Une una cuchara de plata o cualquier metal con un hilo (en el centro del hilo) y mete cada extremo del hilo en un oído mientras la cuchara choca con la mesa. Seguro que escucharás colisiones. Es más, el sonido del choque es tan violento que parece la campana de la catedral. ¿Qué se quiere demostrar con este ensayo? No sólo en el aire, sino también en otros medios.
Alguna vez habrás escuchado algo con el teléfono de cuerda. Vamos a unirnos. Metemos en el fondo de dos cilindros de hojalata una pieza circular de cartón. Si a continuación se cablean los dos cartones con una cuerda de seda de 15-20 m de longitud, el teléfono de cordón estará formado. Mientras uno habla por un cilindro, el otro debe colocar el oído en el otro.
Para tomar conciencia de la velocidad del sonido no te propondré ningún ensayo, solo te mencionaré algunos eventos normales. Después del rayo, el trueno no se oye bruscamente, sino a unos segundos. Lo mismo ocurre cuando un cazador bastante lejos dispara. El sonido del tiro no coincide con el humo donde estamos. Te darás cuenta de que la onda sonora tiene una velocidad determinada. Si es mayor o menor que la luz, la dejamos en tus manos.
Como colofón a este artículo crearemos sonidos de distinto nivel sobre la mesa de casa. Pon siete vasos iguales sobre la mesa, pero la cantidad de líquido que hay en cada uno es diferente. Si eres un músico competente, no te costará demasiado golpear los vasos con una cuchara, sorprender a los tuyos.