Eva Perez-Pons Andrade está finalizando el Grado en Ingeniería en Electrónica Industrial y Automática. Confiesa que llegó allí por casualidad. De hecho, en el listado de elección de carrera, puso un par de Ingenierías por haber cursado el bachillerato tecnológico y luego las que realmente le gustaban: Filosofía, Ciencias Políticas y Sociología. "Al final ocurrió que la nota de acceso a la Ingeniería había bajado de 10 a 5 y de repente entré".
Reconoce que le está haciendo un poco duro, no porque la Ingeniería sea difícil, sino por el esfuerzo que requiere. "La precariedad afecta mucho. Por ejemplo, si quieres hacer un máster tienes que trabajar para pagar la matrícula. Además, en las Ingenierías es muy habitual asistir a academias para superar las asignaturas en la primera". Si a esto se le añade una situación familiar difícil o una tendencia a la depresión, dice que puede ser una "bomba".
El ambiente en general no le parece muy agradable: "Es bastante masculino, la propia universidad está totalmente jerarquizada, hay mucha competencia entre los alumnos, el contenido está muy orientado a las empresas y la gente no es nada crítica". En el campus de Leioa, al haber más facultades, cree que puede ser de otra manera, pero como su facultad está sola en San Mamés (Bilbao), es difícil reunirse en grupos: "La gente va a estudiar solo ahí. No hay espacios colectivos, y eso también influye mucho".
Sin embargo, advierte de la existencia de asociaciones como el Movimiento de Estudiantes o la Ingeniería sin Fronteras. En ellas se encuentra el Movimiento de Estudiantes, que ha destacado las jornadas anuales de promoción del alumnado crítico: Universidad Pública y Jueves Culturales.
También ha conseguido compaginar la ingeniería con las disciplinas que le gustan: "Al final, cuando estás desarrollando un proyecto de Ingeniería, además de la tecnología, debes tener en cuenta otros puntos de vista como el sociológico".
Un claro ejemplo de ello es el trabajo de fin de grado que se está desarrollando. Colabora con Ingeniería Sin Fronteras y ADES de El Salvador en el proyecto de implantación de un sistema de abastecimiento de agua en Buenavista (El Salvador): "El agua sale del pozo y es conducida a un depósito en altura. De este modo, la distribución de agua se realiza por gravedad y la energía eléctrica que necesita la bomba se obtiene por energía solar".
Perez-Pons ha explicado que el abastecimiento de agua de El Salvador se encuentra en una situación crítica. El 90% del agua está contaminada y la energía eléctrica es muy cara, lo que dificulta la obtención de agua potable. Además, las mujeres son las encargadas de la gestión del agua y no sólo tienen que hacer un trabajo reproductivo, sino que tienen que hacer otras tareas como la limpieza... "En el desarrollo de un proyecto de estas características es necesario tener en cuenta el contexto y su influencia en la población".
Perez-Pons ha señalado que en este tipo de proyectos es habitual que, una vez introducida la tecnología, los hombres se apropien. En cambio, su intención es que el proyecto que se está trabajando sea una herramienta para el empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, tiene otra preocupación: "Como en El Salvador, echo de menos legitimidad. En ese sentido, me veo más afectado aquí que en otro territorio. Pero allí también aprenderé muchos procedimientos y formas de trabajar que luego se pueden traer aquí".
En verano irá a El Salvador. Gracias a la Asociación Sin Fronteras se fue apropiando de su situación y le motivó el trabajo fin de grado con ellos: "La mayoría de los trabajos de fin de grado se quedan en un cajón y son muy individuales. Muchas veces se hacen porque hay que hacerlo, sin ningún tipo de motivación. Yo tenía otra cosa y me ha dado la oportunidad de trabajar los ejes que son importantes para mí, como las energías renovables, la soberanía energética y el feminismo".
De cara al futuro, querría hacer un máster en sostenibilidad energética o feminismo.Además, la divulgación científica atrae mucho también en euskera, y también querría encontrar vías para la colectivización del conocimiento: "El conocimiento no se recibe únicamente a través de la academia".
En este sentido, el proceso llevado a cabo para lograr la soberanía energética de Errekaleor le parece un referente: "Es cierto que han contado con la colaboración de expertos, pero todos han participado y el proceso ha sido ejemplar: cómo se cruzan la tecnología y el feminismo, cómo gestionar las agresiones sexuales, la división del trabajo..."