Fimosis: ¿cortar o no?

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

Aunque parezca mentira, en una época en la que la educación para la salud está tan extendida, todavía hay aspectos que la gente trata con reparos o con vergüenza. Y el ámbito de la sexualidad, en su sentido más amplio, será sin duda uno de ellos.

Hay muchos motivos en juego: por un lado, que el tema sea un poco “delicado” (entre los que se encuentran la religión y la moral), pero por otro lado, el “morbo” que provoca en los medios de comunicación, con las exageraciones y mitos de siempre.

En esta ocasión hablaré de la fimosis, para dejar las cosas en su punto, porque mi experiencia diaria me ha demostrado que la gente tiene muchos desconocimientos y confusiones sobre este problema.

¿Qué es la fimosis?

La piel que cubre el glande o el pico del pene (a esto se le conoce como prepucio) se aprieta a menudo, por lo que es imposible que cuando el pene se erige se ponga de manifiesto. Esta situación patológica se conoce como fimosis y es una patología común en los hombres.

La fimosis es muy frecuente, sobre todo en niños pequeños. Sin embargo, hay que decir que si la maniobra de retracción del prepucio se repetiera una y otra vez, sacando y limpiando completamente el pico del pene, la frecuencia de la fimosis disminuiría notablemente en los adultos.

¿Por qué ocurre? Normalmente se acepta como malformación congénita, pero también aparece una vez en hombres mayores de 50 años como consecuencia de un proceso de inflamación y degeneración del prepucio: el prepucio pierde su elasticidad y es imposible librar completamente el pico del pene.

¿Y cómo se resuelve este problema? La fimosis se resuelve con una pequeña y sencilla operación quirúrgica, con circuncisión o castañueldad, cortando la piel que rodea al pene.

Si no se realiza, pueden aparecer complicaciones (sobre todo infecciosas) por falta de higiene adecuada. En algunos casos, el agujero del prepucio es tan pequeño que la orina también es difícil de extraer, lo que puede provocar alteraciones en el aparato urinario.

Otra complicación es la parafimosis: el prepucio o piel fimótica queda por debajo del pico del pene, en un momento dado en el coito o masturbación. Y en esta situación, el prepucio crea una especie de anillo, apretando el glandé e impidiendo que la sangre regrese a través de la realidad, lo que provoca la inflamación del glande o del pico del pene. Entonces es necesario llevar el prepucio a su lugar, y el médico lo conseguirá con maniobras manuales o una pequeña operación.

Circuncisión. ¿Pura costumbre o algo más?

Circuncisión o ceremonia. Sólo una incisión sencilla, pero con significado profundo. La circuncisión es un ritual nacido hace miles de años, en el que millones y millones de personas practican en todo el mundo, mezclando religión, higiene, tradición e incluso conceptos de moralidad bastante raros.

Hay razones para pensar que la circuncisión también existía en la Edad de Piedra. A lo largo de la historia se ha transformado, ha sufrido cambios en su significado (adoptando formas diferentes) y se ha realizado en diferentes momentos. Pero sigue ahí, como siempre, y es casi imposible despreciar esta práctica de las costumbres y costumbres de los pueblos. En aquellos pueblos que no tenían tradición ni historia propia han sido domesticados y asimilados, y quienes la adoptaron también han creado su propia historia y leyendas.

Hoy en día, cuando vamos a entrar en el tercer milenio, todos los judíos y musulmanes, siempre que sean creyentes, pasan por la circuncisión; y muchos de los recién nacidos de Estados Unidos, que según algunas encuestas o estadísticas alcanzarían el 80%, gran parte de los indios americanos (tanto en el Norte, como en el Medio y Sudamérica), la mayoría de los aborígenes de Micronesia y Australia. Pero no sólo son hombres, sino mujeres. En todo el mundo se calcula que 70 de cada 100 mujeres sufren la excisión del clítoris, conocida como excisión, o una infibulación aún más dura, es decir, la circuncisión y el cosido de los labios de la vulva.

¿Cuál es la razón por la que las personas se hacen abusos de este tipo desde hace tanto tiempo? ¿Por qué se mantienen las tradiciones tan duras y sangrientas a lo largo del tiempo? La respuesta es sencilla para judíos y musulmanes: así está escrito en la Biblia, así lo quieren Dios y el profeta Mahoma.

En el Antiguo Testamento, en el primer libro de Moise s (Capítulo 17, Versos 10+14), está la orden que los judíos han cumplido siempre con tanta rigor: “Todos los recién nacidos serán castellanizados a los ocho días de su nacimiento. Siempre será así. Tendréis que llevar en el cuerpo la señal del enlace que abriréis. Y lo que entre vosotros no hubiera sido en castellano no será digno para la vida y será exilio del pueblo”.

Hoy en día nadie niega el sentido y el tono religioso, pero seguramente en un principio la enseñanza en castellano no sería más que un rito de iniciación, como lo sigue siendo para las sociedades y tribus judías.

Preguntas sobre fimosis y circuncisión

¿Cuál es la edad más adecuada para operar la fimosis?

No hay edad especial para ello, pero se puede decir que no conviene realizar la operación antes de un año, ya que es a esa edad cuando se separan totalmente de forma natural el pico del pene y el prepucio. Naturalmente, si ocurriera cualquier complicación, la cirugía se realizaría en ese mismo momento, sin más futuro.

En los niños recién nacidos, muchas veces es imposible que el prepucio se retrase totalmente, pero a menudo el médico insiste en que los padres no se preocupen. ¿No tendrá fimosías?

Puede que no lo tenga. El glande y la parte interna del prepucio están recubiertos por una piel, que en la época fetal está unida. Al nacer se empieza a separar la piel en dos capas, pero la separación en la mayoría de los niños todavía no ha terminado, y debido a la adhesión y a las conexiones entre las dos capas, el prepucio apenas se retira por completo. Esto no es suficiente para preocuparse, ya que normalmente con el paso del tiempo las capas están cada vez más separadas, y según algunos especialistas, no se puede decir que el niño tenga fimosis antes de cumplir los dos años.

¿Por qué no se caen todos los niños?

Es cierto que el castellano tiene algunas ventajas. Por ejemplo, disminuye la incidencia del cáncer de pene y la frecuencia de infecciones del campo. Estas son las razones que se utilizan en algunos países para recomendar el tratamiento de todos los recién nacidos. Sin embargo, estas ventajas son muy relativas, ya que se pueden obtener los mismos beneficios si se realiza una correcta limpieza de la zona prepucial: una higiene adecuada limpia las secreciones o fugas denominadas “esmegmas” que son las responsables de las infecciones. Por tanto, una correcta higiene no justifica la introducción de la circuncisión a todos los niños recién nacidos.

Según algunos especialistas, no se puede decir que el niño tenga fimosis antes de los dos años.

Nuestro bebé se acerca, por fimosis, a operar. Pensábamos que usarían anestesia general, pero el médico nos ha dicho que no será necesaria. ¿Cómo es posible?

Hay que eliminar el dolor que produce el propio acto operatorio para realizar la ceremonia. Esto se consigue con anestesia general o bien mediante anestesia local de la zona a intervenir. Cuando el paciente es pequeño (sobre todo si es niño), normalmente se recomienda la intervención con anestesia general para evitar que el nerviosismo del niño dificulte la intervención quirúrgica.

Se ha dicho que hay enfermedades del aparato genital casi desaparecidas en los judíos porque todos los hombres están en castellano. ¿Cuáles son esas enfermedades?

Es cierto que el porcentaje de hombres con cáncer de pene es mucho menor en los judíos castellanos que en otros grupos sociales. Y por otro lado, las mujeres judías con procesos cancillosos en el cuello del útero también son menos proporcionalmente que en el resto de grupos sociales, y en ello podría decirse (aunque no está del todo demostrado) la circuncisión masculina.

Por otra parte, la circuncisión facilita la higiene del aparato genital, lo que puede ayudar a prevenir el contagio de alguna enfermedad venésima, pero normalmente los hombres castellanoparlantes tienen el mismo riesgo de contraer este tipo de enfermedades que cualquier otro.

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