Para estar en plena forma

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

Los médicos solemos ser muy “hábiles” en asesorar al paciente que acude a la consulta, reivindicando los comportamientos necesarios para conseguir este punto de forma tan completa. Es fácil tirar el sermón, es decir, recomendar las buenas costumbres y hábitos a tratar y prohibir los malos comportamientos y costumbres.

Pero cuando llega el momento de dejar de lado las palabras vacías y las teorías para pasar a la práctica, las comerías comienzan a escapar de las órdenes que normalmente damos y que nos piden pequeños sacrificios (o menos pequeños). No obstante, existe un decálogo de hábitos saludables que todos aceptamos, si queremos que diez órdenes o mandatos estemos en un momento vital.

1. Dormir bien

El sueño de ocho horas cada noche es el que necesita nuestro cuerpo para recuperarse adecuadamente de los cansancios del día anterior. Según los expertos, antes de medianoche el sueño se aprovecha más y es mejor dormir con la ventana abierta y sin demasiada ropa. La postura más adecuada para relajarse es dormir tumbado sobre el lateral derecho, ya que así no se comprime el corazón y se facilita la circulación. Si la cabecera está orientada al norte, el descanso será aún mejor.

2. Comer sano

Y sólo cuando realmente somos hambre, masticando correctamente cada bocado. Por otra parte, la dieta diaria debe ser variada y equilibrada en cantidad suficiente para mantener el peso corporal en un nivel adecuado, pero sin pasar por ahí. Los alimentos frescos tienen prioridad: frutas, verduras, hortalizas, ...

3. Haz ejercicio

Uno de los principios básicos para el mantenimiento de la forma es el desbloqueo de tensiones musculares y rigideces vertebrales. No obstante, el ejercicio físico debe realizarse de forma adecuada, sin sobreesfuerzos y de forma regular y progresiva.

4º Mantener peso

La mejor situación, diríamos lo ideal, es mantener un equilibrio en las cuentas de peso, sin repuntes, pero nunca desde el exceso de peso. La obesidad supone una sobrecarga para todos los órganos del cuerpo y más riesgo de padecer y padecer determinadas enfermedades.

5. Beber agua

El 62% del volumen corporal está formado por agua. Esta cantidad se mantiene en equilibrio debido a la continua reposición y eliminación del agua. El agua actúa como disolvente en las operaciones de digestión y contribuye a la eliminación de toxinas y residuos estancados o retenidos. También se recomienda beber dos litros al día para favorecer este proceso de desintoxicación (sobre todo en personas mayores o cuando los riñones no funcionan correctamente).

6º Aprender a relajarse

El estrés es uno de los principales obstáculos que nos plantea el estilo de vida actual para lograr la armonía física y mental. Un punto de estrés puede ser positivo hasta cierto punto, pero una vez superado un umbral o un límite (y aquí cada persona tiene un nivel de resistencia diferente), la respuesta provocará emociones negativas y cambios bruscos que afectarán tanto al cuerpo como a la inteligencia o al aspecto psíquico. ¿Respuesta? Tomar las cosas más tranquilas y aprender a relajarse.

7. Respirar bien

Existe un "decálogo de hábitos saludables" que todos aceptamos: dormir bien, comer sano, hacer ejercicio, mantener peso, beber agua, aprender a relajarse, respirar bien, protegerse del sol, ser feliz, ...

Al igual que comer, dormir o lavar los dientes, los ejercicios respiratorios son una parte de la rutina diaria. Lo ideal sería trabajar dos veces al día la respiración, diez minutos al levantarse de la cama y otros diez minutos a la hora de ir a la cama, realizando respiraciones profundas y controladas. Los beneficios de la terapia respiratoria están bien demostrados desde hace tiempo (tal y como ha demostrado la medicina oriental, el yoga, etc.) y hoy en día, según algunos expertos, la respiración abdominal (es decir, respirar con el vientre) aumenta la resistencia corporal, mejorando muchos de los trastornos funcionales que la llevan a la enfermedad.

8º. Protección solar

La energía del Sol es imprescindible para vivir. Los rayos del sol nos dan buen humor, gracias a los cuales nuestro cuerpo sintetiza vitamina D y calcio. Pero, como casi todo, el sol debe tomarse con moderación y siempre con la protección adecuada para evitar que la piel envejezca prematuramente. Científicamente está demostrado que el sol es el primer enemigo de la piel y además su influencia se acumula. Las edades más peligrosas son la infancia y la adolescencia. Por eso, proteger de la luz o de los rayos ultravioleta es fundamental.

9. Ser feliz

No es un remedio milagroso, pero ayuda mucho a sentirse bien y “joven”. El estado emocional controla de alguna manera nuestro cuerpo y nuestra mente. Vivir en esta condición emocional (amor, placer, felicidad, etc.) aumentará la secreción de endorfinas o hormonas de la felicidad. El sexo es otro síntoma de buena salud y bienestar físico. En las teorías yin y yang orientales se considera al sexo como una herramienta imprescindible para incrementar aún más la longevidad humana.

¿Y dónde está la décima orden? Los decálogos suelen tener diez mandamientos desde aquel Antiguo Testamento. Después de nueve, el décimo es libre, según el sentido común del lector, según su situación personal, condiciones, etc. valorarlo para decidir.

Sin embargo, cambiar de costumbre o de hábito no es nada fácil. Como suele decirse, “todo lo que me gusta, se ha pecado o engordado”. Sin embargo, es conveniente tomar conciencia de lo que podemos hacer para mejorar nuestra salud, aunque sin agobios. Y que todo ello tenga fuerza de voluntad. Es más fácil tomar otras vías superficiales (cosmética, gimnasio, masajista, etc.). ), a pesar de que los citados en el decálogo son mucho más baratos y eficaces a largo plazo que abordar los preceptos anteriormente mencionados.

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