Se calcula que cada año se producen entre 1 y 5 millones de intoxicaciones por pesticidas, lo que provoca la muerte de miles de agricultores. La mayoría de las intoxicaciones se producen en países en vías de desarrollo, ya que a menudo no disponen de normas sanitarias adecuadas ni pueden cumplir ninguna norma. Finalmente, sólo la cuarta parte de la cantidad total de pesticidas utilizados en el mundo es utilizada en estos territorios, pero casi todas las muertes por pesticidas, el 99%, se producen en ellos.
La mayoría de los afectados son agricultores, ya que muchas veces lanzan directamente el producto en el campo sin tomar medidas de protección. El desconocimiento, la falta de equipos adecuados, la pesada y caliente de los equipos para el clima de estos lugares… son muchas las razones por las que se puede trabajar sin protección. Conscientes de ello, los pesticidas más peligrosos están prohibidos en los países en desarrollo, pero el hecho de que los otros estén aceptados no significa que no causen ningún daño.
La FAO es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y considera que los gobiernos de estos países tienen responsabilidad. Por ejemplo, el gobierno senegalés lleva años investigando algunos casos de intoxicación que se estaban produciendo en zonas rurales. Los síntomas eran fiebre, dolor de pecho y vientre, náuseas e insomnio. En algunos casos, la intoxicación también provocó la muerte.
El resultado de la investigación fue claro: el responsable de las intoxicaciones era el pesticida mezclado con unas semillas de cacahuete. Las semillas se vendían así, y en los países desarrollados no generaban ningún problema, ya que las sembraban con herramientas mecánicas. Sin embargo, en Senegal se siembraban a mano, no utilizaban trajes o equipos especiales, y además, para sacar el cacahuete interior, algunos campesinos morían las semillas.
Este ejemplo pone de manifiesto que los agricultores no siempre pueden controlar los factores causantes de la intoxicación. Es decir, que los agricultores no saben que están en peligro y por eso, entre otras cosas, no toman medidas. Por lo tanto, si los gobiernos no asumen esta responsabilidad, los agricultores quedan desprotegidos.
Inhalados, ingeridos, ingeridos, metidos a través de la piel o de las mucosas... los pesticidas penetran en el organismo por diversas vías, ya sean del bicho, de la mala hierba o del En función del tipo de pesticida, son más fáciles de introducir por una vía u otra, existiendo una gran diferencia de toxicidad. Por lo tanto, una vez producida la intoxicación, los síntomas son muy diferentes según se trate de un pesticida u otro.
Además, no es lo mismo que la intoxicación sea aguda, es decir, que se tome una dosis elevada en un momento o que sea crónica, es decir, que se tomen pequeñas dosis durante mucho tiempo. Los síntomas de intoxicaciones agudas son más evidentes, con lo que aumenta el riesgo de mortalidad.
Algunos de los pesticidas más prestigiosos, como el DDT, el lindano o el aldrín, son organoclorados. Nada más entrar en el cuerpo pasan a la sangre y se extienden en el organismo. Los primeros síntomas de intoxicación aguda son náuseas, dolor de cabeza y nerviosismo.
Después vienen temblores fuertes, alteraciones de la respiración y del latido cardiaco y pérdida de conocimiento. En la intoxicación crónica los síntomas son muy variados: enfermedades hepáticas, respiratorias, oculares, nerviosas, tumores...
Por otra parte, los pesticidas organoclorados atraviesan la placenta a dosis muy bajas y se concentran en el feto. Tras el nacimiento del bebé, esta concentración aumenta, ya que sigue recibiendo pesticidas a través de la leche materna.
Sin embargo, los organofosforados son más peligrosos para el ser humano que los pesticidas organoclorados. Muchos son sistémicos. Esto significa que cuando las plantas son absorbidas quedan en el sudor, de manera que cuando los insectos sudan entran al organismo. Al ser humano le ocurre lo mismo, por lo que antes de comer basta con limpiar bien la verdura o la fruta, pero el veneno llega al ser humano. En caso contrario, el agricultor que trabaja en el campo tiene un alto riesgo de penetración cutánea y de inhalación.
En las intoxicaciones agudas, los organofosforados afectan a los sentidos y después producen parálisis. Otros síntomas pueden aparecer. Además, el paciente tarda mucho en recuperarse y normalmente quedan consecuencias, no se cura totalmente.
Los carbamatos actúan de forma similar a los organofosforados, pero los principales síntomas de intoxicación aguda son la debilidad, el sudor, las náuseas y la visión borrosa. Otros tipos de pesticidas, como los piretroides, producen picor y dolor en la piel, además de temblor y parálisis.
Los pesticidas también actúan sobre el sistema inmune y el sistema hormonal, y los investigadores continúan estudiando la influencia de ciertos pesticidas en los seres humanos. De hecho, a pesar de que se les realizan rigurosos estudios de toxicidad antes de su comercialización, es posible que se vean con posterioridad efectos inesperados.
En los países en vías de desarrollo, hay que tener en cuenta que las intoxicaciones son aún más peligrosas para ciertos grupos de población, como desnutrición, deshidratación o enfermedad, así como para los niños. Como los niños pesan menos que los adultos, presentan mayores concentraciones de pesticidas en la sangre, por lo que el efecto es más intenso que en los adultos. Por otro lado, tienen bastantes posibilidades de intoxicación cuando juegan. De hecho, estos productos no siempre se almacenan correctamente y quedan a disposición de los niños. Además, en los lugares más pobres, los niños tienen que trabajar en los campos de cultivo y al final tienen muchos riesgos de intoxicación.
Además de los problemas derivados de su mal uso, existe otra fuente de problemas, los pesticidas obsoletos. Son restos de pesticidas utilizados antiguamente en programas de control de plagas. No se recogieron y se dejaron sin tomar ninguna medida especial. Ahora hay miles de toneladas dispersas por aquí y por aquí, y son realmente peligrosas. La FAO les ha llamado la bomba de relojes porque pueden causar graves daños en cualquier momento.
Estas bombas de reloj están ubicadas en países en desarrollo. No hay datos concretos, pero en Ucrania, por ejemplo, se estima que han envejecido 19.500 toneladas de productos químicos y en Moldavia 6.600 toneladas. En Asia, por su parte, hay alrededor de 6.000 toneladas, sin tener en cuenta China, donde no saben cuánto hay, pero sospechan que pueden ser muchas toneladas. En Oriente Medio y Sudamérica se calcula que hay unas 10.000 toneladas y en África, al menos, 50.000 toneladas.
Los gobiernos de estos territorios ya han comenzado a pedir ayuda a la FAO para eliminar estos residuos. De hecho, se están dando cuenta del nivel de riesgo tanto para el medio ambiente como para la salud. Además, estos pesticidas desechados son los más tóxicos de todos: aldrín, DDT, dieldrina, heptacloro, fosfatos orgánicos...
Algunos no se encuentran tan en mal estado, han permanecido bastante bien guardados y todavía se encuentran disponibles. En el otro extremo se encuentran los plaguicidas que han penetrado en el suelo por los bidones dañados. Desgraciadamente, son más los que están en esta situación que los que han quedado bien guardados. En consecuencia, los casos de envenenamiento se están convirtiendo en normales.
La FAO tiene en marcha programas de eliminación de residuos de pesticidas, así como proyectos de enseñanza del uso correcto de los mismos. Asimismo, con el objetivo de reducir los efectos nocivos sobre la salud y el medio ambiente de los pesticidas, existen dos convenios internacionales, uno de Estocolmo y otro de Rotterdam. En cualquier caso, como siempre, se necesita dinero además de las palabras para llevar a cabo lo escrito, y eso es precisamente lo que la FAO pide a los países desarrollados, una subvención para encauzar proyectos.
Lindane, el pesticida más famoso de Euskal HerriaEl lindane es un insecticida de amplio espectro, muy eficaz, que sin saber el daño que puede causar, comenzó a usarse a partir de los años 50. En Bizkaia se produjo mucho y durante años se produjo un vertido incontrolado de residuos. Hasta la década de 1980 no se habían iniciado medidas en su contra. En 1995 el Gobierno Vasco presentó un plan para combatir el lindane y finalmente se optó por almacenar los residuos en los depósitos de seguridad. Almacenes ubicados en Loiu y Barakaldo. En la primera, 112.000 m 3 y en la otra, 412.000 m 3 de tierra, tierra envenenada con lindane. |
Coca-cola: chispas mortalesPrueban en la India un pesticida anti-bicho barato, eficaz y chispeado: Coca-Cola. Tras mojar los campos de algodón y pimiento con Coca-Cola, los bichos desaparecen. También se ha probado con otros refrescos de cola como Pepsi, pero los resultados son mejores con Coca-Cola. ¿La clave está en el ingrediente secreto? Sin embargo, los científicos no coinciden en términos de eficacia. Algunos creen que la explicación está en el azúcar de Coca-Cola: el azúcar atrae hormigas rojas que comen larvas de bichos, por lo que no hay bicho en los campos impregnados de Coca-Cola. El agua azucarada ya ha sido utilizada por los agricultores para evitar plagas de bichos. Otros investigadores, sin embargo, no ven bases científicas ni creen que sirva para nada. Pero al agricultor que después de probarlo ha obtenido buenos resultados, ¡no importa tanto la base científica! No obstante, la salpicadura de los campos con Coca-Cola es mucho más barata que el uso de pesticidas convencionales. Si es eficaz, mejor. |
Muchos pesticidas tienen un efecto impredecible durante su degradación ambiental. De hecho, las moléculas que forman los pesticidas son quirales, es decir, aunque tengan la misma fórmula, tienen una estructura diferente: una es la imagen espejo de la otra.
Estas figuras como el espejo son los enantiómeros, que aunque tienen la misma fórmula química que los demás, reaccionan de forma diferente con las enzimas. En consecuencia, su durabilidad es mayor que la del resto y, por tanto, generan mayores impactos ambientales.