El pasado mes de febrero, estando en una gasolinera de Pamplona, mi empleado me dijo: “la temperatura templada que tenemos no es normal, no hay nieve en los extremos de los montes de alrededor, sin duda el clima ha cambiado.”
Este tipo de noticias se están recibiendo ininterrumpidamente de la televisión, la radio y los periódicos. Además, según muchos, las inundaciones holandesas y la sequía y desertización del sudeste español no hacen sino constatar lo anteriormente dicho.
“Elhuyar. En el número 69 de la revista “Zientzia eta Teknika” se analizaron los detalles del efecto invernadero. A partir del análisis de los datos que existían hasta entonces se comentaron algunas posibles consecuencias, como el aumento del nivel del agua del mar, el cambio climático en algunas zonas del mundo y el enorme crecimiento de las plantas por el aumento de la fotosíntesis.
En cualquier caso, las conclusiones a las que se refiere dicho artículo fueron el XXI. Las situábamos en el siglo XIX. Por lo tanto, ¿nos ha adelantado el cambio climático? Se puede afirmar que las bases del cambio climático son cada vez más sólidas, sobre todo porque no se ven planes de frenado de las emisiones de dióxido de carbono.
Sin embargo, los cambios climáticos no son inmediatos y si lo más destacable es el aumento de algunos gases en la atmósfera debido a la combustión de combustibles fósiles entre los factores desencadenantes, algunos problemas relacionados con el clima pueden tener otras consideraciones.
En Holanda hay muchas tierras ganadas al mar mediante diques y muros. Por lo tanto, la altura de una parte de las tierras holandesas respecto al nivel del mar es cero, por lo que el tiempo de desembocadura de las aguas pluviales es mayor que en otras zonas. Durante muchos años no ha habido problemas, pero los holandeses saben que tienen que pagar de vez en cuando el impuesto de desmonte al mar.
En Sudamérica y el sudeste asiático sufren fuertes cambios climáticos. En los países tropicales de estas zonas, junto a las lluvias salvajes, se dan olas de gran sequía.
Según los últimos estudios, estos cambios climáticos están asociados a un suceso en las aguas marinas del oeste del Perú. Este hecho se conoce como “El Niño”. Cada siete años las aguas del lugar se calientan, empobreciendo el agua rica en nutrientes. La producción de plancton disminuye considerablemente y con ello la pesca. Normalmente dura un año, pero a veces se alarga más de lo esperado. En este siglo se ha prolongado en tres ocasiones hasta tres años.
Se ha producido en la última década y se estima que las consecuencias han sido mayores que en la pesca peruana. Tormentas y roturas costeras de Perú y Ecuador, sequías en el noreste de Brasil e Indonesia, incendios en Sydney y lluvias e inundaciones en el oeste de Europa, ocurridas el año pasado, se consideran relacionadas con “El Niño”.
Las deserturas que se están produciendo en algunos lugares del Mediterráneo, en algunos casos, están relacionadas con el cultivo de algunas cosechas. Como el EVE promueve mucho la producción de cítricos, los agricultores recurren cada vez más a las cosechas intensivas. En la zona invernal se riegan con frecuencia troncos para evitar la congelación de las naranjas. El agua necesaria para esta función sale del subsuelo, pero como el agua que sale del subsuelo es mayor que la que recupera la propia tierra, el agua de mar está penetrando cada vez más en la capa freática. En consecuencia, las tierras se están saliendo y quedando inservibles para la cosecha. Las tierras desérticas pueden alterar el clima de estas zonas.
Se observa que en el cambio climático, junto con los factores de contaminación, se encuentran los hábitos humanos en el cultivo de la tierra y factores naturales poco conocidos. Los factores naturales, según su frecuencia, pueden ser analizados utilizando bases informáticas y se pueden aconsejar tanto sobre las conclusiones obtenidas como sobre los productos sembrados y el número de productos, de manera que si se prevé un periodo de sequía se puede aconsejar a los agricultores un tipo de cosecha y si se prevé una época de lluvias otro tipo de cosecha.
Con estos argumentos no queremos menospreciar la responsabilidad de la contaminación, sino ampliar la visión del problema. Además, es más apropiado hablar del microclima que de tomarlo en el clima general, ya que los cambios se producen de lugar.
Para que el análisis sea lo más directo posible, junto con la consideración del clima del lugar, hay que tener en cuenta un tiempo relativamente amplio.
Por lo tanto, las cumbres de la gasolinera de Pamplona que vio en marzo estaban nevadas y se daría cuenta de que estaba frente al invierno tradicional. Las inundaciones ocurridas en Holanda están casi olvidadas y en un par de décadas de seguridad no pasa nada. Al sureste de España seguirán quemando bosques y plantando cada vez más naranjas...