Balnearios: fuente de salud

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

A nuestro alrededor hay varios balnearios (los que les gusta hablar un poquito más, dicen que son estaciones termales), muchos de los cuales permanecen abiertos todo el año. En ella se utilizan los tratamientos más sofisticados basados en aguas minero-medicinales, con el fin de mejorar enfermedades como la artrosis, el estrés, el asma o la psoriasis, o para poner el cuerpo a punto para hacer frente al trabajo diario.

Relajarse, recuperar el equilibrio perdido y ponerlo en forma es bueno en cualquier época del año. Estos objetivos los puedes cumplir perfectamente en los balnearios distribuidos por todo nuestro territorio. ¿Qué son los balnearios? Son lugares para la salud, el descanso y la belleza, donde existe un manantial de aguas minero-medicinales con el que se pueden realizar diferentes tratamientos.

Durante muchos años, los balnearios y las aguas termales que se recibían en los balnearios eran sólo cosa de millonarios, y la gente normal no tenía la oportunidad de disfrutar de los favores locales. En los últimos tiempos, sin embargo, los balnearios se han adaptado también a bolsillos no tan equipados, y hoy podemos decir que la técnica más sofisticada y el tratamiento más complejo (y más caro) están al alcance de todos.

¿En qué casos son adecuados?

Las curas de los balnearios son muy efectivas en el tratamiento de ciertas enfermedades. Es por ello que en algunos países europeos, como Alemania, Francia, Italia o Portugal, los servicios públicos de salud cubren en todo o en parte. En España, y por desgracia en Euskal Herria, no estamos en ese nivel, para personas mayores, para personas afectadas por enfermedades crónicas, y siempre que su médico prescriba este tipo de terapias, a pesar de que el Inserso les permite acudir a estos lugares en condiciones económicas especiales.

Son muchas las indicaciones que tienen las aguas termales. Además de la relajación y el descanso que se puede conseguir en ella, las aguas minero-medicinales afectan a la relajación muscular, por lo que se beneficiarán de una artrosis, por ejemplo, en el caso de los dolores o tensiones musculares que puede ocasionar. Al mismo tiempo, además de aliviar la contractura en el músculo, las aguas calientes tienen un gran efecto antiinflamatorio, por lo que el paciente tiene la posibilidad de realizar una serie de ejercicios en agua caliente que le resultarían imposibles fuera del agua.

Por otra parte, dependiendo del tipo de agua que tenga el balneario, dependiendo de las características físicas y químicas del agua, pueden curarse otras enfermedades o trastornos. Hay aguas que salen a alta temperatura mientras otras salen frías. Hay aguas bicarbonadas, sulfuradas, sódicas-calcáreas, radiactivas, cloruradas, litínicas, con oligo-minerales, silicatadas, bromuradas, etc.

Por lo tanto, y para empezar a concretarlo, pueden mejorarse mediante balneoterapia, es decir, mediante el tratamiento de las aguas de los balnearios:

  • Enfermedades del aparato digestivo. Cualquier disfunción digestiva, incluso falta de apetito y pirosis o ardor.
  • Trastornos respiratorios. Asma y otras afecciones respiratorias. Las aguas sulfurosas son las mejores en estos casos porque descongestionan la mucosa, por lo que se recomiendan para el tratamiento de asma y bronquitis.
  • Renales y vías urinarias.
  • Enfermedades reumatológicas y traumatológicas. Por ejemplo, artritis o artrosis, problemas óseos o musculares.
  • Problemas de tráfico. Mala circulación, varices, etc.
  • Enfermedades ginecológicas. Los tampones de arcilla o duchas vaginales actúan contra las inflamaciones de las mucosas, especialmente en las afecciones endométricas.
  • Alteraciones en los sistemas nerviosos. Estrés, ansiedad, pero también síndromes más complejos como la enfermedad de Parkinson. En agua caliente, los ejercicios que debe realizar el paciente en las piscinas de la marcha son muy apropiados para recuperar el curso y el equilibrio o estabilidad que el enfermo pierde a medida que avanza la enfermedad (Parkinson).
  • Afecciones cutáneas. Psoriasis o acné, por ejemplo.

Colina en el agua

Las afecciones al agua son principalmente de tres tipos.

Mecánicos

El cuerpo pesa menos en el agua, por lo que fuera del agua se pueden hacer ejercicios de rehabilitación que serían casi imposibles (o totalmente dolorosos).

Térmicas

Con agua caliente (a partir de 37ºC) se estimula el metabolismo y además se consigue un efecto sedante, vasodilatador e hipotensor. El agua fría, por el contrario, produce una constricción forestal (también estimulante), acelera la función de la glándula tiroides y contrae los músculos.

Químicos

Los diferentes minerales y oligoelementos que presentan las aguas minero-medicinales se producen a través de los poros de la piel, extendiéndose por todo el cuerpo.

Como hemos visto, el agua es el componente principal del balneario, pero también se utilizan arcillas, algas, masajes, fisioterapia o solarium como método complementario. El uso del agua puede ser variado (duchas a presión, grifería, duchas circulares, en piscinas, baños de vapor, inhalaciones o bañeras) dependiendo de la enfermedad a tratar y del grado de lesión del paciente.

Cualquier persona que desee disfrutar de los servicios que ofrecen los balnearios deberá someterse a un reconocimiento médico previo en el que se detallará su situación general, la gravedad y la gravedad de su enfermedad. Este control médico es necesario por la existencia de tratamientos inadecuados en determinadas enfermedades. Este es el caso de los problemas cardiacos, ya que grandes cambios de temperatura pueden suponer un gasto excesivo para el corazón o incluso cuando la artrosis está en fase aguda. En estos casos el paciente deberá conformarse con el descanso y la tranquilidad de los balnearios.

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