La fracción más pequeña de la basura espacial también puede resucitar el traje espacial. Según el astrónomo canadiense Sidney van den Bergh, la cantidad de basura se está duplicando cada diez años.
Los astrónomos también están preocupados por este problema. Cuando se realizan fotografías de larga exposición para registrar los objetos luminosos del Universo, los satélites que orbitan la Tierra dejan huella. Estos restos destruyen una de cada tres fotografías.
El sistema de radar contra los misiles norteamericanos sigue los 6.000 objetos en órbita. Sólo un 5% de ellas son élites en activo. Otros son los satélites que no funcionan, los trozos de lanzador, los fragmentos generados en la explosión de los satélites, etc.
Todos estos objetos tienen un tamaño relativamente grande, pero si se consideran Van den Berghen otros 60.000 que no alcanzan el tamaño del timbre de correo. Debido a su pequeño tamaño y a una velocidad aproximada de 30.000 km/h, pueden dañar el traje del astronauta. Se estima que para el año 2.000 la probabilidad de que un satélite sea emitido por un objeto del tamaño de una moneda al año será del 5%. Los daños pueden ser muy elevados si el objeto golpea un sistema importante del satélite.
Las colisiones entre satélites cada vez más frecuentes son una de las principales fuentes de basura. Los programas que los norteamericanos están realizando para la guerra de las galaxias también generan un montón de basura.
A largo plazo será difícil evitar la acumulación de basuras en el espacio y como dice Van den Berh “ No podemos enviar un aspirador para absorber todo y finalmente la Tierra tendrá un anillo permanente de residuos, como los anillos de Saturno”.