relación con el tabaco. Por último, ¿cuál es la planificación de la lucha contra el cáncer en un futuro a corto plazo?
Visión histórica
Hace más de 200 años se mencionó por primera vez la relación entre el tabaco y la aparición del cáncer. Sin embargo, en 1914 se demostró científicamente que las partículas sólidas del humo del tabaco eran capaces de producir cáncer de hidrocarburos, h.d. con carácter carcinógeno.
Sin embargo, a principios de este siglo, los tipos de cáncer que hoy en día se asocian sin duda al tabaco, se aceptaban como cáncer muy raro y rara vez se mencionaban en los certificados de defunción. Si los tabaqueros siguieran con los procedimientos y vías habituales, el consumo de tabaco nunca se iba a poner de moda, como nunca se había puesto de moda en sociedades que conocían el tabaco. Los hechos que llevaron a cabo este cambio fueron dos:
La industria del tabaco, a la vez que aumentaba, también avanzó la investigación científica del poder carcinógeno del tabaco. Fueron muchos los estudios de este tipo (especialmente los que estudiaban el cáncer de bronquios y pulmón); 2. Sobre todo después de la Guerra Mundial. La posible relación entre el hábito de fumar y la aparición de este tipo especial de cáncer era cada vez más evidente, ya que el tabaquismo iba creciendo desde las primeras décadas del siglo y, por otro lado, era justo pensar que el órgano más afectado por la inhalación del humo del tabaco era el pulmón.
Además del cáncer de pulmón y bronquio, el cáncer de boca, esófago, arena y vejiga han sido muy estudiados por su relación con el tabaco.
Las sesiones de control del tabaquismo pueden ser muy variadas:
En la actualidad existen controversias a la hora de evaluar el daño que reciben los no fumadores de lo que se conoce como fumar sin voluntad (o fumar pasivo). Lo que está claro es que la inhalación del humo ajeno introduce nicotina dentro de los no fumadores, lo que es fácilmente medible.
Como consecuencia de todas estas actividades, en la mayoría de los países industrializados el número de fumadores disminuye. En Estados Unidos, por ejemplo, entre 1964 y 1979, los fumadores disminuyeron del 42% al 33% y en esos 15 años dejaron de fumar unos 30 millones de personas. Si se analiza quién dejó de fumar, se observó que los hombres blancos eran de clase o clase social alta. Mientras que en 1978 el 10% de los médicos fumaba, en el personal de mano los fumadores eran el 65%.
Entre las mujeres fumadoras las cosas son diferentes (todavía se mantienen en torno al 30%). En España la situación es muy diferente. En la actualidad se puede afirmar que el 41% de la población es fumadora, sin que exista una relación entre el consumo antes mencionado y el nivel social. Según un estudio realizado en Cataluña, los médicos y maestros son los que más fuman.
En la actualidad, el cáncer de pulmón es para el hombre el primero de todos los tipos de cáncer (con diferencia significativa) y su frecuencia aumenta en las mujeres. La frecuencia varía entre 5 y 80 casos por 100.000 habitantes para hombres y entre 5 y 40 para mujeres.
¿Cómo se puede entender este espectacular auge? Digamos, en primer lugar, que no se trata de un falso incremento que se ha producido en los últimos años debido a la precariedad del diagnóstico, sino de un incremento real brutal. En Inglaterra, por ejemplo, la mortalidad por esta enfermedad ha aumentado de un 0,5% a un 6% entre 1930 y 1980. Y lo peor es seguir subiendo. Al analizar las causas de este fenómeno, todos los investigadores coinciden en señalar la importancia de fumar cigarrillos. Todos los demás factores serían sinérgicos, sólo auxiliares. Y las estadísticas son terribles en este punto: los fumadores de más de 25 cigarrillos al día tienen 20 veces más riesgo de cáncer que los no fumadores.
Podríamos decir que hoy en día mueren en USA unas 80.000 personas por el tabaco. Teniendo en cuenta que en los 12 años de la guerra de Vietnam (1961-73) sólo murieron 46.000 soldados, es fácil entender que el tabaco es mucho más peligroso y letal que cualquier arma.
Quizá el más conocido de todos los trabajos que estudian la relación entre el tabaco/cáncer de pulmón sea el realizado por Doll y Hill a lo largo de 10 años con 40.000 médicos controlados. En este estudio se comparaban los grupos de médicos fumadores, no fumadores y que dejaron de fumar: se estudiaron sus hábitos de tabaco y la incidencia del cáncer de pulmón.
Este estudio demuestra claramente que el aumento del cáncer de pulmón se relaciona directamente con el tabaco, siendo directamente proporcional al número de cigarrillos quemados. Por otro lado, demuestra que entre quienes llevan entre 8 y 10 años sin fumar (y, por supuesto, entre los que ya han sido fumadores) su incidencia de cáncer es mucho menor que la de los fumadores.
En este punto me gustaría tocar el problema de los fumadores pasivos. Así se llama a quien, siendo no fumador, devora en contra de su voluntad el humo del tabaco que consumen otros fumadores de su entorno. La parte más importante de este humo proviene de la llamada corriente secundaria, h.d. el humo que se produce cuando el cigarro, el puro o la pipa están quemando por sí mismos (sin que exista aspiración del fumador). La corriente que surge al aspirar el fumador y que va a la boca por el cigarrillo es la corriente principal o primaria.
Una vez analizados los componentes de la corriente secundaria, se ha podido observar que la concentración de ciertos componentes tóxicos es mucho mayor que en la corriente principal (nicotina y alquitrán tres veces más, monóxido de carbono 5 veces más). Por otra parte, se ha comprobado que el fumador pasivo en ambiente de humo de tabaco puede ingerir durante una hora tantos humos como 2 ó 3 cigarrillos, dependiendo del humo de la zona y de la ventilación del lugar.
Como estamos en la Asociación Económica Europea, en junio de 1985, vamos a mencionar la planificación para la lucha contra el cáncer que se preparó a este nivel. (EUROPA CONTRA EL CÁNCER o denominada EUROESPERANZA). En él se proponen medidas a todos los niveles: de mercado interior (impuestos especiales, etiquetas de cajas de cigarrillos, medidas para limitar la venta, etc.). ), agrícolas (por ejemplo para reducir la producción de tabaco), defensa de los consumidores (contra el tabaquismo pasivo, publicidad), etc.