Manteniendo la peña más original... ARCILLAS LARGAS

FICHA TÉCNICA Arcillas largas

Arcillosa, es una pelotita de pluma adherida a una cola muy larga. Tiene una longitud aproximada de 14 cm y si tenemos en cuenta que más de la mitad es de cola, nos queda una epotxa de 6-7 cm de longitud y 7-9 gramos de peso. Además de ser un cuerpo pequeño, con las patas y los picos muy cortos, la famosa cola de este peculiar pájaro parece más larga. Está claro, por tanto, que el rasgo más destacado de este pájaro es la longitud anormal de la cola o cola, que hace casi inconfundible. Hemos dicho casi inconfundible, porque los alfareros (del género Motacilla) también tienen una cola muy larga y por tanto pueden ser confusos. Pero también son muy diferentes en tamaño, marcha, coloración, lugar de residencia y demás características, por lo que podemos distinguir fácilmente unos y otros.

Este paseriforme, por su parte, está vestido con llamativas plumas de colores blancos, negros y gargantas: cola, cabeza y aletas blanquecinas; vientre blanquecino y costillas gargantas. Cabe destacar que a lo largo de Europa esta especie presenta formas de coloración variable, como las del norte del continente, con cabeza blanca.

Su aspecto es curioso. Cuerpo pequeño redondeado y cola muy larga.

Cuando no está de celo, el largo barro es un animal gregario que le gusta ir en cuadrilla. Forma parte de los grupos formados por paridos y otros pequeños pájaros que recorren los bosques. Sin embargo, a pesar de la codicia, las amilotxas, los refractarios, los pajaritos, etc., podemos distinguir fácilmente el largo de la cola. En primer lugar y como hemos dicho, su arcilla es espectacular en cualquier posición, y, por otro lado, el ruido habitual que saca para no dispersarnos el grupo es también separable del resto de especies, al afilar el oído: Escucharemos una especie de “tsirrrp”.

En estos grupos de pájaros de distintas especies, las arcillas largas forman normalmente grupos de 8 o 15 ejemplares que se desplazan sucesivamente a lo largo del bosque en recorridos tradicionales. Después de pasar todo el día juntos, por la noche todos los miembros de la especie se unen para dormir. Así, se elige una rama de árboles y todo el grupo se reúne muy bien para calentarse.

El día lo pasan del árbol al árbol, en la caza de chomorras, pequeñas arañas, hojas vegetales, etc. En ese empeño trabajan con mucha intensidad, y a menudo podemos verlos en las posiciones más acróbatas cuando se trata de detectar las malas extremidades. Cabe destacar que, como pocos pájaros, los colchones pueden comer mies de pino, por lo que ayudan a combatir estas plagas.

A medida que llega la primavera, los grupos se disuelven y comienzan a emparejarse en parejas para reproducirse. Parece ser que son las hembras las que abandonan el grupo y buscan a los otros grupos, lo que les sirve para evitar la consanguinidad. Tras los vuelos nupciales, la pareja inicia la construcción del nido. Es de destacar el nido que estos chorizos hacen, junto con el que hacen los txepetxes, uno de los más cultivados de la zona. Utilizando con habilidad el musgo, las telarañas, los líquenes y las plumas, forman un nido grande, caprichoso y redondo.

Habitan en bosques y zonas arboladas, formando grupos fuera de ella.

Aunque la construcción requiere de unos días de trabajo laborioso, el resultado final es muy bonito. Las paredes se envuelven por dentro con plumas dulces y, para conseguir el camuflaje, cubren el exterior con telarañas. La entrada se sitúa en un costado o en la parte superior. El nido es colocado en alguna de las ramas ocultas de un árbol o arbusto y normalmente no muy alto. Al parecer, entre los árboles que escogen para la instalación del nido, el puro es uno de los más apreciados.

En los próximos días la hembra pone entre 8 y 12 huevos blancos manchados de rojo. Los pollos nacen después de dos semanas de incubación y son capaces de abandonar el nido en otros 14-18 días si todo sale bien. Desgraciadamente, no siempre es así y como los nidos se rompen a menudo, se puede decir que en ese tiempo mueren muchos ejemplares.

En cualquier caso, manteniendo el círculo de amistades más original, las arcillas largas que han perdido el chitón tienen un comportamiento especial. Al igual que la mayoría de las especies, si se encuentran en el inicio de la época reproductiva, intentan sacar un nuevo chitazo. Sin embargo, si la forma está avanzada, muestran un comportamiento muy curioso: se dirigen a algún nido del barrio y se unen a sus padres para ayudarles a sacar adelante sus chitos. Los que tengáis hijos lo entenderéis bien, que entre 3-4 personas pueden crecer mejor que entre 2 hambrunas 8-12. Esta actitud sorprendente, además, no es algo que se da de vez en cuando, ya que en la mayoría de las parejas se puede ver otra longitud de barro trabajando con los padres y madres.

En muchos nidos, además de los padres, se ven otros largos. Estos últimos son ejemplares que se han quedado sin nido y han ido a ayudar a otro nido.

Tras la salida de los pollos del nido, hasta que los jóvenes aprenden a valerse de sí mismos, se mantiene la ayuda. Debido a que normalmente los colchones sacan dos chituras, es frecuente que una pareja esté en el nido con los chitos de la segunda ronda y que todos los críos de la ronda anterior estén pidiendo forraje alrededor del nido. En estas situaciones estrechas, por supuesto, las especies que se acercan a la ayuda hacen un gran beneficio.

En Euskal Herria el alfarero largo es un nidificante común. En cuanto a su hábitat, aparece en zonas forestales, matorrales y bosquetes abiertos, prefiriendo los bosques de frondosas a los de coníferas. Por encima de 1.000-1.200 metros, es difícil ascender, por lo que no nos encontraremos en los Pirineos y en el resto de las montañas altas. Por otra parte, al no gustar las tierras desbrozadas, no aparece en algunos lugares de la zona de la Ribera. Vive en Europa y Asia a nivel mundial y, en general, no tiene mucha tendencia a migrar.

Por último, mencionaremos dos fuentes de muerte de estos alegres y vivos pájaros. Por un lado, son insectívoros apasionados y, al igual que ocurre con muchos animales que tienen esta fuente de alimentación, productos químicos como insecticidas causan un gran impacto. Por otro lado, son bastante débiles y tienen dificultades para afrontar el duro invierno. Es de suponer que en las nevadas de este año nuestros amigos han visto rojos.

Especie: Aegithalos caudatus Familia: proyectos Orden: paseriformes Clase: aves

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