Muchos han conocido Naima El Bani Altuna a través de Twitter. Precisamente para dar a conocer sus vivencias en el Ártico ha utilizado esta red social, con el nombre de @ártico. No es de extrañar, por tanto, que se produzca una conexión directa entre El Bani y el Ártico. Sin embargo, cuando el propio El Bani estaba pensando en ser investigador, tenía otro lugar en el que quería ser investigador, más cálido y acogedor que el Ártico.
Sin embargo, a pesar de que no sabía exactamente qué, desde pequeño tenía claro que El Bani iba a dedicarse a la ciencia: “Nuestra madre es bióloga y de niño hacíamos experimentos en la cocina. Desde entonces tenía claro que iba a jugar de las ciencias. Eso sí, no tenía ni idea de que sería geólogo y que investigaría en el Ártico”.
Confiesa que comenzó a estudiar Geología por curiosidad. Y se sorprendió mucho cuando vio que no era como lo que le contaban en un principio: “Según nos decían al principio, parecía que estaba muy orientada al petróleo y al mundo de los combustibles, y yo no quería eso. Por el contrario, estaba preocupado por el cambio climático y quería ir en ese sentido. Y estoy contento, porque he encontrado la oportunidad de hacer el camino que quería”.
Para ello, El Bani reconoce que los profesores de la UPV fueron clave. Es más, después ha visitado Francia, Canadá y Noruega y se ha dado cuenta de que el nivel de la UPV es realmente bueno. “Además, los profesores que tuve tenían ganas de enseñar y eso se agradece un montón”, explica El Bani.
También ha recordado que realizaban muchas salidas, entre ellas Sopelana y Zumaia. “Aprendíamos a aplicar la geología y en el máster en Francia no teníamos tantas salidas. Una vez sí, tuvimos una salida de una semana y ¡fue a la costa vasca! Entonces fui un estudiante avanzado”, ríe.
El primer año del máster quería trabajar con foraminíferos en el Golfo de Bizkaia. Además, su padre es marroquí y descubrió que en Burdeos había un profesor que investigaba en el Golfo de Bizkaia y en la costa atlántica de Marruecos. Por lo tanto, se dirigió a él para realizar el proyecto. Y él acepta. A partir de ahí no sucedió como esperaba: “Un grupo me dijo que necesitaba ayuda con foraminíferos, que trabajaba en el Ártico con foraminíferos del Ártico”. Así llegó al Ártico.
Fue un destino inesperado, pero reconoce que le encanta. “Tiene dificultades: se necesitan barcos especiales para romper el hielo, hace frío… pero es muy enriquecedor. En los barcos, dependiendo del objetivo de la expedición, nos juntamos investigadores multidisciplinares. Mi director hace paleoceanografía y muchas veces lleva a los biólogos para entender los fósiles del pasado, porque necesitamos saber cómo funcionan los seres vivos de hoy. Además, muchas veces en una misma expedición se unen varios proyectos y colaboramos. Gracias a ello, profundizamos mucho más”.
Al Bani también considera enriquecedora la convivencia en los barcos. Por ejemplo, ha recordado la curiosidad de los miembros de la expedición ártica por el euskera: “No lo conocían y se sorprendieron con la interacción que tenía en Twitter. Estaba totalmente romántica y se dan cuenta de que tiene otro estatus”.
La actividad de Twitter le ha llevado a ganar el premio Txiotesia organizado por la UEU en la categoría de txiola más inteligible. No lo esperaba en absoluto, pero está contento porque está convencido de que es imprescindible socializar la ciencia. “Y para ello es importante trabajar en la lengua propia. Los investigadores de mi entorno, sean testigos, hablan inglés en Twitter, pero mi madre, por ejemplo, o algunos de mis amigos no saben inglés. Si quiero entender lo que estoy haciendo, ¡tendré que contárselo en euskera!”
Nace en Bilbao en 1993. Estudió Geología en la UPV-EHU y posteriormente cursó el Máster en Paleoceanografía y Sedimentología en la Universidad de Burdeos. Durante el máster tuvo la oportunidad de investigar la paleoceanografía del Ártico canadiense con foraminíferos y decidió continuar el doctorado con los foraminíferos del Ártico, en el centro CAGE, en el Departamento de Geociencias de la Universidad de Tromsø, Tine L. Bajo la dirección de Rasmussen y los investigadores Mohamed Ezat.