Los deportes de riesgo tienen un gran número de aficionados entre los jóvenes de nuestra sociedad, y no tanto entre los jóvenes, sobre todo entre los que prefieren huir de las costumbres cotidianas y vivir emociones fuertes. Son muchas las actividades que se agrupan bajo este nombre genérico y muy diferentes: salto de puente, kayak, caída libre, descenso de cañones, escalada, hidrospeed, etc.
Sin embargo, esta ‘moda’ también tiene su lado negativo: cada año mueren muchas personas practicando estas actividades deportivas. Por ello, la seguridad es un factor clave para evitar cualquier problema.
En principio, cualquier persona puede participar en este tipo de deportes de aventura, pero, sin embargo, no son recomendables para todas las personas: los que tienen problemas cardiovasculares o nerviosos, los que están afectados por epilepsia, vértigo o fobia, los hipertentos, los niños pequeños o los que no quieren correr riesgos, preferirían no practicar este tipo de deportes.
Por otro lado, en la actualidad cada vez son más las asociaciones y empresas que ofrecen la posibilidad de realizar este tipo de ‘aventuras’ con las mejores garantías y con la ayuda de monitores preparados.
Este tipo de empresas, además de contar con personas formadas con una amplia experiencia en estos ejercicios, y ofrecer todo el equipamiento deportivo debidamente homologado y en buen estado, cuentan con pólizas de seguros, ya que en estos deportes los más expertos también pueden tener accidentes. Por eso nunca se debería practicar este tipo de deportes por cuenta propia.
Además de disponer de un equipo de asistencia en situaciones de riesgo, debemos pensar de antemano qué servicios sanitarios tenemos y cómo vamos a trasladar al accidentado al hospital.
En cualquier caso, es conveniente que cualquier persona aficionada a los deportes de aventura tenga conocimientos de primeros auxilios como las técnicas necesarias para tratar fracturas, hemorragias o lesiones. Además, siempre hay que llevar un botiquín con todo lo necesario para afrontar un accidente leve
Todas estas medidas de control pueden dar lugar a accidentes, bien por fallo humano, deterioro del equipo o por mal tiempo. Y es que, según la Asociación Española de Daño Cerebral, “estos deportes son la principal causa de un aumento de más del 30% de los traumatismos craneoencefálicos entre la juventud”.
La primavera y el verano son las mejores épocas del año para llevar a cabo este tipo de actividades: rafting, hidrospeed, piragüismo, submarinismo o descenso de cañones, por citar algunos de los más grandes.
A través de barrancos y cañones se denomina descenso de cañones al descender por el cauce de un río. En este deporte, que se practica con traje de neopreno y material de rappel, se pueden dar muchas sorpresas, pero el que lo practica mete todos estos riesgos dentro del juego. Este deporte se practica sobre todo en los ríos pirenaicos, especialmente en la zona de Cataluña.
Los ríos pirenaicos, así como algunos de los que desembocan en el Mar Cantábrico, son lugares idóneos para practicar los deportes que se practican en las corrientes, en sus diferentes modalidades. Por ejemplo, se pueden hacer rafting (descender en una balsa neumática en aguas rápidas), hidrospeed (en forma de trineo o trineo) y piragüismo (utilizando diferentes tipos de piraguas), aprovechando el caudal, la velocidad y la pendiente de estos ríos.
El buceo también tiene muchos aficionados, aunque nuestro mar no es el más apropiado para ello. Para bucear sin botellas basta con un tubo, unas gafas especiales y unas aletas. Pero para sumergirse con una botella de aire comprimido es necesario realizar un curso previo para conocer y poner en marcha las mínimas medidas de seguridad en los recorridos bajo el agua.
Los motores acuáticos también han cosechado un gran éxito en los últimos años. Para la conducción de estos motores que puedan alcanzar una potencia de 45 caballos, se requerirá una licencia especial expedida por la Federación de Deportes Marítimos, con una antigüedad mínima de 18 años. No obstante, los mayores de 16 años pueden circular en este tipo de motores con el consentimiento de sus padres.
Los más conocidos son el montañismo, la escalada, el alpinismo y la bicicleta de montaña.
La escalada comenzó a ser considerada como disciplina deportiva hace unos 30 años, consiste en caminar por las paredes artificiales (llamados rocodromo) o por las paredes naturales de las rocas. Las medidas de seguridad son las mismas que se utilizan en el monte, especialmente las cuerdas dinámicas y los arneses. Estos materiales son una herramienta imprescindible para la seguridad del escalador y deben estar siempre en buen estado. Este deporte se realiza normalmente en grupos de dos a tres, apoyándose y apoyándose mutuamente, y las subidas se clasifican en función de la dificultad.
Pasear por el monte es un deporte tan antiguo como el hombre; por el placer de caminar, y por la curiosidad de conocer nuevos parajes, coge una mochila a la espalda y es caminar por el monte con un calzado adecuado, por senderos y senderos. Este deporte puede ser practicado por cualquier persona que quiera la naturaleza o la naturaleza, teniendo en cuenta su condición física y la dificultad de la vía elegida.
Durante la escalada, y también en el monte, es conveniente tener un mínimo conocimiento de la enfermedad de altura. La enfermedad de altura es un trastorno o trastorno que se manifiesta cuando el cuerpo presenta dificultades para adaptarse y adaptarse a la escasa cantidad de oxígeno que recibe como consecuencia de la altura. Sin abandonar el plazo de un día, el 20% de las personas (es decir, una de cada cinco) que suben desde el nivel del mar a una altura de 2.500 m (o superior, por supuesto) pueden presentar síntomas de esta patología. Por ello, es conveniente conocer los signos y síntomas para tomar medidas lo antes posible.
Euskal Herria tampoco es el mejor lugar para volar, el clima y la orografía no ayudan demasiado, pero sin embargo, estas actividades deportivas tienen un gran número de aficionados: parapente, caída libre, ala delta, ultrarrápidas, globos, paracaidismo, con o sin motor de vuelo, acrobacia y aeromodelismo. No obstante, en todos los casos se requieren unas condiciones atmosféricas mínimas, manteniendo el material en perfecto estado para que todas las actividades se realicen con total seguridad.
La ladera delta consiste en volar a una persona atada a dos alas, como pájaros o aves, planeando sobre los valles. Este deporte de riesgo está muy extendido entre nosotros y hay escuelas que se preparan para ello.
El denominado "salto puente" es, sin embargo, el más exitoso de este tipo de deportes. Se trata de amarrar una cuerda de escalada a un arnés y saltar por un puente, una vez que el otro extremo se haya amarrado bien al puente. En lugar de realizar el salto con una cuerda, también se puede hacer con una goma elástica, lo que provoca más emoción, ya que el saltador vomita por la goma elástica.
Este tipo de actividades generan un gran riesgo de adrenalina, ya que hacen que el que lo intenta se sienta muy amenazado. Sin embargo, para evitar sorpresas, es muy importante revisar todo el equipo antes de cada salto.