Presión del aire

Aunque no percibimos que el aire sobre nuestra cabeza ejerce una presión, lo notaremos mediante ensayos sencillos.

Toma un vaso lleno de agua y un plato. Echar agua al plato. Poner un pequeño corcho sobre el agua y un trozo de papel encima. A continuación se prende fuego y se tapa el fuego con el vaso (por supuesto, con la boca debajo). ¿Qué pasa? El nivel de agua que hay dentro del vaso sube, ¿no? La causa es que el fuego quema oxígeno del aire formando dióxido de carbono. Parte de este último compuesto es absorbido por el agua, por lo que al estar menor cantidad de gas por encima de las aguas, la presión disminuye y por supuesto el nivel de agua aumenta.

Una vez realizado este ensayo anterior pasaremos a otro ensayo. Coge un vaso lleno de agua hasta el borde superior. A continuación se tapa mediante una hoja de papel la boca del vaso. Esta hoja de papel debe coincidir con la superficie de agua y el borde del vaso. Por último, vuelca el vaso y descubre que el agua no se vierte, sino que el papel está influenciado por un tapo¡.

A la hora de realizar este último ensayo tendrás que tener cuidado ya que no siempre sale bien y se puede mojar el suelo de la casa.

Para finalizar el programa de hoy coge un frasco pequeño y llénalo de agua hasta la arista superior. Por el collado del frasco se cubre la boca de entrada con el pulgar. Se vuelca el frasco y se introduce en esta posición en un vaso con agua, se quita el pulgar y se mantiene vertical el frasco. Verás que el agua que está en el frasco no baja. También es debido a la presión del aire exterior.

Ahora te dejamos bajo tu habilidad.

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