Primera mención confirmada del cometa Halley en China. Es el que aparece en los anales del año 239. Actualmente conocemos con gran precisión la órbita del cometa Halley y las pasadas por el perihelio. Gracias a los cálculos realizados por Kiang. Según estos cálculos, el cometa pasó por el perihelio el 30 de marzo de ese mismo año, por lo que no hay duda de su identidad. Las referencias fidedignas entre los europeos son muy posteriores, aunque hay referencias discutibles, algunas anteriores a las encontradas en los analistas chinos.
Sin embargo, los que hicieron estas referencias a lo largo de muchos siglos no supieron que el cometa que veían había aparecido anteriormente y que había recorrido alrededor del Sol. El astrónomo británico Edmund Halley (1656-1742) fue quien se dio cuenta de ello basándose en los cálculos que realizó tras observar el cometa en 1682.
En las antiguas civilizaciones los cometas no se consideraban a la Luna y a la altura de los planetas, no se consideraban como objetos astronómicos, o en los casos en los que se consideraban como tales no se consideraba que adopten un comportamiento periódico tan conocido como el resto. Por el contrario, consideraban que sus apariciones eran absolutamente arbitrarias y en el general se consideraban una señal de hechos lamentables.
Los astrónomos del renacimiento tuvieron la oportunidad de ver, dejando de lado en gran medida los prejuicios. Se hizo un estudio de las cometas y se intentó delimitar de alguna manera sus trayectorias. Este trabajo no se desarraigó seriamente E. Hasta que Halley intentó obtener sus ecuaciones analizando las trayectorias de los cometas observados hasta entonces por Newton utilizando la ley de gravedad. Newton, por sus leyes, proporcionó herramientas para el cálculo de trayectorias.
Como hemos dicho, E. Este trabajo fue realizado por primera vez por Halley, rechazando todas las especulaciones realizadas hasta entonces, demostrando que las órbitas de los cometas eran también elípticas. Halley, él mismo, en 1682, pudo observar los datos del cometa con obras anteriores de otros astrónomos. En 1705 publicó la noticia dando la ruta del cometa que vio en 1682 y diciendo que volvería en 1758. Esta predicción se cumplió con bastante precisión, ya que el cometa pasó por el perihelio el 13 de marzo de 1758.
A partir de entonces se llama cometa Halley a esta cometa con un período de unos 76 años. E. Halley observó en 1682 la trayectoria del cometa comparándola con la de otros astrónomos que aparecían en los siglos anteriores, con algunas de las vistas en 1456, 1531 y 1607, cuando observó que los intervalos de tiempo entre esos años eran muy similares, descubrió la periodicidad del cometa Halley.
Antes de dar las singularidades de la órbita es importante que el cometa no diga que su órbita se realiza en la dirección en la que todos los planetas y la Tierra andan sus órbitas, sino al revés. Además, es interesante mencionar los cambios que experimentan las características del cometa. La masa de Halley, al igual que la de todos los cometas, es mucho menor que la de los planetas. Por eso su influencia se hace evidente y la órbita sufre cambios durante el viaje del cometa.
Además de esto, hay que tener en cuenta otro pequeño efecto que puede modificar el periodo. El lado del cometa hacia el sol se calienta más que el otro, por lo que la emisión de gases es mayor que en ese sentido. Esto, unido a la dirección del giro alrededor de sí mismo, produce una ligera desaceleración o aceleración del cometa.
En general, el fenómeno descrito anteriormente es la causa de los mayores cambios. Sin embargo, la influencia de los planetas respecto a la elíptica de la órbita de Halley no es tan grande. Para conocer estos cambios vamos a dar el mayor y menor valor conocido del período del cometa Halley: el primero, 79,1 años; el segundo, 74,9 años.
Dado que las características de la órbita son variables, en la Tabla 1 se dan las de la última rotación que pasará por el perihelio el 9 de febrero.
Pongamos ahora al cometa en su largo viaje elíptico estudiando los cambios que sufre a medida que cumple su giro y descubriendo algunos de los secretos que guarda de su personalidad.
Empezamos por preocuparnos por la apariencia del cometa cuando está en el afelio de su órbita. Cuando están en el afelio, la mayoría de los cometas están muy lejos del Sol –en el caso de Halley aún más lejos que Neptuno–, estando todos sus componentes congelados. F.L. En palabras de Whipple, el cometa sería una bola de nieve sucia. La nieve estaría compuesta por agua, óxido de carbono ( IV ), ácido cianhídrico y otros compuestos congelados, que son la suciedad, el polvo (silicatos) intercalado en el hielo y la fracción de ciertos metales (ver ). El diámetro de esta bola que hemos descrito no sería más que un kilómetro, tan pequeña y tan alejada sería invisible.
A medida que el cometa se acerca al Sol se calienta y es entonces cuando comienzan los cambios que le dan su aspecto. En primer lugar, los hielos de la parte superior se subliman y se alejan del cuerpo del cometa, mientras que los gases derrumbados arrastran el polvo a la cabeza. En el cometa, ahora se pueden distinguir dos partes: el núcleo que permanece helado en su interior y la nube formada por gases y polvo alrededor, que llamaremos comas.
Esta coma se hace más grande a medida que la cometa se acerca al Sol –se puede hacer millones de kilómetros centenario- y se convierte así en una cometa espectacular. La luz procedente de Kometa proviene de dos procesos diferentes, uno de fluorescencia de los gases que ionizan las luces ultravioletas del Sol y otro de la reflexión de las fracciones de polvo.
Pero todavía no hemos mencionado la particularidad más evidente de los cometas: la cola. La cola es producida por el viento del Sol. La fracción expulsada del sol y la presión de la radiación empujan el polvo de la coma hacia fuera, alejándolo del Sol. Por ello, la cola se alarga siempre en dirección contraria al Sol. Por eso, cuando el cometa empieza a alejarse del Sol la cola va por delante. Aunque en general es invisible, además de la cola de polvo, los átomos ionizados de gas que expulsan los campos magnéticos aleatorios que producen los electrones procedentes del Sol forman un nuevo isasts.
Cuando el cometa se aleja del Sol y vuelve a las regiones frías de los grandes planetas, volviendo hacia el afelio, adopta su aspecto inicial. La mayor parte de la materia en la cola y en el coma se pierde y comienza la siguiente vuelta con menos materia. Puede pensarse que el cometa pierde toneladas de materia en cada vuelta y es el proceso que llevará al cometa a su muerte.
Por lo tanto, debido a las giras que da, algo antes o un poco más tarde, en función de la distancia que pase por el Sol, el cometa se volvería polvo, salvo en los casos en que su núcleo sea de roca. En estos casos la arqueta queda como un asteroide debido a la fuerza de gravedad del cometa, realizando a diferentes velocidades el mismo recorrido que realizaba el cometa materno.
A medida que Halley se acerca, ofrece más datos a los astrónomos que le han observado. Como consecuencia de las observaciones realizadas sobre la composición de Halley, el cometa parece estar compuesto casi en su totalidad por hielo. El telescopio Isaac Newton, situado en La Palma, ha puesto de manifiesto que en la coma de Halley hay grupos CN,C 2 y C 3. Sin embargo, según los astrónomos, estos serán sólo una pequeña parte de la nieve sucia que forma el cometa.
En las observaciones realizadas por los radioastrónomos del Nantay francés se observan grupos hidroxilo. Estos grupos hidroxilo se forman por descomposición del agua bajo la radiación solar. Además, a medida que Halley se acerca al Sol, la señal que emiten los grupos hidroxilo en los radiobotones va aumentando de intensidad. Esto significa que cada vez se está evaporando más cantidad de hielo.
La ruta de Halley ha llegado a la misma conclusión los científicos que siguen a través del satélite IUE (International Ultraviolet Explorer: Explorador Internacional de Ultraviolet). Además, al margen del grupo hidroxilo han podido detectar los átomos de hidrógeno; el otro producto que se forma junto con los hidroxilos en la descomposición del agua. Por otro lado, Halley también ha podido calcular la velocidad con la que consume el hielo de su núcleo. A finales de septiembre de 1985 se evaporaban 100.000 toneladas de hielo por día. Por supuesto, esta cantidad se disparará a medida que se acerque al Sol.
Desde que el cometa Halley se vio por última vez hasta hoy, los científicos han podido ver muchas cometas. Cada año se encuentran alrededor de treinta cometas y cuarenta y media, que siguen los de un período corto ya conocidos.
¿Cuál es entonces la causa del escándalo que ha surgido en torno a Halley? A pesar de su abundancia, los cometas que han ofrecido la oportunidad de verlos en los últimos años han sido demasiado pequeños y no han ofrecido la posibilidad de realizar un estudio en profundidad. Tampoco el cometa Kohout descubierto en 1973 respondió a las expectativas iniciales y no se consiguió información cometa nueva. Sin embargo, el cometa Halley es mucho más grande y permite un análisis más amplio.
Por otro lado, su órbita es bien conocida, por lo que el tiempo ha sido suficiente para que se produzcan las atrocidades que van a encontrarse con ella. La Unión Soviética, Japón y Europa han organizado misiones coordinadas. La sonda Giotto, enviada por ESA ( European SPACIAL Agency ), pasará a 500 km del núcleo del cometa mediante el envío de información hasta que se deteriore por las colisiones con las fracciones de coma.
Según la teoría más aceptada de la creación del Sistema Solar en la actualidad, el Sistema Solar surge de la contracción de una nube de gas interestelar y polvo. Dada la elevada nube, la contracción se produjo con diferente intensidad a diferentes distancias del centro. Lógicamente, la mayor contracción se produjo en el centro de la nube. Allí surgió el Sol y los grandes fragmentos de matería que quedaron girando a su alrededor crearon los planetas, recogieron la materia de la zona y fueron colisiones entre ellos.
La materia exterior de la nube, la influencia de la gravedad que soportaba y alrededor de todo el sistema, entre uno y dos años luz, quedó un caparazón esférico. Este caparazón sería precisamente el formado por las lápices que llamamos cometas. El primero que propuso la existencia de esta nube de cometas fue el astrónomo Jan H.Oort, por lo que se le da su nombre: Nube de Oort. Los cometas que vemos serían aquellos que han tomado órbitas más pequeñas alrededor del Sol como consecuencia de la influencia de alguna estrella de la zona o de sus choques.
Todo ello se considera que los cometas que se encuentran en la nube de Oort tendrán composiciones y singularidades propias de la época en la que se formó el Sistema Solar, al no haber sufrido un efecto significativo de atracción y radiación solar. Aunque el cometa Halley está girando alrededor del Sol desde hace mucho tiempo (ha completado 30 vueltas desde que apareció en los anales chinos), se cree que todavía no ha sufrido grandes cambios y que la información que se va a recibir de la Tierra y de los espacios puede ser de gran ayuda para confirmar la teoría del origen del Sistema Solar.
Tradicionalmente la sociedad ha considerado la aparición de los cometas como un anuncio de catástrofes o de acontecimientos nocivos. El motivo de esta actuación es el desconocimiento de la naturaleza de los cometas. Como es sabido, las civilizaciones antiguas mostraban una gran curiosidad por los fenómenos celestes, porque creían que estaban relacionados con la vida en la Tierra. Así, las civilizaciones iniciales de la historia tenían bastante conocidos los fenómenos astronómicos más comunes: las estrellas eran consideradas fijas y, aunque el Sol, la Luna y los planetas visibles a simple vista no tenían siempre la misma forma y posición, conocían la periodicidad de sus movimientos.
Como hemos dejado claro, con las cometas no ocurría lo mismo, porque sus apariciones no respetaban aparentemente ninguna norma. Como comentábamos, esta inseguridad en el comportamiento de los cometas les hizo pensar que estos astros anunciaban hechos especiales, normalmente nocivos. Como consecuencia de esta convicción, las apariciones de cometas, y en concreto de Halley, dieron lugar a situaciones especiales y sorprendentes.
La primera declaración conocida de Halley se realizó cuando apareció en el año 684, en las Crónicas de la Ciudad de Nurenberg. También fue considerado como anuncio de malas cosechas y peste.
Una de las apariciones más recientes es la del año 1066. Aquel año los nórdicos debían atacar a Inglaterra y la llegada del cometa fue considerada una buena señal para su propósito. Y cumplir las expectativas. En la batalla de Hasting triunfaron los normandas y Harold II, rey de los ingleses, falleció. Como recuerdo de todos estos acontecimientos se hizo un tapiz. En este tapiz que se guarda en Bayeux se guarda una nueva declaración de Halley.
También tenemos otra que hizo Giotto de Bondone cuando apareció en 1301. En aquella época estaba pintando la Capilla de Giotto Scrovegni. La Estrella de los Reyes que aparece en ella se cree inspirada en Halley. Por ello, la ESA ha bautizado como Giotto el citado buque espacial.
Cuando el cometa apareció en 1456, Europa temía los ataques de los turcos. Calixto III. El Papa mandó recitar Angelus al mediodía, como hasta entonces se hacía por la mañana y por la tarde. Si bien no se menciona Halley en el despacho que sacó Calixto III para la publicación de la presente Orden, se considera que la misma tuvo una gran incidencia.
En las siguientes manifestaciones los astrónomos trataron de analizar el cometa y, como hemos dicho antes, en 1682 Halley observó todas las conclusiones expuestas.
Con la aparición de la última etapa, en 1910, surge una gran polémica a su alrededor. Según los cálculos de la órbita, el 18 de mayo de aquel año la Tierra debía pasar por el interior de la cola del cometa. Para entonces, ya se conocían algunos de los ingredientes del cometa, entre los que se encontraban los más venenosos. Esto, unido a las informaciones sensacionalistas de las revistas de la época, provocó un gran terror en la gente, aunque los astrónomos trataron de negar la desgracia de este temor mencionando los bajos valores de la presión de los gases de la cola y los cambios que sufrirían al entrar y calentarse en la atmósfera. Sin embargo, muchos fueron los que esa noche se desplazaron de las ciudades a la montaña para ver el "apocalipsis". Y es que, por miedo a lo que venía ese día, también hubo unos pocos que se suicidaron.