Compost

Imaz Amiano, Eneko

Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

La palabra "compost" no es en absoluto nueva para quien se dedica a la jardinería. Sin embargo, últimamente, el resto también escuchamos con bastante asiduidad esta palabra y a menudo sabemos que se trata de un tipo de tierra o de un sustrato utilizado en jarras.

En los últimos años, por un lado, los jardines y las márgenes de la carretera son más numerosos y, por otro, cuidamos mejor. En consecuencia, también se ha incrementado notablemente la cantidad de residuo orgánico que se genera en el mismo, es decir, hierbas, hojas, ramas de árboles podados, etc. Todo ello, hasta ahora, ha sido directamente depositado en el vertedero, pero las cosas van a cambiar. De hecho, a pesar de que el compostaje es un método antiguo, utilizado sobre todo en jardinería, en la actualidad existe una tendencia a la reutilización de estos residuos y se ha empezado a producir de forma industrial. Ello se debe, por un lado, a reforzar la conciencia social en favor del reciclaje, por otro, a que este tipo de residuos requieren mucho espacio (ya que no es nada compacto) en los vertederos y, por último, a un examinador europeo, a que a partir del año 2002 no se pueda depositar materia orgánica en los vertederos. Por lo tanto, no es de extrañar que en los últimos tiempos se conozcan noticias sobre el tratamiento y reutilización de estos residuos en diferentes medios de comunicación.

¿Qué es el compost? ¿Cómo surge?

En el caso de acudir al Diccionario Enciclopédico de Medio Ambiente, el compost es "el producto resultante de la descomposición aeróbica controlada de los residuos orgánicos, de características similares al humus y que se utiliza habitualmente para la fertilización del suelo". ¿Qué es todo eso de residuos orgánicos, descomposición aerobia…? Vamos a explicarlo.

R. Imaz

El compost se puede compostar de forma natural con cualquier residuo orgánico. El origen de este residuo puede ser la basura doméstica (p.ej. residuos de alimentos), los residuos agrícolas (p.ej. residuos vegetales y animales, escombros de mataderos), los restos vegetales de jardines o los lodos residuales que se generan en la depuración de las aguas residuales. Una vez recogidos, los residuos deben ser almacenados para iniciar la corrupción o descomposición. Lo que ocurre con la descomposición aeróbica oxígeno (por ejemplo, la putrefacción del pescado olvidado en la cocina) (por el contrario, la descomposición anaerobia es un proceso de putrefacción que se realiza sin oxígeno, por ejemplo, la putrefacción de los huevos dentro de la cáscara). En el proceso de descomposición para la generación del compost se pueden distinguir dos fases. Inicialmente, los microorganismos descomponen los hidratos de carbono y las proteínas (azúcares, hemicelulosa...) de bajo peso molecular y la temperatura aumenta rápidamente. En la fase posterior de curado, se descomponen moléculas orgánicas (como la celulosa) que no se degradan fácilmente, manteniéndose la temperatura prácticamente intacta.

En general, existen dos procedimientos técnicos principales para llevar a cabo esta descomposición: el compostaje metálico y el compostaje acelerado. La primera consiste en la disposición de los residuos en depósitos, a cielo abierto, y el proceso es relativamente natural. Basta con tener la basura húmeda para que no se seque y mezclarla o voltearla de vez en cuando para que no falte oxígeno durante todo el depósito. En el compostaje acelerado, los residuos se depositan en un lugar cerrado y separado del medio, controlando diferentes parámetros (temperatura, humedad, ventilación, relación carbono/nitrógeno, adición de posibles elementos, etc.). El objetivo es reducir el tiempo de compostaje y, además, el aumento de la temperatura que se produce es suficiente para eliminar los microorganismos patógenos, los causantes de enfermedades o los que pueden causar.

No obstante, los microorganismos (bacterias y hongos principalmente) que realizan la descomposición son los propios de los residuos. Es obvio que la composición del compost puede variar considerablemente en función de los residuos utilizados, de las circunstancias en las que se ha producido la descomposición y de la ejecución del mismo. Además, se pueden añadir al compost otras materias (arcilla, tierra vegetal, etc.) en función de las características que se quieran dar al producto final. El tiempo de finalización del proceso puede variar entre un mes y un año, dependiendo del método utilizado, pero si se realiza correctamente y totalmente, el resultado final será compost curado.

Plantas de compostaje

El compostaje de metales se realiza desde hace tiempo en diferentes jardines y seminarios. En la imagen se puede ver en la parte inferior el compost del año anterior.
R. Imaz

Si se desea realizar todo este proceso de forma controlada se requiere una planta especialmente preparada para ello. Bizkaia y Gipuzkoa ya están trabajando en la puesta en marcha de un centro de estas características. En ambos casos se utilizarán restos vegetales ajardinados como materia prima para la elaboración del compost, ya que en realidad es más sencillo que el uso de todo tipo de residuos orgánicos. En Bizkaia, por iniciativa de las instituciones públicas, a finales de febrero se inaugurará en Aiarzas (Derio) la planta de tratamiento de residuos vegetales.

En ella se tratarán anualmente 1.800 toneladas de residuos vegetales, lo que generará 681 toneladas de compost. En Gipuzkoa, sin embargo, la iniciativa es privada. La planta puesta en marcha a principios de este mes en la zona de Zerain tiene previsto compostar la mayor parte de los residuos de Gipuzkoa (sólo de la mancomunidad de San Marcos en la zona de Donostia obtendrían unas 3.000 toneladas). En este último caso, además de los residuos procedentes de la gestión de los espacios públicos, se recogerán los residuos vegetales generados por personas o entidades privadas. Por último, en Navarra (en la propia EDAR de Arazuri) también existe una empresa que fabrica un producto similar pero que utiliza residuos de lodos como materia prima para la posterior mezcla de residuos vegetales.

En cualquier caso, teniendo en cuenta que para la elaboración del compost se utilizan residuos vegetales, una vez recogidos los mismos se procederá a la extracción, trituración y homogeneización de las fibras (principalmente madera) antes de proceder a su depósito y putrefacción. El equipo a emplear será, por supuesto, especial, la máquina expendedora de fibras, los aparatos de mezcla o volteo de metas y los sistemas de medición de temperatura y humedad en el interior de los mismos. El producto final se puede utilizar en jardines, taludes, campos de fútbol, etc. Debido a su gran variedad de microorganismos y a su alta capacidad de retención de agua, es muy apropiado para mezclarlo con tierra y enriquecerlo biológicamente y curarlo.

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