Cacyreus marshalli
La mariposa es pequeña y en general de color marrón, y la mayoría de las veces se puede considerar bastante bonita (ver foto 1). Su rápido y nervioso vuelo a menudo resulta difícil de ver. En el género Cacyreus hay nueve especies, todas menos una, son africanas. Este género se encuentra dentro de la familia Lycaenidae, que es la que más especies tiene en nuestro territorio, concretamente cuarenta y cinco, entre las mariposas del día. A pesar de que el nombre de Lizénido, dicho así, no va a dar mucha información a muchos, es un grupo muy conocido. Cualquiera que se acerque al monte ha podido ver a menudo las pequeñas mariposas azules o azules, que a veces se posan en el suelo y otras veces vuelan tan rápido y alto como para poder seguir a la vista.
Si tenemos tantos licénidos en Euskal Herria y ese Cacyreus es africano, ¿por qué hablamos de esto? Es muy fácil de entender, esta mariposa que los europeos invitamos a nuestra casa hace unos años y, lo que es más grave, también sus miedos (cómo no! ), indicando: “ven, ven, aquí tenéis la comida que más os guste sin ir lejos de nuestros balcones”. ¿Qué está pasando en nuestros balcones y en el resto de la Península? Pues que nos estamos quedando sin geranio. Como todos sabemos, muchas veces es difícil tirar de casa a los invitados...
En noviembre de 1989 el entomólogo alemán Stamer capturó en la isla de Mallorca 5 machos y 8 hembras de esta especie. Al año siguiente los alemanes publicaron la gran población de la isla de Paguera. Sabiendo que las orugas de esta mariposa se alimentan de plantas como Geranium y Pelargonium en la República Sudafricana (lugar de residencia de origen), estos investigadores propusieron: La aparición de Cacyreus marshalli en Mallorca no se debe a una migración, sino a su integración con los geranios Pelargonium, planta de alimentación. Para descartar la hipótesis de la migración había dos razones: por un lado, no conocer de antemano este tipo de tendencias en la especie y, por otro, no haber dejado huella en el largo camino que va desde su residencia de siempre hasta ella; en otros lugares, la ausencia de referencias a la mariposa.
De aquí podemos distinguir dos períodos de invasión. En la primera se asentó en las Illes Balears, incluyendo también el licénido en las islas Menorca y Ibivissa (parece que en Formentera todavía no lo ha visto nadie); en la segunda, además de llegar al continente, se extiende por la Península Ibérica. Esta colonización de Menorca y Ibiza tuvo lugar en 1991-92 y poco después comenzaron a conocerse las citas en toda la Península. El salto hacia el continente de esta especie de mariposa, sin embargo, no se produjo en 1993, sino un poco antes, según datos recogidos en distintos puntos de la Península. Como ejemplo, en el mapa 1 se puede observar que, al margen de los Baleares, si bien en la mayoría de las ciudades o pueblos se han capturado ejemplares a partir de 1993, en dos ciudades (Logroño y Castellón) se observó esta especie para el año 1992.
En la actualidad Sarto i Monteys puede ser el que más sabe sobre esta invasión. Según este entomólogo, el punto de invasión de la Península ha sido único y parece que el Cacyreus marshall (el daratulo de los geranios, traducido directamente del castellano y del catalán) ha alcanzado un gran éxito en este extremo europeo. Se sabe que el clima mediterráneo del este peninsular es beneficioso y puede sufrir inviernos en la meseta; nosotros tenemos que añadir algo más: También le gusta el clima oceánico del Cantábrico, que este año ha venido a pasar sus vacaciones en Donostia y Getxo. Y el entomólogo José Luis Yela anunció en 1995 que puede actuar como especie homodinámica en la costa, es decir, como otras especies que pueden producir generaciones continuamente a lo largo del año. Con este tipo de visitantes, el turismo también está asegurado en invierno!
Este científico propuso hace dos años una interesante hipótesis sobre la expansión de la mariposa: Tras “saltar” desde Baleares hacia Alicante, opta por dos vías de expansión por la Península, una hacia el sur, que colonizó la Andalucía oriental y otra hacia el norte, dividida en dos ramas: Ramal hacia Cataluña que asciende junto al río Ebro hacia La Rioja (ver mapa 2). Pues bien, a finales de 1997 parece que tendremos que dar por buena esta hipótesis y, como podemos observar en el mapa 3, todas las menciones recogidas aparecen suficientemente bien a través de este esquema de ramas.
Por otra parte, y viendo la velocidad y la fuerza de la expansión, podemos plantear una nueva hipótesis de futuro: Las zonas que aparecen en el mapa 3 sin mariposa se irán cubriendo en breve, pero a partir de ahora la invasión puede producirse en todas las direcciones. Es posible que entren con fuerza en otros países europeos; se ha publicado la mención de un ejemplar capturado en agosto de 1991 en Cataluña y Bruselas por las mariposas que superó el Pirineo el año pasado.
Como cualquier lepidóptero (mariposa o sits), el taladro de los geranios se desarrolla a través de un ciclo de vida completo. Es decir, se trata de un insecto holometábolo y, por ello, tiene las siguientes fases: el huevo, la larva que sale de él, conocida como la tembladera y que atraviesa distintos estadios, la fase de crisálida inamovible, que se forma a partir del último estadio de la oruga y, finalmente, la adulta, macho o hembra, que sale de la álida y cuyo objetivo principal es la reproducción. Vamos ahora a ver cómo queda todo esto en nuestro Cacyreus marshalli o taladro de los geranios.
La hembra pone sus huevos en los capullos florales del geranio. Estas son blancas y relativamente pequeñas (menores de medio milímetro) y se encuentran en los sepalos de los capullos florales, pero también se encuentran en los pedicelos, pedúnculos y brácteas (ver foto 2). Sólo se necesitan diez días para sacar la oruga del huevo, para agujerear el capullo que estaba debajo del huevo (si ya no se ha florecido) y para empezar a comer el gineceo interno (los órganos hembras de la flor). Si ese capullo ya ha creado una flor, parece que las orugas no tienen problemas para encontrar otro capullo verde y por tanto empezar a alimentarse.
Las orugas, como hemos mencionado anteriormente, pasan por varios estadios (ver foto 3). En esta especie son cuatro los estadios, cada uno de los cuales representa un momento básico de la variación de la piel y del crecimiento. Las orugas de los estadios primero y segundo prefieren las flores, pero las de los estadios finales eligen hojas y tallos en detrimento de los geranios (como se aprecia en la foto 4). El cuerpo es generalmente de color verde, pero a lo largo de estos estadios desarrolla tres líneas rosas longitudinales.
Esta fase herbácea, que no llega a superar los dos centímetros, generará la fase del ciclo siguiente: la crisálida (ver foto 5), de dimensiones similares y con un color verde al principio. Al igual que las orugas, es bastante peludo, una característica muy visible. En esta fase inmóvil, que durará 12 días como máximo y después de ese poco tiempo y tras convertir el color exterior de la crisálida en marrón, sale una joven mariposa vestida con toda su belleza (como la que podemos ver en la foto 6) Testigo de lo pasado en la planta, sólo quedará la piel de la crisálida.
Al final de este ciclo, que se puede alargar de un mes a dos meses, veremos a un adulto volando sobre nuestros geranios, muchas veces parado al sol, mostrando la parte trasera blanca de sus alas; cualquiera de nosotros puede atrapar a una hembra en el momento de ponernos los huevos. De ahí empezará de nuevo el lema...
Aunque el daratulo de los geranios se alimenta exclusivamente de geranios, las orugas de otras mariposas tienen más costumbre a la hora de llevar algo a la boca. Es muy común, por ejemplo, que algunas especies de la familia de las mariposas nocturnas Noctuidae también visiten nuestros geranios y vean sus verdes y densas hierbas, que generalmente son denunciadas por deyecciones abandonadas en sus hojas camufladas. En todos estos casos, las orugas no atacan de forma específica a los geranios, es decir, tienen como alimento a muchas otras especies vegetales. Por ello, se denominan especies polifónicas. Además, se alimentan de los capullos de los geranios y sobre todo de las hojas, no del interior de los tallos, por lo que no provocan la muerte de la planta.
Cacyreus marshalliren
el caso es muy diferente. Entre los geraniáceos, en el género Pelargonium sólo tenemos plantas ornamentales en el País Vasco, siendo P. zonale (geranio mular) y P. peltatum (geranio trepador) las más comunes. Por otro lado, en nuestros montes y pastizales también habitan algunos salvajes: De género Erodium y de género Geranium como G. rotundifulium y G. robertianum. Pues bien, la fase herbácea de Cacyreus marshalli sólo come el género Pelargonium y, a elegir, prefiere los P. peltatum trepadores. He aquí el problema que han tenido o tendrán las plantas ornamentales de nuestros balcones.
Los textos ecológicos nos hablan de los procesos de dispersión de las especies. Krebs, por ejemplo, distingue en su libro clásico tres formas importantes: la difusión o difusión, la dispersión de saltos y la migración a largo plazo. El primer y tercer caso indican los procesos que se llevan a cabo de forma gradual: en el primero los movimientos de la población se ven después de varias generaciones y en el tercero son necesarios tiempos evolutivos para que se noten las consecuencias.
En el caso de la dispersión de saltos, sin embargo, aunque el desplazamiento o desplazamiento puede ser muy importante, sólo un ejemplar (en caso extremo) puede provocar la fijación de la nueva población. La característica típica de estos saltos es cruzar territorios inadecuados. Las colonizaciones de las islas recién formadas y los casos de animales y plantas introducidas por el hombre en nuevos territorios se siguen este esquema. Así es también el caso del taladro de los geranios, porque al fin y al cabo, los que hemos introducido esta especie junto con la planta de nuestros balcones en Europa somos seres humanos.
Por otro lado, tenemos el concepto de plaga. Las especies que impiden la actividad humana pueden ser consideradas como plagas. Es el caso de Cacyreus marshalli. Sin embargo, las plagas pueden estar controladas por el hombre, lo que significa que el hombre puede reducir el número de ejemplares de esta población plaga o mantenerse en un equilibrio inofensivo.
Existen varias formas de controlar el taladro de los geranios. Por un lado están los insecticidas; los insecticidas de contacto, que permanecen en el exterior de la planta, no sirven por los hábitos alimenticios de la oruga, mientras que los insecticidas sistémicos que entran en el interior son más tóxicos... Además, siempre pueden quedar geranios semi-salvajes, es decir, plantas no tratadas que ayuden a la mariposa a completar su ciclo de vida y que estén dispuestas a volver a contaminar.
Ante todo esto, nos aparece otra vía que podemos considerar como el control más limpio y eficaz: el control biológico. Según esto, elegimos entre las especies presentes en la naturaleza la que puede controlar de alguna manera la peste y la introducimos en este territorio. En la mayoría de los casos, sin embargo, no suele ser tan fácil y, tras ver sus ventajas e inconvenientes y pensar mucho, muchas veces salen mal. Necesitaríamos mucho tiempo para profundizar en este tema y analizar los casos que se conocen, pero podemos avanzar algo: al igual que ocurre con muchas especies que entran (o introducimos) en un nuevo territorio, a este licénido no se le ha encontrado ningún parásito o depredador local, es decir, la función que desempeñan algunos himenópteros (avispas) o dipteros (moscas) en Sudáfrica está vacía y, por lo tanto, los insectos para el control biológico.
¿Qué medidas se han adoptado hasta el momento? Al tratarse de un problema muy nuevo en Euskal Herria, no se ha tenido en cuenta. Pero en Cataluña y Baleares ya se han iniciado campañas informativas y pruebas sobre insecticidas. La información parece tener gran importancia en la dispersión de la especie. Pongamos un ejemplo perfecto para explicar mejor lo dicho. La llegada de Cacyreus marshalli a altas altitudes en los Pirineos se atribuye directamente al hombre, que adquirió unos geranios en la localidad de La Seu d’Urgell (Lleida) y desde allí subieron al refugio Prat d’Aguiló, situado en el Parque Natural del Cadí-Moizeró (2.037 m). Como el geranio tenía miedo, luego salieron las mariposas... y así a la mariposa le ha resultado muy fácil colonizar la zona pirenaica. ¿Conseguirá adaptarse a sus condiciones? Con poco geranio, uno sabe si le va a gustar un salvaje local...
Pamplona despidió por primera vez la mariposa en 1994 y la peste que ha conocido San Sebastián este verano no son más que los extremos de un poderoso proceso. Es posible que a partir de ahora hablemos mucho más de este animal y eso, por supuesto, no sería muy bueno para las plantas queridas de nuestros jarrones. Sí, es posible que ante esta pequeña mariposa los geranios de la península y quizás de toda Europa.
Si atendemos a José Luis Yela, existen muchos motivos para investigar la dispersión del licénido sudafricano, precisamente por la peste de los geranios desde un punto de vista aplicado. Recordemos cuántas personas viven en torno a esta planta: En el Estado español, por ejemplo, los 10 millones de balsas que se venden suponen 3.000 millones de pesetas anuales.
Por otra parte, desde un punto de vista puramente científico, la investigación es muy atractiva, ya que como elemento extraño se ha extendido al ser humano a nuevos territorios que no podían acceder a través de su capacidad de dispersión. ¿Cómo se expande? ¿Qué condiciones busca? ¿Cómo afecta al resto de la vida? La búsqueda de respuestas a todas estas preguntas, además de conocer algo más sobre estos lepidópteros, probablemente también permitirá conocer más a fondo el funcionamiento de los ecosistemas. Junto a este binomio geranio/daratulua se presenta ante nosotros una particularidad más: tanto el insecto como la planta han sido transportados por los seres humanos de un continente a otro. Ambos, en su territorio original, mantenían el equilibrio, pero aquí las plantas no podían ver la mariposa... ¡Las mismas especies y la situación tan diferente! ¿Quién ha roto el equilibrio? O dicho de otra manera, ¿quién no ha conseguido traer el equilibrio de Sudáfrica a Europa?