La carrera espacial con el Sputnik quedó en los primeros pedaleos de la década pasada. Los momentos más memorables de la carrera llegaron en los años 60. A tiros y golpes, la competencia fue constante. Para darse cuenta, basta con echar un vistazo a los hechos: Yuri Gagarin, el primer hombre lanzado al espacio, fue el héroe de la época en la Unión Soviética. Tuvo ese honor (1961) y murió ocho años después de un accidente aéreo. Primeras imágenes de televisión por satélite, gracias al satélite Telstar (1962). La sonda norteamericana Mariner 2 se acercó a los alrededores de Artizar (1962). Valentina Tereshkova, la primera mujer que llegó al espacio (1963). La nave Gemini 1, primera del proyecto Géminis, partió y probó la tecnología para el proyecto Apolo que llegó a la Luna (1964). La sonda Mariner 4 partió de la Tierra con el objetivo de Marte y llegó al año siguiente. Sacó las primeras imágenes cercanas de Marte (1965). Envío de sondas Pioneer al espacio con el objetivo de investigar el Sol (1965). Venera fue enviada al espacio la sonda de 3 soviéticos hacia Venus. Llegó al año siguiente (1965). La sonda Surveyor 1 llegó a la Luna y envió imágenes de televisión a la Tierra (1965). El astronauta soviético Alexei Leonov realizó su primera marcha espacial (1965). La nave espacial soviética Lunik IX llegó a la Luna (1966). La sonda Surveyor 5 realizó los primeros estudios químicos de la Luna (1967). Vladimir Komarov, con la nave espacial Soiuz 1, primer hombre muerto en el espacio (1967). La sonda Mariner 6 se introdujo en la órbita de Marte (1969). La nave Soiuz 4 fue lanzada al espacio y al día siguiente Soiuz 5. El primer trasiego espacial (1969). Las naves espaciales rusas Soiuz 6, 7 y 8 se colocaron simultáneamente en la órbita de la Tierra (1969). Y por último, la hazaña para que los americanos suban al podio más alto de aquella carrera: Neil Armstrong y Buzz Aldrin llegaron a la Luna en la nave espacial Apolo XI. Por primera vez el hombre estaba en otro planeta. Todo el mundo se emocionó con la llegada a la Luna, que emitió sus imágenes en televisión. Poco después, Charles Conrad y Alan Bean llegaron a la Luna con el Apolo XII. Ellos fueron el tercero y el cuarto que pisaron la Luna. Sin embargo, dos meses antes, la nave espacial Apolo X estuvo muy cerca de la Luna y comprobó que era posible aterrizar técnicamente en ella (1969). En dos palabras, se produjo la aventura espacial más significativa y recordada de todos los tiempos.
La investigación espacial en esta década tuvo una gran velocidad -apenas diez años después del despegue de la Tierra a la Luna -, pero en ciencia no fue el único campo que avanzó. En medicina, por ejemplo, los trasplantes de órganos avanzaron mucho. En cuanto a los trasplantes renales, en 1963 el cirujano Guy Alexandre realiza el primer trasplante en Lovainan en concepto de muerte cerebral. El receptor del riñón murió un mes después. Al año siguiente, en 1964, el mismo cirujano realiza un segundo trasplante similar. El riñón trasplantado cumplió su papel durante seis años. En la misma década, el sueco Nils Alwall inventó un riñón artificial. En la actualidad, los receptores del riñón no tienen ningún inconveniente en realizar una vida normal. El primer trasplante de hígado entre humanos fue realizado también en 1963 por el cirujano Thomas Starzl. A un niño muerto por un tumor se le quitaron el corazón y se lo pusieron a otro de tres años. Sobrevivió cinco horas. Dos meses después, el mismo cirujano operó de trasplante de hígado entre adultos y el receptor murió a los 22 días. El tema de los trasplantes cada vez cobraba más importancia, pero lo que realmente hizo socializar el tema fue el trasplante de corazón. En 1967, en la ciudad sudafricana de Ciudad del Cabo, el doctor Christian Barnard realiza el primer trasplante de corazón. El donante del corazón era una joven que sufrió un accidente y rompió el cerebro. Un hombre de 54 años recibió aquel corazón. La intervención fue bien. Diez días después de recibir el corazón, el paciente era capaz de caminar por la habitación del hospital. Sin embargo, murió dos semanas después de la neumonía. Un mes después Christian Barnard realiza un segundo trasplante de corazón. Este segundo receptor tuvo más suerte que el primero, ya que vivía algo más de año y medio. Sin embargo, tras romper los límites que pueden tener los órganos del propio cuerpo, con los trasplantes de los órganos se abrió una nueva era para la medicina.
A pesar de que el pisoteo de la Luna por parte del ser humano y el inicio del trasplante de órganos marcaron la actividad científica de la década, no fueron los únicos acontecimientos: