¿Ventajas para las pequeñas y medianas empresas?

El 97% de las empresas que teníamos en la industria manufacturera de la Comunidad Autónoma del País Vasco en 1990 eran pequeñas, y el empleo correspondiente a estas empresas era el 48% del empleo correspondiente a la industria manufacturera. En el caso de las pequeñas y medianas empresas, a estos dos colectivos les correspondía el 99% de las empresas y el 80% del empleo.

Si nos fijamos en la evolución que se da en el número de pequeñas y medianas empresas y en el empleo al que pertenecen estas empresas, en la industria manufacturera vasca el peso de las pequeñas y medianas empresas aumentó notablemente en la segunda mitad de los 80. Las pequeñas y medianas empresas creadas a lo largo de estos años han sido las principales creadoras de empleo en la industria manufacturera vasca. Además, esto no sólo ocurre en la CAPV, sino que si nos dirigimos a informes e investigaciones de países nacionales y extranjeros, se puede observar que en España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, etc. también ocurrió lo mismo. Si se menciona alguna característica particular respecto a los países extranjeros, habría que mencionar el retraso de este evento en España y en la CAPV, ya que en estos dos ámbitos este aumento del peso de las pequeñas y medianas empresas se ha producido más tarde que en los países extranjeros.

A pesar de que las pequeñas y medianas empresas han desempeñado una importante función social, es decir, han sido fuentes de empleo importantes, en muchos estudios de Economía Industrial, el mayor peso relativo de las pequeñas empresas en la industria de un país ha sido considerado como un obstáculo o punto débil para la competitividad de este país. A favor de esta opinión se han mencionado las siguientes razones:

  • Las pequeñas y medianas empresas creadas en la segunda mitad de la década de los 80 han sido las más importantes creadoras de empleo en la industria manufacturera vasca.
    En sectores donde las escalas económicas son importantes, las pequeñas empresas se encuentran en desventaja. Es decir, al producir más unidades de producto en un sector, podrán producir menos y en ese sector las pequeñas empresas tendrían dificultades para competir en costes con las grandes. Las
    escalas económicas se dan por la distribución entre más unidades productivas de la parte o coste fijo de las inversiones que se realicen. En consecuencia, las demandas económicas en una empresa pueden tener orígenes diferentes y no se generan por voluntad y deseo por la distribución de los costes fijos del proceso productivo, sino por la distribución de los costes fijos que se generan en tecnología, diferentes áreas de marketing, etc. Es más, parece que en los últimos años se dan con más frecuencia por estas dos últimas razones.
  • Las pequeñas empresas suelen tener un nivel tecnológico más bajo, en gran medida por una de las razones que hemos mencionado al hablar de las escalas económicas, es decir, por la importancia que pueden tener las escalas económicas en las inversiones tecnológicas (ej. Los costes de I+D habitualmente son costes fijos) y, cuanto más se produzcan, más fácilmente sería rentabilizar la inversión realizada. Por ello, dado que las grandes empresas producen más, tendrían más facilidad que las pequeñas para rentabilizar sus inversiones en I+D. En consecuencia, las pequeñas empresas tienen dificultades para competir en aquellos sectores que demandan inversiones fijas elevadas a nivel tecnológico.
  • Por los mismos motivos, y en esta ocasión por lo que respecta a los costes de marketing, es decir, los costes de publicidad, etc., las grandes empresas suelen tener más trabajado el área de marketing. Esto, como ya hemos mencionado al hablar de tecnología, se debe a las diferentes escalas económicas que se pueden dar en materia de marketing, es decir, a que las grandes empresas pueden distribuir entre más productos los costes fijos de marketing por producir más unidades. En consecuencia, en sectores muy abiertos al comercio exterior que requieren altos costes fijos de marketing, difícilmente pueden competir las pequeñas empresas.
Las pequeñas empresas tienen dificultades para competir en aquellos sectores que demandan inversiones fijas altas a nivel tecnológico.

Sin embargo, a pesar de que las pequeñas y medianas empresas presentan ciertas barreras a la competitividad, no podemos afirmar que el hecho de que sean pequeñas empresas se vea perjudicado por la competitividad de un país hasta que se haya visto previamente qué tipo de sectores existen en ese país. En las siguientes líneas hablaremos de algunas de las ventajas que pueden tener las pequeñas empresas:

  • En sectores muy variables, en los que el nivel y características de su demanda varían con frecuencia y facilidad, las pequeñas empresas pueden tener ventajas. Las grandes empresas, por su estructura, tienen unos costes fijos más altos. Es decir, en las grandes empresas los costes de capital tienen más peso que los costes laborales, por lo que la flexibilidad de las grandes empresas es menor. En consecuencia, las pequeñas empresas tienen la facilidad de adaptarse a los cambios de la demanda con menores variaciones de coste que las grandes empresas, y en esto consiste el concepto de flexibilidad que utiliza Stigler.
  • Por otro lado, en las pequeñas empresas la toma de decisiones se hace más rápida y sencilla, sobre todo por la menor jerarquía de las mismas. En consecuencia, las pequeñas empresas tienen vías para acelerar la difusión de la información entre los niveles superior e inferior y superior. Este es otro concepto de flexibilidad que utiliza el autor Harrigan.
Las pequeñas empresas difícilmente pueden competir en sectores muy abiertos al comercio exterior que requieren altos costes fijos de marketing.

En los últimos años la demanda ha sufrido grandes cambios, tanto por la influencia de la moda como por la creciente internacionalización. Esto también requiere flexibilidad para ser competitivo.

Por último, hay que decir que en sectores desventajosos por las escalas económicas, las pequeñas empresas pueden aprovechar otros medios para ser competitivas. Estos medios pueden ser:

  • Tecnologías flexibles: En la década de los 80, las tecnologías flexibles, es decir, las tecnologías de fácil adaptación para producir distintos productos, han experimentado un gran avance y estas tecnologías flexibles reducen la importancia de las escalas económicas a nivel de producto. Por lo tanto, las pequeñas empresas pueden invertir en tecnologías flexibles y obtener la rentabilidad de esta inversión a través de la producción de diferentes productos en estas máquinas y de la obtención de escalas económicas a nivel empresarial en lugar de obtener el nivel de producto.
  • Las pequeñas empresas difícilmente pueden competir en sectores muy abiertos al comercio exterior que requieren altos costes fijos de marketing.
    Cooperación empresarial: las pequeñas empresas pueden cooperar en varios ámbitos, es decir, compartir redes de mercado, ciertas tecnologías especiales, etc. De esta forma, repartiendo los costes fijos que se pueden dar en algunas áreas entre las unidades de producto de las diferentes empresas, tendrían mayor facilidad para rentabilizar sus inversiones.
  • Estrategia de diferenciación: las pequeñas empresas, aunque tienen dificultades para competir en sectores en los que la escala económica es importante, pueden competir en la otra estrategia, la de diferenciación. Por un lado, pueden aprovecharse de los cambios frecuentes en las características de la demanda (influyendo en la moda, etc.) para intentar ser los primeros en ofrecer estas características. Por otro lado, se pueden diferenciar sus productos dirigiéndolos a una parte del mercado, es decir, basándonos en la cercanía al cliente y sirviéndose de clientes que valoren esta característica, se pueden dirigir al mercado del entorno en el que se ubican.

Por lo tanto, no podemos afirmar, sin más, que la existencia de pequeñas y medianas empresas sea perjudicial para la competitividad de un país. El análisis debería reducirse al menos a nivel sectorial para poder decirlo. Hay sectores muy intensivos en capital en los que las escalas económicas son muy importantes. Habría que ver si en estos sectores las pequeñas empresas encuentran el camino para afrontar la dificultad de competir en costes.

En sectores muy variables, en los que el nivel y características de su demanda varían con frecuencia y facilidad, las pequeñas empresas pueden tener ventajas.

Otros sectores, sin embargo, pueden presentar una demanda muy variable (puede ocurrir que en algunos de ellos la escala económica también sea importante), es decir, que el nivel de demanda o las características de los mismos pueden presentar grandes variaciones (p.ej. en un momento dado la demanda de zapatos de cuero puede ser muy alta y al cabo de un tiempo la moda, o la importancia que adquiere el deporte, la gente puede preferir comprar zapatillas para hacer deporte). En aquellos países en los que este tipo de sectores tenga un peso importante, será muy importante contar con empresas con un alto potencial de adaptación a la oferta/demanda, y en estos casos las pequeñas empresas pueden ser adecuadas por su flexibilidad.

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Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila