El acero inoxidable es probablemente el más conocido de los aceros. Está de moda, son de acero no oxidable cucharas, cuchillos, cazuelas, barricas de algunas sidrerías, cocinas... Sin embargo, existen otros tipos de aceros, como los de aleación, baja aleación o carbono. Estos últimos se ven, por ejemplo, en la carrocería de los coches, en los somieres y en los cascos de los barcos. Estos aceros difieren en su composición química.
El acero es una aleación base de carbono y hierro, pero puede llevar cromo y níquel. A pesar de su dureza, en caliente es fácil dar forma, que probablemente sea la principal característica del acero. El acero se obtiene por calentamiento de la chatarra y en el proceso se generan diferentes subproductos. Del hierro calentado en el horno eléctrico sale la escoria o escoria negra, pesada, de cuya depuración sale un polvo fino, la escoria blanca. Cada uno tiene su composición y propiedades.
El País Vasco cuenta con 15 acerías entre las que se generan cientos de miles de toneladas de escorias. Los residuos son gestionados por las propias fábricas y su destino final es mayoritariamente en sus vertederos. Sin embargo, la escoria negra tiene solución y se utiliza para hacer carreteras. La escoria blanca es, por tanto, la que más se acumula, ya que ésta no se utiliza para ningún otro uso.
La escoria blanca es un polvo fino que se acumula formando dunas en los vertederos de las acerías. En una tesis presentada en la Universidad del País Vasco se proponen tres soluciones para convertir este polvo en algo útil.
Por ejemplo, puede utilizarse como mortero. El mortero se utiliza para recubrir muros de ladrillo. Se realiza principalmente con cemento, arena y agua. La adición de escoria blanca al mortero no altera sus características y reduce el proceso al requerir menos cemento. A esta conclusión ha llegado Milagros Losañez, autora de la tesis citada, de los estudios realizados en el laboratorio.
De la misma manera, la escoria blanca puede ser utilizada para la formación de suelo cemento, dando rigidez a las pistas. Si bien se ha hecho de forma no reglada, los residuos de las acerías son utilizados desde hace mucho tiempo para esta tarea, lo que ha comprobado cualquier persona que ha caminado por el monte. Se ha realizado mezclando escoria blanca y escoria negra. Ahora, tras la investigación, se ha demostrado que esta mezcla tiene excelentes propiedades para esta aplicación. Por ejemplo, se ha demostrado que el agua de lluvia no arrastra indicios claros, por lo que el uso de escoria es ecológicamente aceptable.
Por otra parte, existe la posibilidad de utilizar la escoria blanca como hormigón mezclada con la escoria negra, pero se han encontrado algunos problemas en las pruebas realizadas y no es la solución más adecuada para la tesis, ya que requiere un control elevado del producto.
Por cada tonelada de acero producido se genera entre 120 y 150 kg de escoria negra y entre 40 y 70 kg de escoria blanca. Si se sigue produciendo acero, la fuente de residuos puede considerarse inagotable. La construcción y obra civil es un sector de gran fuerza que consume gran cantidad de materias primas. De esta forma se puede conseguir un ahorro económico y una reducción de residuos mediante la utilización de lo que uno tiene de más.
Por supuesto, en la práctica no es tan sencillo como parece, y habría que solucionar algunos problemas primero. Por ejemplo, habría que introducir algunos cambios en la producción. De hecho, hoy en día en las acerías es el acero el que tiene valor, la escoria blanca es sólo un residuo. Por ello, no se controla la producción de escorias. Si a partir de ahora se quiere que sea un producto de valor, habrá que controlarlo como se hace con el acero.
A pesar de las dificultades, el desarrollo sostenible y la actitud de protección del medio ambiente incita a reducir y reciclar los residuos. Los residuos que cada cual genera en su hogar son gestionados de forma individual, mediante el reciclaje de vidrio, aceite y papel, o utilizando CDs, camisas viejas y marmitas. De la misma manera, la industria está buscando una solución a sus residuos. Las acerías generan miles de toneladas de residuos; la construcción y la obra civil necesitan cientos de toneladas de materiales. La combinación de ambas supondría una pequeña reducción de la bolsa de basura humana.