En 1988, el director del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Nafis Sadik, dijo al inicio de una conferencia: El crecimiento de las exigencias humanas está afectando a la tierra, el agua y el aire que necesitan todos los seres vivos. La elevada tasa de fecundidad y el rápido crecimiento demográfico acentúan este problema. Con un crecimiento más lento y una distribución más equilibrada de la población en los países en vías de desarrollo, la presión sobre las tierras agrícolas, las fuentes de energía y las formaciones acuáticas y forestales se reduciría y los gobiernos y las administraciones privadas dispondrían de tiempos más amplios para diseñar estrategias de desarrollo más equilibrado. En 1989, Nafis Sadik dijo: El grado de libertad de la mujer para tomar decisiones sobre su vida puede ser la clave para el futuro. No sólo en los países pobres, sino también en los ricos. Mujeres, madres, productores y suministradores de alimentos, políticos, etc. en la medida en que son, juegan un papel fundamental en el proceso de cambio.
Con esta introducción se ha querido resumir la situación de los problemas de sobrepoblación en dos palabras, pero vamos a analizar uno a uno los temas más importantes.
Antiguamente la tasa de crecimiento era del 2% en mil años y en los años 1950-1960 se situó en el 2% anual. Así, la población mundial aumenta en mil millones de personas cada doce años. Cada minuto hay 150 personas más, 220.000 personas más cada día y 80.000.000 más cada año. Así, la población de la Tierra en el año 2000 será de 6.100 personas.
Aunque las tasas demográficas han empezado a disminuir, entre 1985 y 2025 la población aumentará en 3.000 millones. Será necesario un siglo para que el crecimiento sea cero, pero entonces la población será de 10.000 millones, el doble de la actual. La mayoría de ellas nacieron en países en vías de desarrollo. Entre 1950 y 1985 la población del mundo desarrollado creció desde 800 millones hasta 1.200 millones, pasando de 1.700 millones a 3.700 millones en el mundo no desarrollado.
En este crecimiento, las campañas de salud tienen que ver con la disminución de la mortalidad infantil y el aumento de la esperanza de vida. Pero el crecimiento demográfico genera problemas.
En Kenia, por ejemplo, la tasa de crecimiento es del 4% anual. Por tanto, la población se duplica cada 18 años. Este crecimiento tiene su reflejo en la división del terreno. Las mejores tierras han sido divididas en numerosas partes y en 1969 las tierras agrícolas han pasado de 0,4 hectáreas a 0,2 hectáreas. Los campesinos pobres se ven obligados a cultivar tierras marginales o a emigrar a las ciudades. En la capital keniana, Nairobi, su población ha crecido un 600% entre 1950 y 1979.
Junto con el compromiso político de lograr la adaptación demográfica y terrestre, parte de los recursos humanos y financieros deben invertirse en planes de ordenación especiales. Estados como China, Costa Rica, Cuba, Indonesia, México, República de Corea, Sri Lanka o Tailandia han logrado este objetivo.
Desde 1950 la población residente en las ciudades se ha triplicado hasta situarse en torno a los 2.000 millones en 1985. En los países desarrollados la población urbana se duplicó entre 1950 y 1985, pasando de 477 millones a 838 millones. La población urbana mundial no desarrollada en el mismo periodo se multiplicó por cuatro, pasando de 286 millones a 1.140 millones. Para el año 2000, el 75% de la población sudamericana, el 42% de la africana y el 37% de la asiática vivirán en las ciudades.
Teniendo en cuenta la media mundial, la ciudad con una población de un millón de habitantes consume 625.000 toneladas de agua, 2.000 toneladas de alimentos y 9.500 toneladas de combustible, y genera 500.000 toneladas de agua sucia, 2.000 toneladas de residuos sólidos y 950 toneladas de contaminantes atmosféricos.
Además, los crecimientos urbanos han provocado una disminución de las tierras agrícolas que puede ser muy grave en algunos municipios. En Egipto, por ejemplo, en la actualidad, sólo el 4% de las tierras son aptas para la agricultura.
Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de morir por enfermedad común. Cada año mueren 500.000 mujeres durante el embarazo, de las cuales el 99% viven en países no desarrollados. Esta mortalidad se produce en una cuarta parte de las mujeres de 15 a 49 años. El riesgo de mortalidad por parto de una mujer africana es de 1/14 y en algunos aspectos de Asia de 1/18. La probabilidad en los países desarrollados oscila entre 1/4.000 y 1/7.000.
Un tercio de las muertes en el mundo corresponden a menores de cinco años. En los países no desarrollados mueren anualmente 11.000.000 de niños, principalmente por infecciones. 100.000.000 niños menores de 5 años no comen lo suficiente.
Se espera que en el año 2100 la población mundial se estabilice en 10.200.000.000 de personas. De ellos, 8.500.000.000 vivirán en localidades no desarrolladas, por lo que la distribución de tierras agrícolas y recursos hídricos cobrará especial relevancia. Entre 1950 y 1985 el crecimiento de la producción mundial de grano fue superior al de la población. Pasó de 700 millones de toneladas a 1.800 millones de toneladas, lo que supone un crecimiento anual del 2,7%. Este incremento se debe a la utilización de nuevas semillas, abonos químicos, pesticidas y sistemas de riego.
Sin embargo, en la actualidad hay 730 millones de personas que no comen lo suficiente y la mayoría de ellas viven en Asia Oriental y África Subsahariana.
Por otro lado, hay estimaciones de que la degradación y erosión de la tierra provocará la desaparición del 65% de la tierra agraria asiática, africana y sudamericana para el año 2100.
En muchos países no desarrollados las mujeres se casan muy jóvenes. El 50% de la mujer africana, el 40% de las asiáticas y el 30% de las sudamericanas se casan antes de los dieciocho años. Los hombres se casan más tarde. La diferencia entre Sudán, marido y mujer es de ocho años, seis de Pakistán y cuatro o cinco de Colombia y Paraguay.
Esta diferencia de edad tiene varias consecuencias. Por un lado, que la mujer tenga menos experiencia que su marido y por otro, que aumente la posibilidad de que la mujer se quede viuda. El número de mujeres viudas de Camerún es 19 veces superior al de los hombres. En África, en general, el número de mujeres viudas representa el 25% de los adultos.
Hay muchas mujeres en el mundo que no han podido tener hijos. Esta situación no se valora positivamente en sociedades en las que nacen muchos niños. Porque en estos lugares muchos padres aseguran su vejez con hijos. Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada diez parejas en el mundo es estéril. La esterilidad primaria (cuando no se puede tener ni un niño) puede llegar a ser del 1,5% en algunos lugares, pero en determinados países puede llegar a ser del 40%.
La esterilidad secundaria, debida a daños producidos por la presencia de algún niño u otro, está mucho más extendida, sobre todo en África.
Tres quintas partes de la población mundial se alimenta por sí misma, pero el 80% de la población de los países no desarrollados no tiene salarios o pensiones de vejez. Según la Organización Internacional del Trabajo, en el año 2000 el 25% de los jubilados de todo el mundo y el 6% de las mujeres cobrarán la pensión de vejez.
En el mundo industrializado, la seguridad económica se consigue a través de los salarios, los ahorros y las pensiones, pero eso no existe en un mundo no desarrollado.
En la mayoría de los países no desarrollados, los hijos prefieren a las hijas. Los padres no esperan demasiado de su hija casada. Además, la aportación económica de la niña antes de casarse apenas se valora. En Malin y Afganistán, por ejemplo, el 89% y el 97% del empleo, respectivamente, corresponde a los hombres, mientras que el salario de las mujeres es menor que el de los hombres, aunque trabajen lo mismo.
Hasta el momento se han analizado los principales factores que afectan a la sobrepoblación. En resumen, el desarroilismo y la situación de la mujer son los factores explorado. Por tanto, para que la sobrepoblación no sea un problema o sea lo más racional posible, se han formulado una serie de recomendaciones sobre los dos factores mencionados:
Las prioridades políticas y económicas de los diferentes programas para la obtención de estas recomendaciones deben tener en cuenta la necesidad de conservar el capital ecológico de la Tierra y que el desarrollo debe realizarse mediante el aprovechamiento controlado de los recursos.
Para ello, el primer paso a dar es el establecimiento del concepto de “contabilidad ambiental” en todas las actividades relacionadas con la planificación y el desarrollo. Y el segundo paso será crear una estructura económica internacional de desarrollo económico y social que no perjudique el medio ambiente.
Para lograr un desarrollo racional a nivel internacional es necesario establecer una cooperación en investigación y procesos industriales sin riesgos. Si la industrialización continúa utilizando tecnologías peligrosas, la carga tóxica superará la capacidad de recuperación ambiental.
Al mismo tiempo, los países industrializados deben ayudar a los países no desarrollados a controlar la tasa de crecimiento demográfico y sobre todo el crecimiento urbano.
En la actualidad hay 5.200.000.000 de habitantes en el mundo y algunas previsiones apuntan al XXI. A mediados del siglo XX la población mundial ascenderá a 10.000.000.000 de habitantes. No se puede saber de antemano si la Tierra va a ser capaz de tragar tanta gente o no, pero la respuesta dependerá en parte de los que vivimos en la actualidad. La reducción de las diferencias sociales y una explotación más racional de los recursos naturales pueden ayudar a las generaciones venideras en sus tareas.
Ciudades con rápido crecimiento demográfico (millones)Ciudad | 1950 | Datos actuales | Año 2000 |
México | 3,05 2,7 3 1,45 2,5 1,4 1,78 0,27 0,61 0,14 0,15 0,11 | 19,5 17 12 8,5 8 4,2 5 0,95 1 0,65 | 25,8 24 16 13,2 11,1 13,2 11,1 8,3 6,5 5,3 4,6 |
Zona | 1950-55 | 1980-85 | 60-65 | 1980-85 |
Mundo | 49,9 37,5 41,2 52,3 64,2 65,3 61,7 61 | 64,6 | 117 157 133 101 37 32 35 | 81 114 87 64 27 16 25 |
Algunas recomendaciones para combatir la sobrepoblación
Para garantizar la puesta en práctica de estas recomendaciones, se han establecido para el año 2000 los siguientes objetivos específicos:
Por otro lado, para lograr un mejor equilibrio entre los recursos y la población mundial, la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas propone:
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