Tomates que pueden crecer en agua salada

Biólogos de la Universidad de California y de la Universidad de Toronto añaden a una planta de tomate un gen de la planta de Arabidopsis para que pueda crecer en agua salada. Tras el cambio genético, la planta de tomate produce gran cantidad de proteínas transportadoras.

La función de estas proteínas es utilizar la energía de las células para transportar los iones de sodio a las vacuolas de citoplasma. De este modo, el sodio queda aislado y no interfiere la actividad bioquímica de la planta. Esta nueva planta también puede crecer con agua que contiene 50 veces más sal de lo normal.

Cuando la concentración de sales en la tierra es elevada, el agua pasa del suelo a la planta y se deshidrata y muere. Por ello, es muy importante controlar la salinidad del suelo. Se calcula que cada año se pierden alrededor de 10 millones de hectáreas por la excesiva salinidad de los suelos, lo que supone que sólo se alcance el 60% de la producción que de otra manera se obtendría.

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