Veneno de la costa mediterránea

Aizpuru, Maria Luisa

Elhuyar Fundazioa

Aguas negras urbanas, pesticidas, hidrocarburos... la costa mediterránea se ha convertido en un verdadero vertedero de la industria y de millones de turistas. La cota de alerta está superada y cientos de animales y plantas se encuentran en peligro de extinción.

En la actualidad, el hongo del Mediterráneo ofrece un paisaje asombroso: se pueden ver flotando en una capa espesa de sulfuro, plásticos, cortezas de verduras, papeles de aluminio... Si a esto añadimos una serie de residuos industriales y los lodos de agua procedentes de colectores urbanos situados a lo largo de la costa francesa, el resultado es extremadamente penoso.

En este envenenado desierto, en el que las plantas marinas desaparecieron hace tiempo, sólo algunas estrellas de mar desgraciadas han conseguido perdurar.

Hay que decir y redecir que los animales y plantas del Mediterráneo están a punto de morir por la indiferencia de nuestra civilización.

Las investigaciones llevadas a cabo para el estudio de la contaminación bacteriológica y química han arrojado consecuencias preocupantes:

Miles de litros de agua vertidos diariamente a la costa directamente desde las alcantarillas alimentan un gran grupo de bacterias desconocidas.

Por ejemplo, los 100 desagües de Frejus a Banol en la costa francesa arrojan residuos de millones de turistas a la costa de Var. Como consecuencia, un año más, el baño ha estado prohibido en varias playas del departamento de Alpes-Maritimes.

Sin embargo, la cota más temida se soporta en el golfo de Marsella. De hecho, el desagüe de Corfiu emite 200.000 m 3 contaminados sin ningún tipo de depuración.

Cada litro de agua que sale de las alcantarillas lleva alrededor de 4 millones de refrigerados intestinales. ¡¡El agua del mar puede considerarse muy contaminada cuando tiene 20.000 litros de colibazilo!! Noticias

Este colector se está convirtiendo en un artefacto publicitario que se extiende por Marsella, a menudo hasta los 6 km de la costa.

Para hacer frente a esta invasión, la capacidad de autogestión de plancton y bacterias marinas ha quedado totalmente superada, por lo que los distintos germinados patógenos se están multiplicando en las proximidades de las playas sin ningún tipo de impedimento.

Los ejemplos más claros son el nosbacilo de teta, el botulismo los germinados de la cólera y sobre todo la salmonella. Se han convertido en amigos íntimos de los mariscos y todos los años son responsables de varias fiebre tifoidea y gastroenteritis.

Sin embargo, que los turistas lo sepan claro: como mucho, estos visitantes molestos atacarán con sufrimiento a través de la creación de cuestas o cuestas, o dejando un restos de eczema, o de una sinusitis molesta. Les harán perder como máximo unos días de vacaciones por una intoxicación alimentaria, ¡no más! La contaminación mediterránea sigue sin matar a los hombres.

Pero para la fauna y la vegetación ocurre lo contrario. En este mar de tierra no hay renovación de las aguas de los fondos, ni cambios de marea o grandes corrientes marinas. Por ello, la vida subacuática se desarrolla principalmente en la costa, en lugares donde los plancton vegetales se pueden abrevar con sales minerales de la costa y donde pueden recibir suficiente luz para expandirse o expandirse.

Este grupo de contaminantes es el responsable de la reducción y eliminación del ecosistema mediterráneo.

En primer lugar, el prado de Posidoni, verdadero pulmón subacuático (produce diariamente 10 l. de oxígeno por m 2) que vive y alimenta a cientos de pequeñas microalgas e invertebrados en estas plantas con flores, y que es un lugar privilegiado para los peces, está sufriendo en los últimos tiempos un enorme retroceso por toda la costa. Los prados cercanos al colector de Corfiou (Marsella) y Cap Silie (Toulón) desaparecieron por completo hace tiempo y desaparecieron por mucho tiempo. De hecho, este verde marino de m 2 necesita un siglo para volver a crecer.

Pero los residuos industriales urbanos no son, sin embargo, los Ríos llevan al Mediterráneo entre 100 y 150 toneladas de pesticidas cada año. Un tercio de ellas DDT (prohibido desde 1969). Este órgano clorado tiene una duración de 30 años.

¿Son cosmientes dónde se bañan?

Estos productos son muy estables en el agua del mar y se adhieren a los tejidos grasos y nerviosos de los organismos vivos. ¡Y qué desgracia! ¡por fin resultan mucho más tóxicos para los animales marinos que para los mosquitos!

100 litros de agua de mar equivalen a una mezcla de un millar de gramos de DDT para paralizar o matar los cangrejos en pocas semanas. Son insecticidas, responsables de las úlceras y lesiones hepáticas que sufre el 1% de los peces. Los insecticidas impiden la fotosíntesis de las algas y, por tanto, la respiración de muchos animales.

En cuanto a los mariscos, hay que decir que los únicos culpables de esta evolución son los obligados a filtrar el agua de la zona. Los ríos y arroyos llenos de insecticidas agravan la matanza.

Un kilo de moluscos recogidos en la costa francesa puede contener 10 mg de insecticidas, es decir, 70.000 veces más que el agua de mar.

La suciedad continúa al vertido.

Si a los factores mencionados sumamos los vertidos telúricos de residuos industriales metálicos y radiactivos y los hidrocarburos procedentes de los puertos deportivos, es evidente que la situación ha llegado insostenible.

Para la limpieza de las aguas, la instalación de depuradoras adecuadas en la costa debería reducir esta masacre, pero hay que actuar con rapidez si no queremos que el Mediterráneo de principios del 3er milenio se vea convertido en mar muerto.

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