Lo escrito por Alicia termina en lo que aparecía en el último artículo, pero nuestra curiosidad no es una bestia fácil de saciar y pide más. A pesar de algo raro, no vemos simplemente la causa de la trágica consecuencia de esta postal.
Hauzia, para recordar en pocas palabras, es que ponía lo mismo a ambos lados de la postal enviada por esos extraños hermanos y ese terrible mensaje era: LO QUE PONE AL OTRO LADO ES FALSO.
Para poner un poco de orden en el torbellino que hay en este complicado, nublado y travieso territorio del otro lado del espejo, diferenciaremos los dos lados de la postal con letras diferentes: Zona A y Zona B.
A: LO QUE PONE AL OTRO LADO ES FALSO B: LO QUE PONE AL OTRO LADO ES FALSO
Afectemos al molino. El que pone en la parte A dice que el lado B es falso. Por lo tanto, lo que pone en la parte B es falso, pero la parte B es falsa la otra (la del lado A). Por lo tanto, es falso que el otro lado (el del A) sea falso. Pero la mentira sobre la mentira es verdad aquí y en Japón, y antes de que nuestras neuronas estallen, nos empujan a la conclusión clara de que lo que pone en la parte A es cierto y por lo tanto es cierto que lo que pone en la otra parte es falso. Esto es lo que tenemos en la cabeza del molino. Siguiendo el hilo deberíamos confirmar que el lado B es falso y que por lo tanto es falso el que pone en el lado B.
(Respira antes de continuar).
Pero la tranquilidad no dura mucho al otro lado del espejo. Cuando creemos que hemos conseguido una idea clara de algo y vamos a decidir que merecemos un descanso, es donde aparece una nueva tormenta. Al igual que sucede en la primavera, el sol y el granizo se acompañan aquí.
¿Qué pasaría si en lugar de empezar a leer esta postal maldita por el lado A empezamos por el lado B? Pues en ese caso, estemos tranquilos, no volveremos a accionar el molino. Actuando con una sola simetría, lo que pone en la parte B sería cierto y lo contrario falso. Pero cuando cogemos la postal, ¿cómo saber por qué lado hay que empezar a leer?. Dado que ambas son iguales y por lo tanto no se puede diferenciar, la opción es totalmente libre. En otras palabras, no se sabe cuál es la vía adecuada o no para empezar a leer.
Esta situación que tenemos entre manos es curiosa. Según lo que estamos diciendo, lo que dice la postal es diferente y desde qué lado empieza a leer. ¡Qué travieso y admirable!. Al principio ya hemos avisado a aquellos que piensan que jugar con el lenguaje es algo peligroso y que son capaces de leer cualquier cosa sin hacer caso, seguramente se sentirán arrepentidos viendo lo triste que ha supuesto su valentía.
La lengua es una herramienta concebida para describir el mundo, para intercambiar información sobre lo que ocurre en el mundo con otros seres humanos. A medida que se mantiene en este nivel, no se producen problemas de ningún tipo. El lenguaje es una herramienta inmejorable para describir el mundo y difundir información sobre él. Los problemas surgen superando ese primer nivel; cuando queremos convertir el tema de la lengua en el mismo idioma, cuando lo que se quiere describir es el mismo idioma. Cuando tratamos de hacerlo en estos casos, es muy difícil no caer en los agujeros de las brujas.
Cuando queremos jugar con el sistema que hemos inventado para describir el mundo (el lenguaje), cuando queremos liberarnos de esa descripción, todo el edificio se nos cae de arriba abajo, atrapando a nosotros mismos. Pero una vez perdida la inocencia, si se degusta ese gusto amargo del vicio, ¿cómo volver a casa de los padres?. Es imposible. Para pasar un par de días, vale, pero es tan hermosa esa arriesgada libertad. Y aunque sabemos que terminaremos mal, nos resulta imposible dejar de jugar con el lenguaje.
Como decimos, Alicia volvió por el otro lado del espejo, pero todos los que han conocido afirman que lo que pasó al otro lado y lo que conocieron de vuelta no era la misma persona. Alicia volvió de este territorio simétrico como aquellos adolescentes que despiertan más largos y tristes después de haber estado con dolor de garganta. En muy poco tiempo, mucho más antiguo.
Oye, ¿y si lo que pone en la parte A fuera mentira?. ¿Por qué debemos pensar, simplemente, que en ese sentido empezamos a leer que lo que dice es cierto? Tendríamos que volver a poner en marcha el molino y después de dar una vuelta y otra, seguramente no sabríamos dónde estamos. ¿Cómo es posible que esta combinación de letras tan sumisa sea tan traviesa?.
He hecho lo que puedo. Me doy cuenta de que estoy escribiendo, pero ¿de qué estoy hablando? Cuando el tema de un genio es el escrito en él, tener la certeza de que estamos en ese camino sin fin, como esos guerreros que aparecen en ese lugar.
Y para terminar, una regla: "esta frase tiene treinta letras". ¿Cuántas letras tiene esa frase? ¡Fantástico! ¡Que sí!.