Los escolares suelen aprender que las cuevas se forman al disolverse la caliza. Pero las cuevas son algo más que agujeros abiertos en la roca. Permiten conocer la historia de un territorio y sus habitantes. En Euskal Herria se conocen varios tesoros de este tipo. Praileaitz, Ekain y Santimamiñe son fundamentales para conocer la vida de hombres y mujeres del Paleolítico. Mendukilo, Pozalaga y Arrikrutz dan a conocer la historia geológica del territorio en el que vivieron estos hombres y mujeres.
En el subsuelo, aislado del exterior, las cuevas conservan información milenaria. Cuando las personas entran en el interior, sin embargo, se rompe el equilibrio existente hasta entonces y lo que la naturaleza ha creado durante miles de años empieza a cambiar en poco tiempo. Eso es lo que ha ocurrido en la cueva de Pozalagua.
La cueva de Pozalagua fue descubierta por sorpresa en 1957. La explosión de una bomba de cantera explotada por la empresa Dolomitas del Norte S.A. en el monte Ranero de Karrantza puso de manifiesto. Esta explosión dejaba aflorar incomparables depósitos minerales, ya que en la cueva de Karrantza se conserva el conjunto de estalactitas excéntricas del mundo. Desde 1990 los visitantes pueden disfrutar de sus curvas especiales. El espacio es tan espectacular que ha atraído a 33.000 visitantes al año.
Aunque la cueva se descubrió gracias a la cantera, las voladuras han influido mucho en Pozalagua y muchos espeleotemas aparecen rotos. Pero la cantera no es la única influencia externa que ha tenido la cueva. Pocos años después de las visitas, la vegetación comenzó a aparecer y, en 2004, Alfonso Antxia, la asociación de ciencias espeleológicas, comenzó a investigar la influencia de las visitas en la cueva.
Para ello se instalaron cuatro estaciones climáticas en la cueva. Cada hora recogen doce parámetros: temperatura, humedad, presión atmosférica, concentración de dióxido de carbono y datos de temperatura del agua y de la roca, entre otros.
A los esfuerzos de la sociedad espeleológica Alfonso Antxia se han sumado otros grupos de investigación. La primera investigación interdisciplinar que se llevará a cabo dentro de una cueva de Euskal Herria tiene como objetivo analizar Pozalagua. Geólogos, químicos, biólogos, ingenieros nucleares y espeleólogos han unido fuerzas en Pozalagua.
El objetivo de los investigadores es conocer el origen y evolución de la cueva, analizar la situación actual y encontrar una vía de protección para el futuro, mediante medidas que permitan combinar la protección del entorno con las visitas de los visitantes, ya que, al menos, según las primeras hipótesis, no existe nada que pueda desaparecer como consecuencia de las visitas.
El primer objetivo de todos los grupos de investigación es diferenciar las características de la cueva. Es decir, los grupos de trabajo tienen como objetivo catalogar todas las piedras, aguas y seres vivos que aparecen en la cueva y conocer su composición química, física, biológica y fisiológica.
El departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad del País Vasco está estudiando la creación y evolución geológica de la cueva. La geóloga Arantxa Aranburu dice: "Si conocemos cómo se han formado los cristalitos que hay en la cueva y en la cueva, sabremos cómo hay que cuidarlos".
El equipo de Aramburu tiene otros objetivos que no se limitan a Pozalagua. La investigación espera contribuir a completar el "vacío existente en nuestra historia geológica". De hecho, "desde que se crearon los montes de Euskal Herria -hace 40.000 años- hasta que a través de los arqueólogos empiezan a conocerse los seres vivos de las cuevas, no sabemos qué ha pasado geológicamente y gran parte de lo que ha ocurrido está almacenado en las cuevas". Por tanto, esperan que la investigación de Pozalagua les ayude a avanzar en este campo.
Las visitas a Pozalagua comenzaron hace casi dos décadas. Para que los visitantes pudieran ver la cueva, se instaló una iluminación interior que provocó una afección verde. Es decir, las plantas empezaron a colonizar la cueva, encontrándose en su interior musgo, hongos, líquenes y helechos. El departamento de Biología Vegetal y Ecología de la UPV ha asumido la catalogación de la vegetación de Pozalagua.
"Además de catalogar la vegetación, se está estudiando cuáles son las mejores condiciones para su cultivo. Las plantas sólo utilizan el calor de la luz y parte de la radiación. Si sabemos cuáles son, conoceremos las condiciones necesarias para el cultivo de plantas", explica Txema Becerril, miembro del departamento de Biología Vegetal y Ecología. Así, "modificando estas condiciones, como por ejemplo la luz de longitud de onda que no llega a las plantas, puede ser posible continuar con las visitas y evitar el crecimiento de la vegetación. También se podrían utilizar luminarias más frías. Por lo tanto, nuestro trabajo no es sólo hacer propuestas para acabar con la catalogación y la lacra verde, sino también para cambiar las condiciones que hacen posible la proliferación de plantas".
Los químicos del equipo de investigación serán de gran ayuda para ayudar a limpiar la enfermedad verde. Han inventado una especie de emplasto para eliminar la vegetación sin dañar los espeleotemas. Las primeras pruebas del empleo basado en el intercambio iónico han dado excelentes resultados. Ahora se está trabajando en la ratificación de estas conclusiones. Es también su responsabilidad conocer la composición exacta de los espeleotemas.
Como explica Becerril, el calor es una de las condiciones en las que los seres vivos de fuera de la cueva pueden colonizar la cueva, y las visitas también elevan la temperatura de la cueva. Para Jabier Les, miembro de la Asociación Espeleológica Alfonso Antxia, la recogida sistemática de datos deberá ser de 4-5 años para poder determinar el impacto de las visitas. Sin embargo, según los datos recogidos hasta el momento, se puede afirmar que en los meses de mayor afluencia de visitas se duplica la concentración de dióxido de carbono. "El resultado de la respiración, condensado, permanece en la cueva durante mucho tiempo y este vapor es muy corrosivo".
Los investigadores saben que los espeleotemas han empezado a deshacerse. Las estalactitas que aparentemente están bien en las zonas más afectadas se deshacen en las manos tan pronto como se toquen. Las estalactitas excéntricas piedras preciosas de Pozalagua son las que más han sufrido.
El afectado no puede recuperarse, pero los investigadores quieren encontrar una manera de evitar que los daños se agraven. La investigación multidisciplinar está en marcha. No se esperan resultados a corto plazo, pero los investigadores esperan que el conocimiento recogido en este laboratorio subterráneo sirva a medio plazo para completar un método de gestión de cuevas.