El artista e investigador Martín Etxauri Sainz de Murieta, en principio, no tiene ningún inconveniente en decir que está fuera de los estereotipos como investigador. Poco después reconoce que todos los artistas son en parte investigadores, sobre todo en el arte contemporáneo. ¡Oh! se dedica por nombre a sus proyectos artísticos y así explica su visión: “Creo que una parte importante de ser artista es investigar. Investigar es buscar. En un área o tema determinado, primero mirar qué ha habido antes y después experimentar, probar y ver qué puede salir de ahí o qué encuentra usted ahí".
En realidad, esta definición no difiere mucho de la de la investigación académica, pero ¡Txo! Para g existe una diferencia: “Quizás la diferencia más destacable sea al plantear la pregunta. En el arte muchas veces no planteamos preguntas concretas, vamos a explorar lo que encontramos y el proceso te da el objetivo. En la investigación académica, en general, las preguntas son más concretas y usted no deja hablar tanto al proceso. Sin embargo, la investigación es muy diferente según sea física, una investigación académica de bellas artes o una investigación sociológica".
Otra diferencia es que, por lo general, los investigadores de la academia firman la investigación por su nombre y apellidos, mientras que entre los artistas es habitual el alias. Preguntado al respecto, explica que cuando los artistas llegan a cierto nivel, muchas veces recurren a su nombre y apellidos, asociando más el apodo al arte de calle o underground. En su caso también surge: "Desde pequeño siempre he sido Martintxo y me han llamado con todas las combinaciones de estas tres sílabas, entre ellas Txo. Luego, cuando empecé en la ilustración y en la grafitis, y luego en el vídeo, decidí que ese sería mi nombre. Y por dar un carácter gráfico y otro tono le puse el signo de exclamación y el signo de interrogación. Además, tiene un anonimato".
Aunque empezó en el arte underground, decidió ir a la universidad. Según él, la aportación de algunos profesores fue muy importante para él y las relaciones entre sus compañeros. Sin embargo, salió algo cansado de la universidad. Se dedicó profesionalmente al diseño gráfico y a la ilustración, y artísticamente al vídeo, inicialmente en clubes y discotecas, pero luego como expresión artística. Y volvió a la universidad.
"Me entró la pasión por aprender más y, como daba cursos y jornadas, me gustó también y empecé a pensar en educación. Entonces, entré a hacer el máster 15 años después de licenciarme, para luego poder hacer la tesis. Pero también me interesaba el máster, un máster de Arte Contemporáneo, Tecnológico y Performativo", recuerda Txo! K
Ahora está realizando su tesis sobre interfaces digitales. Explica que al hablar de interfaces utilizamos metáforas y en la tesis propone, de forma especulativa, que una de ellas es la magia, "no la prestidigitación, sino la superstición". Buena parte de la tesis ha sido dedicada al estudio de la relación entre tecnología y magia. De hecho, ha reconocido que esta relación es mucho más profunda de lo que pensaba, y ahora además ha venido la inteligencia artificial: "Eso me ha pillado. Cuando empecé a hacer la tesis, no creía que ahora, que estoy terminando, que de repente la mayoría de los anuncios en tecnología utilizaran la palabra magia. ".
Sin embargo, ha recordado que desde el inicio del uso domestico de los ordenadores personales, el concepto de magia se utiliza también cuando Apple presentó su iPad... "Se ha reforzado con inteligencia artificial, pero siempre ha estado", confirma Txo! K Por el momento, la mirada se centra al finalizar la tesis. Y una vez presentado, ¿qué? "Le voy a decir la verdad: al terminar la tesis se abre un poco el mundo".