El futuro de las setas

En otoño, y sobre todo en esta ocasión, es muy bonito para los setas, el deseo de los viejos amigos. Es conocida la afición de los habitantes de Euskal Herria por la Naturaleza, tanto como montañero como setas.
Figura . Sarcoscypha coccinea (Scop.:Fr.) Lamb. (V. Martínez Irigoyen)

Cuando se habla de setas deberíamos diferenciar dos grupos. Por un lado, tenemos investigadores de setas o, mejor dicho, de hongos, que analizan cada semana estos seres vivos que aparecen en los bosques y prados tras registrar todos los rincones de Euskal Herria, y por otro lado, los setas, que devoran los bosques. Si el trabajo del primer grupo, y especialmente en Euskal Herria, ha sido meritorio con los preparativos de las semanas micológicas, las proyecciones de conferencias, etc., el comportamiento del segundo grupo es preocupante, ya que pueden poner en peligro el futuro de los hongos.

Es cierto que a lo largo de la historia ha habido diferentes momentos, y aunque en un principio el ser humano era recogedor, y lo que se recogía era una fuente de alimento imprescindible, poco a poco tuvo unos recursos de la Naturaleza controlados y fue perdiendo toda su dependencia de la Naturaleza.

Figura . Hygrophorus marzuolus (Fr.:Fr.) Bres. (V. Martínez Irigoyen)

La situación actual es muy diferente, pero ¿no son los recuerdos antiguos los que nos llevan a buscar setas? Cuando digo que la situación es diferente, me gustaría subrayar, por un lado, que no es una fuente de alimentación imprescindible y por otro, que el número de personas de la sociedad actual es muy elevado y que estamos desequilibrando las condiciones del entorno, lo que exigiría una regulación de la explotación.

Diversidad de setas

¿Por qué no debemos aprovechar las setas que nos ofrece la Naturaleza? esta es la pregunta que le viene a la cabeza a muchos y no tiene razón. Sin embargo, las otras preguntas están relacionadas: ¿por qué y cómo están los hongos en un lugar? Y también deberíamos conocer estas respuestas.

A la hora de explicar qué son las setas, comenzaríamos a describir algunas formas conocidas y auditivas. Pero, ¿diríamos que son seres vivos? ¿Sabéis qué se quiere decir con esto? Pues eso, que viven y tienen su lugar, se comen, viven y se reproducen, asegurando así su vida y el futuro de la especie.

Figura . Calocybe gambosa (Fr.:Fr.) Donk (V. Martínez Irigoyen)

Puede decirse que tras el proceso histórico los hongos viven en un equilibrio variable con el resto de los seres vivos. A pesar de que antiguamente los hongos se clasificaron con plantas por su inmovilidad, hoy en día se les aplica una personalidad propia. Se diferencian de las plantas para obtener energía, es decir, para mantenerlas vivas, porque no son capaces de realizar la fotosíntesis y por ello necesitan una fuente orgánica de carbono, es decir, son heterótrofos como animales, pero se alimentarán de la absorción. Así, viven en cualquier lugar donde haya materia orgánica.

El número de especies de hongos conocidos es elevado, en torno a los cien mil, y se dividen en varios grupos basados en la estructura reproductiva. Sin embargo, todas estas especies desarrollan pequeños cuerpos vegetativos invisibles: los micelios (figura 2). Generalmente este cuerpo es firme, es decir, el hifa, y es el que se alimenta. Los hongos pueden crecer allí donde hay compuestos orgánicos, por lo que suelen vivir en el suelo, troncos, etc. Sin embargo, en una época determinada desarrollan cuerpos reproductores y en algunos grupos este cuerpo reinante es visionario, que es lo que nosotros conocemos (Figuras 2 y 3). Para denominar a estos cuerpos reproductores se utilizan diversos nombres, como setas, hongos, setas, ardagai, cortezas, copitas, garras, etc...

La forma y tamaño de estos cuerpos reproductores es muy variable, siendo útil para la clasificación. En este artículo no vamos a entrar en clasificaciones profundas, pero no se puede olvidar que este apartado es muy rico e interesante.

Figura . Marasmius oreades (Bolton:Fr.) F. (V. Martínez Irigoyen)

Cada especie de hongo tiene su propio ciclo de vida y puede desarrollar este cuerpo reinante, el carpóforo, en primavera, como el Sarcoscypha coccinea (Figura 1), el Hygrophorus marzuolus de marzo (Figura 4) o el Calocybe gambosa de primavera (Figura 5), que es la mejor condición para el desarrollo del Colugly6.

Todo esto es conocido empíricamente, es decir, por la experiencia, y si el verano y el otoño son lluviosos y templados, la gente espera ver las setas. Por tanto, el tiempo del año, es decir, la climatología, es importante, pero hay que saber a dónde ir. Para ello habría que preocuparnos de la ecología o estilo de vida de los hongos.

Como ya se ha mencionado anteriormente, los hongos son dependientes del sustrato y obtienen el alimento a través de: 1) aprovechando la materia orgánica muerta existente en la zona, es decir, los saprofitos. Estos hongos son los primeros ecologistas conocidos en la Naturaleza, ya que reciclan la mayor parte de la materia orgánica de la zona, de manera que el resto de los seres vivos pueden aprovecharlos; 2) aprovechando el compuesto orgánico que tiene otro vivo, que se denominan parásitos y 3) cuando se juntan con un vivo, obteniendo los beneficios de ambos, lo que se denomina simbiosis. Esta última, muy extendida en el mundo de los hongos, está dividida en dos subconjuntos, uno conocido como líquenes, que la convierten en talo o cuerpo natural tras la asociación, y el segundo, cuando el hongo se une a las raíces de las plantas con flores, las micorrizas (figura 3).

Los bosques sí…

Figura . Collybia butyrace (Bull.:Fr. ) C.M.P. (V. Martínez Irigoyen)

Es obvio que los bosques nos ofrecen un espacio adecuado para encontrar los diferentes grupos de hongos mencionados. Así, entre las hojarasca, alimentándose de la materia orgánica muerta presente, encontramos numerosos hongos como Collybia, Mycena, etc.; entre las orejas, pero el micelio de los hongos está estrechamente ligado a las raíces de los árboles, entre los que se encuentran numerosos hongos apreciados por setas como Amanita , Boletus , Lactusleus, etc. Y no digamos los que viven de la espalda de árboles, hierbas o animales, es decir, parásitos, Armillariella, Microsphaera, etc. Por último, podemos encontrar hongos que desarrollan una doble personalidad y una atalaya visionaria propia, es decir, líquenes que viven en el tronco, roca o tierra de los bosques (Figura 3).

Por lo tanto, hay que reconocer que la búsqueda de setas en el bosque o matorrales es la más adecuada; es cierto que las setas también se pueden encontrar en los prados, el marasmio comestible Marasmius oreades (figura 9). También es conocida la especificidad de los árboles de algunos hongos, de manera que el Lactarius deliciosus esnegorri sólo crece en los pinares, mientras que otros son más extensos y pueden crecer en distintos bosques como la Amanita rubescens lanperna roja.

Futuro

Figura . Cantharellus cibarius (Fr.:Fr.) F. (V. Martínez Irigoyen)

En resumen, hemos visto cómo viven los hongos. En cualquier caso, las estructuras reproductoras desarrolladas por los hongos aprovechan la oferta de la Naturaleza para los animales, incluidos los humanos. Siendo esto así, ¿dónde está el problema? El principal problema es la inadecuada explotación de los recursos.

El problema de la situación general en Euskal Herria se basa en dos puntos, por un lado, y debido a la política forestal local, la reducción de los bosques es evidente y como consecuencia de ello la micoflora se encuentra en peligro de extinción paulatina o repentina, según el grupo, y por otro, a lo largo de los últimos años el número de setas recolectoras ha aumentado considerablemente, lo que ha provocado que la presión que recibe el medio sea excesivamente elevada.

Por otro lado, para identificar adecuadamente las setas y evitar, entre otras cosas, el riesgo de envenenamiento, es necesario tomarlas en su totalidad, ya que algunas especies son anillos o volvientes. Sin embargo, conviene recordar que el cuerpo de la mayoría de los hongos, el micelio, vive habitualmente en la capa superior del suelo y cuando el suelo se descongela, las condiciones del suelo cambian y las consecuencias pueden ser muy dañinas para su microflora y microfauna.

Figura . Amanita citrina (Sch. : Fr.) Gray (V. Martínez Irigoyen)

Por otro lado, al recoger los cuerpos reproductores, se llevan las unidades de dispersión de las setas, es decir, las esporas, por lo que de los bosques desaparecen las setas. Si este suceso se produce únicamente en un punto concreto, la situación general sería sostenible, pero si todos los rincones de nuestro entorno soportan la presión mencionada, los ecosistemas o medios no son capaces de resistir, poniendo en peligro la pérdida de la diversidad global y, especialmente, del fúngico.

Ante esta situación habrá que impulsar la recogida racionalizada de setas. Por lo tanto, comprendemos el mundo de los hongos y sin hacer una reflexión demasiado profunda, nos damos cuenta de que debemos cuidar la Naturaleza en un futuro cercano si queremos ver a las setas y otros seres vivos.

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