La guerra del petróleo, un ejemplo para la década de los 90?

Uno de los elementos más importantes por el conflicto del Golfo es la abundancia de medios de comunicación. A su vez, este elemento plantea una nueva lógica interna prevista para el desarrollo de conflictos armados y una gran variedad de preguntas para entender la razón.
Localización del conflicto armado.

Guerra de la información

Uno de los elementos más importantes por el conflicto del Golfo es la abundancia de medios de comunicación. A su vez, este elemento plantea una nueva lógica interna prevista para el desarrollo de conflictos armados y una gran variedad de preguntas para entender la razón.

A pesar de esta magnífica difusión de medios y tecnologías de la información, el grado de conocimiento de la realidad de la guerra ha sido muy escaso. Cabe destacar la asimetría de la información ofrecida (ataque salvaje/operación quirúrgica, etc.). al hablar por una parte o por la otra) y el deseo de enmascarar la masacre de miles de ciudadanos iraquí como ejercicio de formación gimnástica.

Por lo tanto, la desinformación y la manipulación se han intensificado mientras se han demostrado avances espectaculares en la experimentación, desarrollo y difusión de las telecomunicaciones aplicadas al ámbito militar. Estaríamos ante la transformación de este sector, nuevo componente del frente de guerra. Ha cumplido su objetivo concreto de entretener y neutralizar la opinión pública occidental, tan importante para la estabilidad interna de los países aliados, recordar a Vietnam.

¿En qué contexto económico situamos la guerra?

Para comprender mejor el conflicto que nos ocupa, no podemos olvidar que esta guerra se ha situado en las coordenadas de la evolución económica mundial hacia el mercado global. Desde el punto de vista histórico, en esta época del desarrollo capitalista, lo más destacado es el proceso de internacionalización del capital (la internacionalización de todo el ciclo de capital, incluido el sistema productivo 1).

Una época que permite el mercado mundial y, por tanto, la acumulación mundial. Esta tendencia no es total, ni uniforme, por supuesto. Y es que en este proceso se siguen intercalando muchas tensiones proteccionistas, pero esta situación no puede dejar oculta la actual hegemonía de los capitales transnacionales en la economía mundial.

El principal resultado de esta dinámica económica general es, en primer lugar, la creciente polarización entre los países del Centro y de la Periferia, a la vez que mayores diferencias de distribución de la riqueza mundial, la explotación o explotación incontrolada de los recursos naturales, origen de la actual crisis ecológica, la homogeneización de las normas de consumo, el hambre, etc.

A todo ello hay que añadir el problema de las crisis económicas, una de las explicaciones estructurales más importantes del desarrollo capitalista. La crisis que se desarrolla a finales de los años sesenta se mantiene, aunque varía su intensidad en función del momento concreto y del país. Antes del estallido del golfo, por ejemplo, la mayoría de los países occidentales se encontraban en una coordinación retrógrada, siempre en un contexto de crisis.

Por ejemplo, en Estados Unidos el crecimiento de la producción en combinación con grandes déficit comerciales y financieros fue muy bajo en la primera mitad de 1990. 2. Es tentador establecer una relación entre esta situación y la respuesta rápida de Estados Unidos ante el ataque a Kuwait. El renacimiento cooperativo que la economía estadounidense ha conocido a finales de esta guerra refuerza la esencia de esta hipótesis. La función gendarme mundial ofrece, pues, la posibilidad de obtener beneficios versátiles. No sólo en el ámbito político, sino también en el puramente económico, si el coste financiero de estos beneficios se achaca, como en esta lucha, a otros Estados.

Por otro lado, otros nuevos acontecimientos afectaron de lleno al momento económico-político de la preguerra. Por un lado, la caída del socialismo real abrió las puertas a la expansión del sistema capitalista mundial y ha supuesto la destrucción de la política de bloques que regulaba el orden mundial tras la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, dentro del sistema capitalista aparece la reorientación del Orden Económico Internacional. En él destacan las nuevas tendencias en la distribución internacional del trabajo y la configuración provisional de tres zonas geoeconómicas alrededor de Estados Unidos, EVE/Alemania y Japón.

Por ello, a diferencia de la situación contextual de las dos Guerras Mundiales, en esta ocasión el conflicto no se ha planteado como una competencia intercapitalista. De nuevo sería la expresión de la sostenibilidad del orden económico-político que establece la hegemonía con el Sur. La falta de autonomía mostrada por los países europeos y Japón con respecto a la iniciativa de los EE.UU es un hecho absolutamente expresivo. Sin embargo, el perfil económico de este desarrollo bélico coincide con los clásicos conflictos de características imperialistas en los que, además de los objetivos políticos minuciosos, el control de las materias primas (petróleo) también tiene prioridad.

Oriente Próximo en la economía mundial

El papel de Oriente Próximo en la historia de los últimos años del mundo es fundamental para entender los acontecimientos actuales en este campo. Para empezar, desde principios de este siglo ha sido un campo de tensiones y conflictos, tras el fracaso del imperio otomano, en el que se han impuesto las potencias occidentales y la división política bajo ellas. Asimismo, el Estado de Israel se ha asentado en el territorio palestino, convirtiéndose en la principal fuente de seguridad e inestabilidad de las últimas décadas.

Además, desde un punto de vista puramente económico, este ámbito puede considerarse parte de la periferia del sistema capitalista. La estructuración interna de las economías locales es extremadamente débil. Debido al fuerte crecimiento demográfico, en los países con pocos recursos es aún mayor, por lo que la gran corriente de inmigración interna y la fuerte polarización de la distribución de rentas se debe a esta situación.

Si se observa la posición de los países de estos territorios en la división internacional del trabajo, cabe destacar que pueden incluirse en el modelo de los primeros exportadores. En la mejor situación se encuentra la monoproducción del petróleo y muestran una fuerte tendencia hacia el exterior. Cabe destacar las diferencias existentes en la estructura de la renta entre países (sobre todo entre países con petróleo y sin petróleo), ver 1. imagen) Pertenencia a grupos sociales.

Figura .

Como ya se ha comentado, la diferencia entre países en estos territorios genera realidades económicas extremas, y éste es el origen de la corriente de emigración hacia Estados de renta alta. Dada la importante presencia de mano de obra extranjera, esta mano de obra desempeña un papel económico excelente como fuente de renta en estos territorios y en otros países asiáticos (ver figura 2). En lo que respecta a las diferencias internas entre rentas, el alto nivel de beneficios de una minoría genera un consumo de lujo, con lo que la demanda privada local muestra una gran dependencia del exterior.

Figura .

Sin embargo, las rentas obtenidas por petróleo permiten cierto ahorro y capitalización. Sin embargo, el ahorro interno no se destinará a aumentar su capacidad productiva, sino a reciclarse en el sistema productivo y financiero del oeste capitalista. Servicios

En definitiva, además de un conflicto de carácter político y cultural exhaustivo, hay que tener en cuenta el complemento desestabilizador de la situación socio-económica de estos territorios, caracterizado por un bajo nivel de desarrollo productivo (industrialización débil y monoproducción de petróleo) y por diferencias significativas tanto humanas como internacionales.

Petróleo PLEE (OPEP) y crisis

Base energética

Tras la Segunda Guerra Mundial, se ha materializado un modelo energético que sirve de base para la expansión económica (y que aún perdura). Bajo este modelo, la norma es el despilfarro de recursos energéticos escasos y no renovables, y el alto consumo energético se completa con el monocultivo de la oferta.

En este modelo, la reina de las fuentes de energía ha sido el petróleo, y sigue siendo, como indica la causa de esta guerra. La introducción del TVCP como cartel de oferta fue el origen de los subidas de precios del petróleo de 1973 y 1979. Estos incrementos han supuesto una transformación relativa en la dimensión y estructura de la producción y consumo energético.

En el ámbito de la demanda se ha producido una disminución del consumo energético, al tiempo que se ha incrementado el uso de otras fuentes energéticas, especialmente la nuclear. En cuanto a la oferta, la producción de combustible en los países de la UPV ha disminuido y la de otros países ha aumentado, tanto en el Tercer Mundo (México, Brasil, India, etc.) como en el Oeste (Gran Bretaña, Noruega, Unión Soviética, Estados Unidos 4, etc.).

Figura .

La estructura energética en los ochenta

En cuanto a la estructura del consumo energético, está correlacionada con la presión del combustible, si bien su elasticidad de demanda es baja. De ahí que se pueda entender que después de duplicar los precios, los países capitalistas reduzcan de forma relativa la dependencia del petróleo.

Por otra parte, la Figura 4 refleja que la estructura internacional del consumo de combustible muestra la superioridad total respecto al Sur del Oeste en la época pre-bélica. Cabe destacar que en 1989 los EEUU representaban, individualmente, el 20% del consumo mundial total de petróleo. Tomando como referencia el consumo per cápita, un ser humano de los EE.UU consume el doble que el japonés o el EEE y el doble que la media del Tercer Mundo.

Figura .

Ante esta situación de demanda, la producción se ve afectada por estas nuevas fuentes de energía, con fuerte presencia del sector nuclear. La oferta de otros países petrolíferos fuera de los EE.UU ha aumentado, alcanzando en 1989 el 63,5% del total mundial de la producción de petróleo y el 36,5% de la producción de los países de la UPV (50% en 1973).

La desaceleración relativa de la oferta de los países de la UPV/EHU no se corresponde con otra realidad más sólida del TVCP a largo plazo, el 76% de las reservas mundiales de petróleo. (Figura 5). En la misma figura se puede observar que en los territorios de Oriente Próximo hay el 65% del total de reservas mundiales y que la participación de Estados Unidos es apenas del 3%.

Figura .

Petróleo y guerra

Si tenemos en cuenta estos últimos números y las reservas de petróleo (manteniendo el ritmo de producción actual) tienen un horizonte temporal de 45 años, la importancia que tiene para los intereses occidentales en cualquier cambio del mapa geoestratégico de esta zona es evidente. Esta es la primera y más superficial causa de la guerra en estudio.

Por otro lado, el conflicto del Golfo ha incrementado las conductas especulativas. Aunque no haya problemas de oferta, 5, las subidas del precio del petróleo han sido espectaculares mientras duran las tensiones del Golfo. Por ejemplo, si el precio medio del último día de julio de 1990 por barrica era de veinte dólares, el tres de agosto era de 29 y a principios de octubre el precio alcanzó los 41-42 dólares. A partir de ahí se ha producido una tendencia descendente en el precio del petróleo, que se ha vuelto a fijar en torno a los veinte dólares a la fecha de redacción de este artículo debido a las fluctuaciones.

Precios similares a los de finales de julio. La oferta de petróleo se ha mantenido o aumentado. ¿Qué ha pasado para que el precio suba tanto en ocho meses? La única respuesta posible es que la especulación ha hecho suya una y otra vez. En ello influye decisivamente la estructuración oligopolista del mercado del petróleo. Si bien los datos no están disponibles, se puede considerar seriada la acusación de asociaciones transnacionales con control sobre el sistema de distribución del petróleo como causa principal de dicha conducta.

Merece una mención especial el análisis del porqué de los incidentes internos del TVCP. En resumen, en esta institución existen dos intereses contrapuestos. Por un lado, hay países con numerosas reservas, que consideran muy estrecho el sistema de cuotas establecido por el TVCP. Estos coinciden con la estrategia de Occidente de mantener el bajo nivel de precios del petróleo, que también se refleja en el ámbito político. Por otro lado, los esfuerzos de las personas con menos reservas tienden a aumentar su precio. En definitiva, la guerra del Golfo ha modificado la correlación de fuerzas dentro de la PLEE a favor de los países de primera clase (Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos, etc.).

¿Y ahora qué?

Aliados

tras una victoria clara se ha impuesto la lógica de la fuerza. Se ha vuelto a demostrar que la legitimidad del orden mundial radica en la violencia. Han querido y han querido mostrar la superioridad de Occidente.

Refinería Petronor.

Nuevas condiciones para aumentar la distancia Norte-Sur. Parece que hay un gran consenso en Occidente para que los EE.UU sean gendarme, si hay intereses contrapuestos entre Occidente y los pobres del mundo. En segundo plano queda la competencia entre los países del Norte.

La situación actual de Oriente Próximo refleja el tamaño del coste humano de esta guerra. Con el desastre de los pueblos de Kurdistán y Palestina, un impacto ecológico único, el fortalecimiento del autoritarismo político, las desestructuraciones económicas y financieras, el exilio, el hambre... Mientras que debido a la guerra se van a producir muchos cambios internos en estos territorios, su dependencia hacia el exterior no se hará más que aumentar, ya que las fuerzas por una mayor autonomía se han quedado en bancarrota.

Además, esta guerra ha sido un ejemplo para otros países del Tercer Mundo. Tal y como se analiza en este artículo, se observa que algunos países ya están sufriendo las consecuencias económicas de la guerra, y aunque eso sea duro, es más preocupante ver que las soluciones razonables a los graves problemas de estos Estados se cierran.

Además, en el sector energético parece haber ganado la apuesta por la solución fuerte. El petróleo y la fuerza nuclear se han fortalecido como fuente de energía si no se reconoce que este esquema restaurado o híbrido está completamente descompuesto. No será, por tanto, sorprendente que, si el modelo persiste, surjan en el futuro conflictos de control de las fuentes de energía, quizás más suaves.


  1. La internacionalización del sistema productivo ha coincidido con la consolidación y desarrollo de empresas internacionales.
  2. En concreto, en esta época el crecimiento de la producción fue inferior a medio punto.
  3. El ejemplo más conocido y claro es el grupo kuwaitarra KIO, que cuenta con importantes participaciones en empresas de diferentes sectores occidentales.
  4. Hay que mencionar que el comportamiento de Estados Unidos depende de la presión del petróleo. Cuanto más caro es el combustible, más se usa de sus reservas, ya que cuando el precio baja se dirige a la producción externa.
  5. La oferta de cuotas de Irak y Kuwait ha sido cubierta por otros países de la UPV desde el inicio de la crisis, y además los territorios occidentales ya habían acumulado grandes stocks de petróleo.
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