Cáncer. Situación actual de la oncología

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

Esa es la palabra que genera inquietudes y angustias. ¿Qué es el cáncer? ¿Qué produce cáncer? ¿Cuáles son sus principales síntomas o signos? ¿Cómo se puede tratar? En las siguientes líneas trataré de responder a estas preguntas y a otras que se le ocurran a nuestro lector.

El cáncer es una enfermedad de carácter maligno. El cáncer es un tumor. Y el tumor es una palabra latina que significa inflamación. El quiste, o el forúnculo, no puede considerarse un tumor, ni un derrame de sangre que se acumula debajo de la piel o en el tejido muscular. Por tumor se considera, normalmente, el conjunto de células que se fragmentan y reproducen de forma excesiva y autónoma dentro de un tejido.

Todos los tejidos del cuerpo pueden ser el origen de los tumores, independientemente de su ubicación en cualquier órgano. Y dependiendo de dónde se sitúen o del tejido del que procedan, reciben distintos nombres: lipomas, sarcomas, osteomas, miomas, neuromas, etc. Los canciller son aquellos que proceden de tejidos epiteliales, en sentido estricto, como la boca, esófago, estómago, próstata, mama, cuello de útero y otros tejidos epiteliales.

Anuncio de una campaña de propaganda que relaciona el tabaco con el cáncer. Realizado en Gran Bretaña.

Y de dónde viene esta palabra cancillera? Del griego KANKREI, que significa KARRAMARRO. ¿Y por qué esa denominación? Porque el tejido tumoral se adhiere firmemente a los tejidos circundantes, o bien porque los vasos sanguíneos y linfáticos alrededor del tumor parecen las patas del cangrejo.

Los tumores pueden ser benignos o malignos. En las primeras, las células se reproducen rápidamente, sin alterar su forma ni la función de las enzimas que producen. Sus células no invaden tejidos cercanos ni se dispersan por el cuerpo. Sin embargo, los tumores malignos están formados por células atípicas. Estas células son inmaduras, crecen muy rápido e invaden tejidos adyacentes sin respetar sus límites. Muchas veces las células cancerosas se dispersan por los vasos linfáticos o vasos sanguíneos a otros tejidos, donde las metástasis, h.d. creando nuevos cánceres.

Esta distinción no siempre es tan clara. Desgraciadamente, en algunos casos, un tumor pasa de ser benigno a ser malo, o puede tener consecuencias muy negativas por el lugar en el que se encuentra, aunque sea benigno (cerebrales, p. ej.). Por otra parte, los tumores malignos presentan en algunos casos un crecimiento lento e lento, en el que el enfermo puede vivir muchos años.

El cáncer puede aparecer en todos los tejidos y órganos, siendo los más afectados estómago, intestino, pulmón, mama, útero, próstata y boca. Cada tipo de cáncer tiene sus propios signos, que nos pueden dar la sensación de tumor, por lo que es conveniente que los perciba y detecte lo antes posible. Así, si se consigue un diagnóstico rápido, el cáncer tendrá un tiempo de evolución corto y podemos trabajar antes de que la célula cancerosa invade otros tejidos.

Para todo esto conviene mejorar la educación sanitaria. En este sentido, las campañas de exploración sistemática que se llevan a cabo en diferentes tipos de cáncer, como la exploración ginecológica y el estudio de mama, que se realizan para el diagnóstico precoz del cáncer de cuello de útero y mama a partir de cierta edad, pueden servir de ayuda para el diagnóstico.

En cuanto al tratamiento, con los conocimientos actuales, cuando se aplican correctamente, podríamos decir que se puede evitar un tercio de los cánceres existentes, curar otro tercio y que en la mayoría de los cánceres incurables tenemos medios para eliminar y aliviar el dolor.

En la actualidad son tres los recursos fundamentales en el tratamiento del cáncer: cirugía, radioterapia y quimioterapia, que en muchas ocasiones requieren combinar estos tres tipos de tratamiento. En algunos casos, una vez practicada la cirugía, puede ser conveniente continuar la radioterapia para eliminar las células cancerígenas que han sido liberadas del tumor durante la operación y extendidas por el cuerpo a través de la corriente sanguínea.

DECÁLOGO CONTRA EL CÁNCER

Se pueden evitar ciertos tipos de cáncer.

    1. No fume. Si eres fumador, deja el tabaco lo antes posible y no lo fumes.
    2. Moderar las bebidas alcohólicas.
    3. Eliminar los excesos de exposición solar.
    4. Cumplir las normas de salud y seguridad, especialmente en el ámbito laboral, relativas a la producción, manipulación o utilización de cualquier sustancia cancerígeno.
    Siguiendo las dos normas siguientes, además de mejorar tu salud, se reduce el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer.
    5. Come a menudo frutas y verduras frescas y cereales con alto contenido en fibra.
  • 6. Tener cuidado con el exceso de peso y reducir el consumo de grasa.

Más tipos de cáncer se curarían si se detectaran antes.

    7. Acuda a su médico si nota algún veneno, cambio en alguna de las orinas o sangrado no habitual.
  • 8. Consulte al médico si tiene una alteración persistente de la tos, la ronquera, el cambio de hábitos de liberación o la pérdida de peso injustificado.

Para las mujeres

    9. Realiza periódicamente un frotis vaginal.
    10. Atención a tus pechos y si puedes, realiza una mamografía cada cinco años a partir de los cincuenta.
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