Dentro de diez años, en la base espacial de Kourou, un equipo de espaciistas europeos ocupará sus posiciones en la cabina del avión espacial Hermes. El cohete Ariane V inicia el primer vuelo tripulado del avión espacial.
La aventura ya ha comenzado. Para poner en marcha el proyecto Hermes, las dos empresas francesas, Aérospatial y Marcel Dassault, han unido sus fuerzas. El avión espacial Hermes tiene una anchura de ala de 10 m y una longitud de 16 m. Su peso en vacío es de 9 toneladas.
Cuando esté en órbita, su masa podría alcanzar las 16 toneladas, ya que estará diseñada para transportar 2,5 toneladas de combustible y 9,5 toneladas de carga.
Aunque Alemania todavía ponga obstáculos (la participación de este país en el proyecto estará en manos de su industria privada), se espera que Hermes se incorpore en breve a los programas de la RSC. Hasta la fecha, Suecia, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Holanda, Suiza, Austria, Italia, España e Eiro han dado su conformidad al proyecto.
Construcción de dos unidades del lanzador Hermes. Cada uno de ellos será capaz de realizar entre 30 y 50 vuelos. Inicialmente se prevé que tendrá dos vuelos anuales. Al igual que el lanzador americano, Hermesa girará en torno a la Tierra y en su interior se realizarán varias sesiones e investigaciones. Sin embargo, la mayor parte del trabajo de Hermes se debe al transporte entre la Tierra y las estaciones orbital. Se trata, por tanto, de una estación americana en órbita y europea en construcción.
Aunque se parezca mucho al programa americano, hay diferencias. En el caso del proyector americano se transportan a una tripulación y un equipaje. En el programa Hermes, por el contrario, el lanzador pondrá en órbita a la tripulación junto con la instrumentación necesaria para cumplir la misión, pero los satélites, como los satélites de comunicaciones, los pondrá en órbita un Ariane-5 independiente. Los satélites se ubicarán en el extremo del cohete, donde su diámetro es de 5,7 m. El proyector americano no puede superar los 4,5 m de diámetro en el espacio. La ventaja de los europeos es que los módulos de la estación europea serán mayores que los de los americanos.
Por otro lado, hay misiones que el lanzador americano puede hacer y que Hermesa no podrá hacer. Dos de ellos son la posibilidad de transportar mayores cargas y poder recibir y aterrizar satélites en órbita.
Los nuevos materiales y los sistemas espertos juegan un papel importante en el desarrollo de Hermesá.
Los sistemas “espertos”, es decir, los ordenadores destinados a realizar inferencias lógicas para duplicar sus funciones de cálculo, estarán en cualquier lugar de Hermes. El uso de pantallas audiovisuales será abundante.
Si los nuevos materiales están adquiriendo gran importancia en la construcción de los aviones, serán aún más importantes en Hermes. Se estima que el 80% de la masa de Hermesá estará formada por nuevos materiales. Sólo se construirá la cabina con materiales convencionales.
¿Con qué materiales darán protección térmica a Hermes? Se utilizarán materiales cerámicos para el extremo, borde de ataque de las laderas y zonas que deban soportar temperaturas de 1400°C-1600°C en el general. Algunos de ellos ya han sido probados en pequeños propulsores, estatorreactores y turborreactores. Las fibras cerámicas asociadas a una matriz cerámica (carburos de silicio) presentan un comportamiento mecánico de los composites y un comportamiento térmico de las cerámicas.
Todavía no está seleccionado el material que formará las alas y el fuselaje. Lo que sí se sabe es que Hermesa no se cubrirá con materiales como escamas refractarias con lanzadores americanos. En el proyector se deja un hueco entre las escamas para que tengan una ampliación. Así, las escamas se unen al fuselaje con una sola cara y se sueltan con relativa facilidad. La sustitución de las escamas refractarias es una parte importante del mantenimiento de los lanzadores.
En el caso de la Hermesa la estructura protectora será el propio fuselaje. Se utilizará la cerámica, por lo que además de ser ultrarrápida, será de gran resistencia térmica y mecánica. Esta estructura propuesta podría ser una apuesta arriesgada, ya que cualquier deterioro de la superficie conllevará la estructura completa.
Dado que el tamaño de la hermesa será menor que el del proyector americano, ésta tendrá un menor problema de disipación de calor.
Muchos problemas del programa Hermes siguen pendientes de resolución. Sin embargo, a finales de la próxima década los europeos podemos tener nuestro propio lanzador volando en el espacio.
NOTA: Hay cierta confusión sobre la nomenclatura de los vehículos espaciales como Hermes. Los americanos llaman Shutle a su vehículo. En castellano se expresa como lanzadera y transbordador espacial. En francés le llaman navette. Los franceses han denominado avion spatial al vehículo europeo. En cuanto a los nombres, parece que se quiere distinguir entre vehículos americanos y europeos, aunque básicamente es lo mismo. Por lo tanto, a la hora de nombrarlas en euskera las diferenciaremos; a la americana le llamaremos lanzador o transbordador. En el europeo, el avión espacial. Teniendo en cuenta las funciones que tiene el vehículo, éste parece el nombre más adecuado para denominarlo.