El cuerpo destruye células que no son útiles, que funcionan mal o que son nocivas, y para ello manda la orden de suicidarse: una o varias proteínas llegan al núcleo de la célula y ésta se destruye en el proceso denominado apoptosis. Los investigadores conocen desde hace tiempo este mecanismo que regula el número de células y sus relaciones, entre ellas la que sirve para el correcto cincelado de los tejidos.
Sin embargo, el mal funcionamiento de la apoptosis puede ser causa de ciertos tipos de cáncer, enfermedades autoinmunes y enfermedades degenerativas. El conocimiento de este mecanismo biológico puede ser de gran ayuda para mejorar la comprensión y curación de estas enfermedades, así como para combatir enfermedades como la embolia, el corazón o el Alzheimer.
Los investigadores han utilizado lombrices de Caenorhabditis elegans para estudiar la apoptosis y han identificado cuatro proteínas responsables del proceso, denominadas EGL-1, CED-9, CED-4 y CED-3. Al mismo tiempo, se han analizado las interacciones y dependencias entre estas proteínas. Es un descubrimiento importante, pero todavía queda mucho por hacer, como la transición de las lombrices al cuerpo humano.