Vida sintética a borbotones

Hoy en día es fácil descodificar todo el genoma de cualquier ser vivo. La pregunta ya es otra: con lo que hemos aprendido, ¿podemos construirlo desde el simple genoma de un ser vivo, darle vida y tener las características que nosotros queremos? Es decir, que los seres vivos surjan del vacío para comprenderlos del todo. La biología sintética tiene objetivos ambiciosos, sobre todo cuando nos dice que puede servir también para dar vida a especies ya desaparecidas, como mamuts o neandertales, pero es cierto que en los últimos años ha avanzado espectacularmente.
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Ed. Lightspring/Shutterstock.com

La primera sorpresa la dio el equipo de Craig Venter cuando construyó en 2010 la primera célula con genoma sintético. Se sintetizó el genoma de la bacteria mycoplasma mycoides. Entonces lanzó su próximo reto, el concursante EspacioBoek, que consiste en la construcción de un genoma sintético de vida de alto nivel. No de una bacteria, sino de una vida eucariota con ADN organizado en cromosomas. Le puso nombre y fecha: Levadura Saccharomyces cerevisiae y 2017.

Llega el 2017 y las noticias del proyecto, que han creado ya seis cromosomas artificiales de levadura, superando un tercio del genoma, que han sobrevivido. Boek ha reconocido que ya han terminado el diseño completo de este hipotético genoma eucarioto sintético, que sólo les falta sintetizar. El nuevo diseño presenta numerosas adaptaciones respecto al original, eliminando secuencias infuncionales e introduciendo secuencias regulatorias de encendido y apagado libre de genes. Este nuevo logro ha puesto a los investigadores muy cerca de la creación de levaduras artificiales y han afirmado que para finales de año los 16 cromosomas de levadura resisten el reto de sintetizar.

Qué es el mínimo

Se están diseñando desde cero y se están aclarando cuáles son las secuencias que se pueden eliminar sin poner en peligro la vida de los seres vivos y cuáles son las imprescindibles para vivir. Así se está identificando la configuración mínima de los genes imprescindibles para sobrevivir, es decir, la necesaria para duplicar de forma autónoma las células artificiales.

Estos avances permiten ver más cerca el objetivo de diseñar y crear a la carta cualquier forma de vida, ya que, además de diseñar el ADN, el reto principal era organizar esta información genética como cromosoma, incluyendo cientos de proteínas que se unen al material genético: histonas, centrómero, telómeros...

Célula sintética humana

En junio de 2016, la revista Science lanzó un gran reto: 130 biólogos sintéticos y empresas publicaron una propuesta de síntesis artificial de genomas de plantas y animales, entre ellos el genoma humano. Según ellos, después de descodificar el genoma humano (proyecto hpg-read, es decir, Leer el Genoma Humano), ese sería el siguiente paso (hpg-write, Genoma Humano Escrito).

El espectacular líder del proyecto hpg-write es el propio Boeke, que tiene como objetivo crear una célula germinal “ultraseguradora” humana. Esta célula se utilizaría como plataforma universal para el desarrollo de la biotecnología humana.

Aún quedan por discutir los pormenores de esta célula germinal sintética humana, pero ya se han mencionado algunas de las características que presentaría: la resistencia a los virus, a los priones y al cáncer, el rechazo inmunológico muy reducido para evitar el rechazo en los trasplantes, los mecanismos de control para la autohablación y la autodestrucción, los mecanismos para evitar la transmisión de líneas germinales y la compatibilidad con la mayoría de las poblaciones humanas.

Los promotores del proyecto hgp-write afirman que necesitarían unos 100 millones de dólares durante diez años para sintetizar el genoma humano artificial y cultivar células en una placa de laboratorio. Sin duda, la industria farmacéutica y biotecnológica se beneficiaría mucho, pero también se han levantado voces opuestas. Según ellos, este proyecto de biología sintética va mucho más allá de la edición genética y no se prevén problemas éticos. Los promotores del proyecto han argumentado que no será más que una célula, ni un ser humano ni un embrión. Por encima de los debates, desde que propusieron su proyecto en la revista Science, muchos científicos se han unido al proyecto. El reto está ahí.

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