El lince ibérico lleva años en peligro de extinción, pero tras la cuenta del año pasado, la situación parece crítica. Con menos de doscientos ejemplares, tan sólo treinta son hembras fértiles. Si no se toman medidas drásticas, parece que desaparecerán en una década. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales, la protección del hábitat y la restauración de la población coneja son dos de estas medidas.