El Gobierno Vasco acaba de publicar un informe sobre la opinión de la población vasca sobre la ciencia y la tecnología. Según él, en los últimos cinco años el interés por estos temas ha crecido. De hecho, en una escala de 1 a 5, el resultado de 2012 fue de 3, al igual que en 2006, y ahora de 3,4. De este modo, suscitan mayor interés que el deporte (3,3 en 2012 y no ha cambiado desde entonces) y se equipara con el cine, el arte y la cultura.
Sin embargo, otros ámbitos atraen aún más interés. Por encima de todos, la educación, la alimentación y el consumo (ambos con 3,9), la medicina y la salud, el medio ambiente y la ecología (ambos con 3,8). Cabe destacar que todos estos últimos ámbitos pueden ser entendidos internamente en ciencia y tecnología, pero en este tipo de estudios se distinguen así.
Por edades, los más jóvenes son los que más interés declaran por la ciencia y la tecnología (18-29 años), mientras que los hombres son los más interesados por género. Incluso preguntando en qué medida están informados, los hombres consideran que están mejor informados que las mujeres.
Al margen de los intereses propios, la gente en general valora muy bien el trabajo de los científicos. Esta es la más valorada tras los médicos. Le siguen los profesores, ingenieros, jueces, empresarios, periodistas... Desde abajo hacia arriba, los peor valorados son los políticos, seguidos de los religiosos y los deportistas. Además, en los últimos cinco años ha aumentado la valoración de los científicos. Está muy bien visto desde otros aspectos: la gente cree que es atractiva para los jóvenes y enriquecedora para uno mismo. Eso sí, reconocen que tiene poco reconocimiento social y que está mal pagado económicamente.
La mayoría dice que los beneficios de la ciencia y la tecnología son mayores que los daños, pero al preguntarse por las tecnologías que generan debate, la balanza se inclina hacia los daños. Es el caso de la clonación, el crecimiento de organismos modificados genéticamente, la energía nuclear o el fraquing. En este último, cabe destacar que un 20% desconoce lo que es y otros muchos (17%) no lo han hecho.
La población de la CAPV opina que es mejor poner estos temas en manos de expertos, pero en los últimos años ha disminuido el porcentaje de personas que lo han respondido. Sin embargo, en la elaboración de leyes y normas, los valores son tan importantes como el conocimiento científico. Y son optimistas al preguntarse por las potencialidades de la ciencia y la tecnología, ya que una de cada diez está totalmente de acuerdo y otro tercio bastante de acuerdo con la siguiente frase: "la ciencia y la tecnología resolverán muchos de los grandes problemas del mundo, como el cambio climático, el hambre, etc.".
Sin embargo, la diferencia es que casi tres de cada diez están bastante de acuerdo en que gran parte de la investigación científica no es fiable, sino que depende de la financiación privada. Pero no creen que la ciencia y la tecnología sean una fuente de riesgo para nuestra sociedad.
En este estudio también se les ha preguntado sobre conocimientos científicos básicos, pseudociencias y creencias, entre otras cosas, y hay dónde mejorar. Por ejemplo, casi dos de cada diez todavía creen que los primeros seres humanos y los dinosaurios vivieron en la misma época; y tres creen que los antibióticos curan infecciones producidas por virus y bacterias. Por el momento, el conocimiento no es equivalente al interés.