Los agujeros en el suelo son fáciles de perforar, pero si este agujero tiene que tener una cierta longitud, anchura, profundidad y pendiente, las cosas empiezan a enredarse.
Para llevar a cabo estos trabajos, los ingenieros de la universidad británica de Lancaster han diseñado el prototipo miniaturizado de un robot. Los agujeros que fabrica este robot dependen de los datos que tiene acumulados en su "cerebro". Todas las pruebas realizadas hasta la fecha han sido positivas y las empresas de obras públicas están a la espera de la comercialización del prototipo.
Hay que tener en cuenta que las excavaciones mal realizadas en obras públicas suponen una pérdida importante de dinero y tiempo, y desgraciadamente esto es muy frecuente.