¿Quién no conoce el Velocirapto de Jurassic Park? Aunque estos dinosaurios se parecían a avestruces sin pluma y aparecen en esta película de ciencia-ficción, vivieron de verdad, y muchos otros dinosaurios de gran porte avícola. Ejemplos de estos últimos son, entre otros, los encontrados en el Cretácico de China y de la península Ibérica. Pero, aunque estos animales parecían aves, no debemos olvidar que eran auténticos dinosaurios y no aves. También se publicó la hipótesis de que el dinosaurio chino podía tener plumas, pero esta hipótesis no fue aceptada porque las pruebas eran escasas. El de la península ibérica, por su parte, se excavó en el yacimiento de Las Hoyas de Cuenca, y además del esqueleto fósil del animal, en las calizas litográficas que lo guardaban apareció un molde único de cuero, pero sin plumas.
La de Cuenca, que es un esqueleto completo más un molde de cuero, permitió conocer cómo eran hace 125 millones de años algunos dinosaurios de aspecto aviar. A través de ella sabemos que estos animales, a diferencia de Velocirapto, se parecían a los pelícanos, con sacos bajo el pico largo y una gran ganga sobre la cabeza.
Pero las aves, ¿qué? ¿Cuándo aparecieron? En realidad, las aves más viejas aparecieron antes del animal chino o ibérico antes mencionado, el Jurásico. El más conocido de las primeras aves es el Archaeopteryx lithographica, de hace 145 millones de años. Este ave fósil se ha utilizado con frecuencia como prueba de la Teoría de la Evolución, ya que los siete fósiles conocidos en la actualidad por este animal, tanto reptiles como aves, presentan diversas características. Esto demuestra que el Archaeopteryx es un ser de transición entre reptiles y aves. Sin embargo, si los fósiles de este ave no presentaran las plumas tan bien conservadas, probablemente el Archaeopteryx se consideraría un simple reptil, sobre todo por sus características. Y es que el famoso Archaeopteryx, probablemente, podía volar de una manera muy torpe, con saltos largos como mucho. Por lo tanto, entre el Archaeopteryx y las aves reales todavía existía poca similitud.
Por otro lado, un pájaro dentado de las caleras litográficas de La Pedrera en la sierra de El Montsec de Lleida era más parecido a los pájaros. El fósil encontrado perteneció aún a un pájaro en forma de gorrión de edad nidificante y apareció en rocas 10 millones de años más tarde que el Archaeopteryx, es decir, en rocas de hace 135 millones de años. Su cráneo tenía muchas características de los dinosaurios sauriscosos, los carnívoros. Por el contrario, los pájaros tenían las características de las aves actuales, como las alas, las plumas y el esqueleto de aves ligero y bien desarrollado.
En otro yacimiento casi tan antiguo como el yacimiento de Lleida, el ya mencionado de Cuenca, se encontraron conjuntamente dinosaurios en forma de ave y fósiles de aves reales como Eoalulavi, Iberomesornis y Concornis. Es más, aunque las características de los esqueletos de estos fósiles evidencian que se trata de aves reales, en las calizas que albergaban un ejemplar fósil del Eoalulavi hoyasis aparecieron también copias exactas de las losas del ave.
Por lo tanto, la relación entre los dinosaurios y las aves, o lo que es lo mismo, la evolución de los dinosaurios hacia las aves, parece demostrada. En realidad, esta ha sido la hipótesis que se ha utilizado mayoritariamente en los últimos 25 años entre los paleontólogos, y por esta vía han ido la mayoría de las investigaciones. Por ejemplo, el fósil del dinosaurio Unenlagia comahuensis, descubierto en el Cretácico Superior de Argentina, también fomentaría la relación entre dinosaurios y aves. El unenlage se ha encontrado en rocas de hace 90 millones de años y, aunque no se le conoce la pluma, presenta una serie de características de las aves como las extremidades anteriores que se pliegan como alas y la pelvis transicional entre reptiles y aves.
Sin embargo, hay paleontólogos que todavía no aceptan la hipótesis de la unión entre dinosaurios y aves. Según ellos, el origen de las aves y los dinosaurios se encuentra en dos ramas hipotéticas diferentes de los Arcoaurios, reptiles muy primitivos que habitaban hace 250 millones de años. Esta idea tuvo una gran fuerza hasta la década de 1970, para posteriormente ser descartada.
Sin embargo, algunos paleontólogos siguieron trabajando en esta hipótesis y recientemente han dado a conocer el descubrimiento que impulsaría esta hipótesis. Así, los “dedos” de las alas de las aves serían los mismos que los cocodrilanos directamente evolucionados de los arcoaurios, pero no los de los dinosaurios.
Esto podría demostrar que las aves y los dinosaurios siguieron caminos evolutivos diferentes. Sin embargo, todavía se necesitan más pruebas para descartar una hipótesis que se ha mantenido firme en los últimos 25 años, la relación evolutiva entre dinosaurios y aves. Por otra parte, los paleontólogos explican que los dinosaurios desaparecieron hace 65 millones de años, al final del Cretácico, per secula seculorum. Pero las aves no se destruyeron.
Pero, entre otras cosas, si el Chorizo de Lleida es un dinosaurio transformado, y así lo demuestra una serie de características que, lejos de desaparecer, han conseguido perdurar hasta la actualidad.