Con tan sólo siete años, sus padres descubrieron que estaba desmontando y montando una pistola. Tres años después, el joven Colt explicó a los habitantes de todo el pueblo su nuevo torpedo innovador. Les dijo que haría estallar la balsa del lago cercano al pueblo. ¡Di y hazlo! Sus habitantes pudieron ver la balsa sobre el cielo de Hartford. La explosión fue muy fuerte: dejó al espectador lleno de agua y barro. Enfadado y enfadado, todo el pueblo intentó atrapar al joven inventor, pero Elisha K. Fue patrocinado por el ingeniero Root.
En 1830, el padre de Samuel envió a su hijo al barco llamado Corvo. A él le gustaba el peligro y pensó que ese viaje tranquilizaría un poco a su hijo. Pero en detrimento de su padre y de otros muchos, su hijo mantuvo su imaginación y su pasión por la aventura. En el
mar, en sus horas libres, intentó llevar a cabo la idea que llevaba en la cabeza de la manera que podía: talló un sencillo cilindro de madera, un eje y un martillo. Según la leyenda, estas tres piezas fueron creadas inspiradas en los componentes del barco: imitando el trinkete utilizado para sujetar el timón, el ancla y el ancla. Nada más llegar a casa se fabricó con materiales más adecuados.
Samuel Colt no fue el primer inventor del revólver. Para entonces ya había armas de tambor rotatorio y multiremolios. Pero Samuel Colt perfeccionó el revólver, al conseguir que el tambor de este instrumento girara automáticamente. Al fin y al cabo, hizo más útil aquella herramienta que pretendía matar.
En 1836-1842 Colt produjo industrialmente sus primeras armas. La patente del nuevo aparato fue cedida temporalmente a la empresa Patent Arms Manufacturing Company de Nueva Jersey. Por varias razones (por no haber conseguido un buen contrato con el Gobierno, por el mal desarrollo de las armas…) Colti se fue mal y fracasó. Sin embargo, siguió trabajando y tuvo la oportunidad de llevar a cabo otros inventos como las minas submarinas para proteger los puertos, el cable de transporte eléctrico y las señales telegráficas.
Como es sabido, las armas siempre han sido y siguen siendo fuente de ingresos. Precisamente por eso Samuel siguió perfeccionando el revólver. En 1846 recibe la visita del capitán americano Samuel Walker. La relación entre ambos hombres desencadenó el famoso revólver Colt-Walker. Gracias a este arma, y gracias al contrato que firmó con el gobierno para producir en gran cantidad aquel modelo de revólver, Colt cumplió su sueño de la infancia de abrir su propia fábrica de armas.
El primer modelo que surgió tras el walker fue la serie Dragoons: Los pequeños modelos de revólver Baby Dragoon y Pocket (1849), así como el modelo Navy (1851) que triunfó. Años después, en Estados Unidos se inició la Guerra Civil. Este hecho enriqueció a Samuel Colt. En su empresa trabajaron día y noche para que todos los soldados tuvieran al menos un arma entre manos.
En 1862, a los 47 años, Colt muere por problemas de salud. La viuda de Elizabeth Jarvis siguió vendiendo aquella venenosa herramienta que Samuel creó con gran pasión.
Por otro lado, en 1911, gracias a la pistola en el calibre 45ACP, la fábrica de revólveristas Colt se convirtió en la empresa más prestigiosa de Estados Unidos. Y es que ese año el gobierno estadounidense aceptó este modelo de pistola como arma reglamentaria. Además, en los años sesenta, la empresa Colt creó el famoso fusil AR-15/M-16, especialmente para la guerra de Vietnam.
Durante los primeros 67 años de la creación del modelo SAA (Single Action Army) fue utilizado por vendedores, exploradores, soldados, policías, alprojes, baserritarras... Pero a principios de los años 70 también se podía ver en manos de los actores del cine.
¿Qué serían los cowboys John Wayne, Gene Autry y Roy Rogers en la mano sin revólver? Sería como explicar a Charlie Chaplin sin su bastón. John Wayne, por ejemplo, utilizaba en la mayoría de las películas un modelo de revólver llamado Peacemaker (pacificador). En los western, algunos modelos de revólver eran utilizados siempre por buenos héroes y protagonistas (modelos de revólver Peacemaker y SAA) y otros por malos. Aunque parezca sorprendente, los instrumentos de matanza también sirven para distinguir honestos y maléficos. Pero, ¿son beneficiosos los revólveres que están en manos de tantos seres humanos? Lamentablemente, Elhuyar no ha tenido la oportunidad de plantear esta pregunta a Samuel Colti.