Como es sabido, además de las galaxias comunes (además de los espirales, elípticos e irregulares) hay otras galaxias que llamamos activas. Estos procesos son muy violentos y los quasares son los más característicos. Pero con todos ellos tampoco completamos el espectro de galaxias que ofrecen las observaciones. Todavía existe (2% del total de galaxias o completadas) otro grupo que queda fuera de los grupos mencionados. Generalmente son muy grandes, generalmente se conocen deformados, tienen numerosos filamentos y isasts y aparecen en parejas o grupos pequeños.
Esta última particularidad fue precisamente el dato más importante para detectar su origen: las galaxias descritas son consecuencia del choque entre dos o más galaxias comunes. La importancia de los choques radica además en que muchas de las galaxias elípticas pueden estar formadas por el impacto. No obstante, intentaremos aclarar este segundo punto en una próxima ocasión.
Es lógico pensar que los choques intergalácticos no deben representarse como los choques estudiados en el campo de la física, sino como una interacción gravitatoria. Las nubes de gas y polvo interestelar son el principal motor de estas interacciones. Por lo tanto, las consecuencias serán muy diferentes en función de si existe o no contacto entre galaxias, tamaño, etc. Como veremos más adelante, las estrellas se trasladan bajo las órdenes del campo de gravedad, pero no sufren colisiones entre ellas.
Pues bien, las consecuencias pueden ser las descritas o mucho más particulares al analizar la interacción entre el Vía Francés y las Nubes de Magallanes, como galaxias anilladas o galaxias con filamentos, antenas, puntos de acumulación de mates, etc. Ejemplos de estas y otras estructuras B. A. Se pueden encontrar en el atlas realizado por los astrónomos soviéticos Vorontsov - Velyaninov.
En la constelación de Canes Venatici tenemos una pareja de galaxias muy reconocida, formada por M51 (NGC5194) y ngc5195. El primero tiene una estructura espiral y el otro probablemente era así, pero mucho menor. Se cree que este último, un período de cientos de millones de años orbitando alrededor del otro, ha deformado bastante su estructura espiral tocando uno de los dos brazos del M51. A su vez, la distribución de las estrellas de ngc555 se ha reorganizado, dotándolas de una galaxia espiral barrosa aún indefinida.
También se ha creado una estructura muy especial como consecuencia de la colisión de las galaxias NGC4038 y NGC4039, dos filamentos o antenas que se desarrollan en direcciones opuestas desde el centro.
Otro ejemplo muy espectacular son las galaxias en forma de anillo. Se clasifican en tres grupos: RE (formados por un anillo elíptico vacío, sin que aparezca en ningún lugar el núcleo que ocupan las galaxias), RN (galaxias en forma de anillo elíptico con un núcleo que no se encuentra en su centro) y, finalmente, RK (aquellas en las que la condensación que puede ser núcleo se encuentra en el propio anillo). Al parecer, estas galaxias proceden de una elíptica y espiral que han colisionado de lleno. En este caso, lógicamente, la interacción es mucho más fuerte que en ocasiones anteriores.
En la imagen se muestran los pasos de la evolución que expondremos inmediatamente. Cuando en un principio la galaxia elíptica entra en el núcleo del otro, y alrededor de un millón al año, que puede durar el proceso, las estrellas de la otra galaxia se desplazan hacia fuera formando el anillo. En estos casos, además, la galaxia elíptica que ha provocado la redistribución se ve cerca del anillo.
A pesar de que al producirse el choque una galaxia se sumerge totalmente en la otra, como en el último caso descrito, apenas se producen colisiones entre estrellas. La distancia media entre las estrellas es 10 millones de veces su diámetro. Por tanto, a pesar de la inmersión de las galaxias y la duplicación de la densidad, es muy difícil que se produzcan colisiones entre las estrellas.
Estamos hablando de que la probabilidad de que se produzcan colisiones entre las estrellas es prácticamente nula, pero ¿qué es de la probabilidad entre los choques de las galaxias?. La distancia media entre galaxias es sólo la sexagésima parte de su diámetro y aún menor en los cúmulos. La velocidad con respecto al Baricentro, por su parte, se sitúa en torno a los 1.000 km/s, con apenas dos millones de años luz. En consecuencia, el tiempo medio entre los impactos que puede soportar una galaxia es de 15 mil millones de años, es decir, la edad del Universo. Por lo tanto, la media de los impactos que ha podido sufrir una galaxia es una. Como se ve, la probabilidad no es despreciable y por ello se han podido crear todas las estructuras descritas.
Por último, mencionaremos una peculiaridad de las galaxias afectadas por el choque. Debido a los efectos de marea, las nubes de gas y polvo interestelar inician con facilidad los procesos de compresión. Por ello, tienen muchas estrellas jóvenes y azules y poca materia interestelar.
EFEMÉRIDESSOL : 23 de septiembre entra en Libra a las 12 h 47 min., equinoccio de otoño.
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