No me olvidaré la última vez que me encontré con el gamo. Aquel día lluvioso dejé atrás la penumbra del hayedo y fui a un garbigune salpicado de helechos. De repente, un ladrido crudo rompió el silencio, al mismo tiempo que vi mover una gran sombra. ¡Dos! ¡Tres, cuatro, cinco! Tras la primera, otros cuatro animales salieron hacia el bosque, a veces corriendo a la baja, otros saltando con las cuatro patas, como si fueran muelles. De vez en cuando podía ver aparecer por encima de los helechos, con una intensa cola blanca al fondo, muy erguida. ¡Menudo espectáculo!
Las especies que han tenido que huir de los depredadores desde su nacimiento en la Tierra han desarrollado a lo largo de la evolución numerosos sistemas para no caer en las garras de los cazadores. En el caso de Adarzabal, la piel pardo-rojiza, decorada con cicatrices blancas, además de fascinante, es excelente para camuflar. Además, en otoño cambia de pelaje con un cuero pardo o gris perfectamente ajustado a los colores oscuros del invierno. Por otra parte, señales sonoras como el ladrido de cérvidos están muy extendidas entre los animales. De este modo, además de advertir a los miembros de la especie del peligro, se advierte al enemigo que le rodea que lo ha detectado.
Una forma curiosa de levantar la cola mientras huyen y saltar al modo de muelles puede ser una forma de advertir que hay peligro. Además, otro de los motivos para los saltos puede ser que algunos autores demuestren que el rapaz está en buen estado. Por este motivo, el depredador que lo ve, no malgastará energía en atrapar a un animal tan rápido y no tendrá que huir el gamo.
No podemos olvidar, por supuesto, los estrictos sentidos de este rápido herbívoro. No es fácil encontrarlos porque tienen la capacidad de oler al hombre a cientos de metros, verlo por la noche, o de oír el rumor entre dos amigos lejanos.
El nombre científico de la dama Dama de Adarzabal me recuerda que la cabeza erguida y la piel maravillosa es un animal elegante que las lleva airosamente como las mejores. Puede alcanzar 130-200 cm de longitud, con un peso de 60-125 kg en los machos y de 30-50 kg en las hembras. La cola, que puede mostrar erguida en las escapadas, es larga respecto a los corzos y ciervos, de 15-20 cm y de color negro, con bordes blancos. Por otro lado, la parte inferior del asta y las costillas son pardillas.
Las ramas que se desarrollan en los machos son también especiales. A diferencia de los ciervos, son planos, con forma de palas. Al igual que en el resto de los cérvidos, caen todos los años (hacia mayo/abril) y comienzan a crecer a continuación para estar listos con velus para agosto. Estas espectaculares herramientas de lucha, defensa o atracción de hembras son una muestra más del estado de salud del animal y de su forma, más que de la edad. En la mejor época pueden alcanzar los 65-78 cm.
Este mamífero de la familia de los ciervos aparece en la selva, en el bosque aislado, en los parques. En estos bosques de matorral, alternados por los pastos que tanto le gustan, se mueve por la noche formando grupos de hembras y crías. Los machos son más solitarios, al menos fuera de la época reproductiva.
El celo comienza en octubre y los machos pelean para formar un grupo de recogida y cubrición de hembras. Durante la temporada de celo los machos hacen una colmena de ladridos. Tras este periodo reproductivo que se prolonga hasta noviembre, durante el invierno la mayoría de las personas permanecerán en grupos hasta que los machos inicien una vida solitaria en primavera.
Entre 7 y 8 meses después, hacia mayo/junio, la hembra realiza una cría y tras pasar los primeros días en un rincón tranquilo, está listo para seguir al grupo inmediatamente. Aunque en las primeras semanas no bebe más que la leche materna, poco a poco se va alimentando de la hierba hasta que el 6-9 mes la madre abandona completamente la ubre. El niño vive con su madre un año o un año y medio.
Los gambones son herbívoros y completan la dieta con frutos y brotes. En invierno, cuando la nieve cubra el suelo y no buscan otra cosa, deberán intentar llenar el estómago con las superficies de los árboles jóvenes y con los que puedan.
¿Cómo está dividido este herbívoro? La distribución actual es muy amplia. Lo podemos encontrar en parques de toda Europa, excepto en Islandia, el norte de Escandinavia, Irlanda y las islas del Mediterráneo. Al parecer, tras la última glaciación, este animal sólo quedó en el sur de Turquía y en Mesopotamia, y más tarde entró en todos los países del Mediterráneo de la mano de los fenicios, y medio y sur de Europa, como caza, de los romanos.
En Euskal Herria, en cambio, hay poco. Sólo se encuentra en los montes de Quinto Real de Navarra y su número es relativamente pequeño. Sus animales, introducidos junto con los ciervos en 1956-57, no han tenido demasiado éxito en su expansión en el nuevo entorno. Parece ser que el gamo no se ha adaptado tan bien como en otras ocasiones a esta región y en las nevadas invernales mueren muchos ejemplares cada año. El Gobierno de Navarra, consciente de que estos animales no se ajustaban demasiado bien, trató de retirarlos, concediendo permisos especiales para los cazadores.
Sin embargo, una especie menos adaptada a la zona es muy hábil para escapar de los depredadores y todavía no ha conseguido eliminarlos del todo. Todavía podréis oír su particular ladrido en los montes de los alrededores de Eugi o ver una escapada curiosa si tuvierais algo de suerte. ¡Silencio y cuidado!
Especie: Dama dama |